Ciento treinta y ocho días antes:

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Después de todo no hablé con el chico nuevo, sólo descubrí que su nombre es Newt. Me sorprende que no se rían de su nombre, nuestros compañeros son en verdad estúpidos pero parece que les cayó bastante bien. Lo escuché hablar con una de las chicas que se sienta detrás de mí, él parecía aconsejarla o algo así.

Ella le contó sobre lo que le molesta, cosas que no se me hacían tan estresante como ella lo relataba. Le dijo que sus amigas no le prestaban atención, se reían de ella y esas cosas aunque yo nunca la vi sentirse ignorada o, al menos, no tanto como yo. Tal vez ella se refería a que no le daban la atención que ella quería o, tal vez, ella estaba siendo demasiado melodramática.

Cualquiera hubiese pensado que él lo hacía porque quería ligar con ella o algo por el estilo, pero yo sabía que no, también lo había escuchado hablar con Betiana mientras ellos caminaban detrás de mí sin casi notarme. También la aconsejó a ella, ella sí tenía problemas, no como esta chica. Por lo que llegué a escuchar su novio la engañaba y ella era incapaz de dejarlo, lo amaba demasiado y no podía dejar de sufrir. Él la escuchó y escuchó hasta donde yo llegué a escucharlos.

A decir verdad era muy bueno dando consejos, Newt también era un muy buen conversador, ésa era una de las razones por las que él me atraía, siempre parecía interesarle todo lo que escuchaba y oía de los demás, escuchaba cien por ciento concentrado lo que los demás le decían. Vaya a saber qué es lo que le pasa por la cabeza a alguien como él. Eso también me gusta de él, puedo predecir más o menos lo que los demás piensan, por ejemplo mis compañeros piensan solamente en chicas y las chicas piensan la mayoría del tiempo en verse bien.

Yo no me arreglo mucho, al menos, no tanto como mis otras compañeras. Antes lo hacía pero cuando quise ser más invisible de lo que ya era dejé de hacerlo.

No podrás ayudarmeWhere stories live. Discover now