24. Avoid

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La plática con Spencer había sido realmente importante y necesaria aliviando un peso que cargaba sobre Brendon del tema que había estado acumulando últimamente.

Todavía esa mañana cuando ambos dieron por finalizado el tema, encendieron la consola para echarse una partida de Call Of Duty.

No mucho más tarde, Ian y Sarah despertaron junto con los perritos y se sorprendieron de haber visto a los otros dos tan activos un domingo.

Spencer se había adelantado al desayuno, por lo que Ian lo amó más.

—No por ser quién tiene pericia en lo de la comida significa que estás obligado a cocinarnos siempre. —le dijo Spencer sirviéndoles panqueques a todos sobre el mesón.

—Spens, si no fuera por tus rechazos a lo largo de los años, te consideraría el hombre de mi vida ¿sabes?

—¿No siempre lo he sido según tú?

—Pues no, el hombre de mi vida tendría que aceptarme de vuelta. —aseguró.

—Ah bien, tienes razón en eso.

—Me dueles, tú y tu indiferencia conmigo. —se llevó una mano al pecho. —pero como la comida te quedó rica pues te perdono, porque a pesar de todos mi amor por ti es inmenso e incondicional por más que perjudique mi dignidad.

—Muy temprano para tu decepción amorosa con él ¿no te parece? —le dijo Sarah.

—Ya, pero debía aprovechar la oportunidad que me brindaba la situación.

Brendon se había acercado y abrazado a Sarah de espaldas apoyando su mentón en uno de sus hombros.

—Ya dime cuál favor me vas a pedir. —dijo ella.

—No seas ridícula, no te iba a pedir nada, yo sólo quiero darte de mi amor, además has amanecido adorable y es inevitable. —con su mano la acercó y le llenó la mejilla de besos provocándola reír.

—Que lindo chupete tienes ahí, quien te te lo habrá hecho. —le dijo burlón.

—Yo que él me callaría la boca. —dijo Spencer en voz baja hacia Ian quien captó inmediatamente a lo que se refería.

—¡Ja! ese de seguro no se ha visto al espejo.

Brendon seguía jugando con Sarah, luego Ian los miró y reclamó su dosis de amor también.

—No, hablo en serio, cómo que necesito un abrazo rico hoy y el resto del día, no sé. —dijo Ian frunciendo el ceño.

—Yo me encargo de eso bebé, para eso existo.

—Fingiré que no sé que eso últimamente no es así y he estado solito como cachorro abandonado y triste. —hizo un puchero.

—Mejor cállate y ven. —Brendon le extendió los brazos.

—Bueno... —dijo con una tierna sonrisa aceptando gustoso el afecto de su mejor amigo.

Fue una mañana relajada, ya todos recontando lo divertida y literalmente épica que había sido la fiesta del viernes.

Brendon se sentía muy bien, simplemente feliz y de agradable humor y los demás estaban igual por lo que el ambiente no podía ser mejor.

Eran demasiado agradables aquellas pausas en las que sólo eran ellos. Ya no eran jóvenes adolescentes, tenían responsabilidades pero con unos instantes fingiendo que el tiempo no había pasado olvidándose de todo bastaba.

Terminaron de desayunar y se entretuvieron un rato, a pesar de lo cómodos que estaban todos tendrían una mañana ocupada por lo que de un momento a otro todos salieron de ahí a hacer de sus asuntos

Misery Business | BrallonWhere stories live. Discover now