1. Brendon, ¿qué hiciste?

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Una semana antes...


Brendon caminaba con paso apresurado, casi corriendo en dirección al edificio en el que vivía, al llegar a la puerta de su apartamento sacó sus llaves y la abrió en un tiempo récord, la cerró rápidamente tras él y se recargó en ella con la respiración agitada, tenía la sensación de que lo seguían persiguiendo.

—¡Ian, me van a matar si no les pago! —dijo preocupado, aún respiraba con dificultad, se sentó en una silla con la cabeza apoyada en sus manos.

Ian, quien estaba sentado en el sofá, levantó la mirada de la laptop que tenía sobre las piernas frunciendo el ceño para observar a su amigo.

—¿Y ahora qué hiciste? —preguntó con tono de reproche, no era nada extraño que Brendon llegara diciendo que tiene problemas, es que es un imán para eso, es como su gran talento, siempre le pasa algo. Por eso no le sorprendía en nada.

Brendon levantó la mirada, tenía los ojos llorosos, eso alarmó a Ian inmediatamente.

—Urie, ¿Qué. Mierda. Hiciste? —volvió a preguntarle lentamente.

—He hecho una cagada... —respondió en un susurro.

—¡Oh por supuesto que ha sido una cagada, no sirves para nada más que solo eso! ¡Sarah y Spencer apenas se fueron y tú no puedes controlarte ni siquiera porque ellos están fuera, espero que no sea grave, o les arruinaremos por lo que tanto han trabajado. Explícame ya que es lo que pasa.

—No, no se los podemos decir, tengo que encontrar la solución a ésto, no quiero meterlos a ellos.

Brendon suspiró y se sentó al lado de su mejor amigo, apartó su mirada de él, entonces empezó a hablar.

—Fue... algo que hice el día de la fiesta... —jugaba con sus manos inquieto.

Estaba ansioso, volteó a ver a Ian, tragó saliva y continuó.

— Cuando... cuando estuve completamente ebrio, empecé a hablar con unos tipos en el pasillo de los baños. —Ian cerró los ojos inhalando lentamente, ya sabía a lo que iba a llegar.

—Luego de un rato, mierda, estaba tan fuera de sí, se aprovecharon y me jugaron una pesada, yo quería comprarles, me estaban ofreciendo diferentes tipos de drogas y... agh, pedí cierta cantidad de esas, sólo para mí, pero ellos me dijeron que si les ayudaba a vender me beneficiaría bastante, así que me dieron unos, 5 gramos y consumí mi parte, pero entre el tumulto de gente creo que perdí la bolsa, o me la habrán robado, no sé, no recuerdo casi nada, fue apenas ayer que me recuperé de la resaca y ... bueno no terminé bajo un puente porque no sé cómo, es que mi subconsciente me dirige a la casa, y si no hubiera sido así, tú habrías tenido que ir a buscarme, sé que siempre puedo contar con eso. —Se recostó más en el sofá tapándose la cara.

—El punto, es que... hace un rato mientras caminaba en la calle, sentí que me seguían y al siguiente momento los tipos de la noche anterior me habían acorralado en un callejón, eran como cinco, me pidieron que les pagara lo que me habían dado, estaban molestos y entre ellos empezaron a discutir que no debieron confiarme tan valiosa mercancía. La cosa es que ellos tampoco estaban muy sobrios cuando hablamos y... ¡debo pagarles! es mucho dinero, el cual no tengo, y ahora estoy asustado porque, pueden llegar a matarme o algo.

Ian se levantó rápidamente maldiciendo y comenzó a dar vueltas por la sala como hacía cuando estaba ansioso, Brendon había dicho 5 gramos o más, y que era mucho dinero, lo que sólo podía significar algo.

—¿Cuál... cuál era el nombre de la droga? —se inquietó, esto no era un problema normal, era serio y a juzgar por el tono de voz en que su amigo se lo contaba, se podría decir que estaba muy preocupado.

Misery Business | BrallonWhere stories live. Discover now