Mi Vida con Ellos (Black Veil Brides (BVB)).

Capítulo 4

**Voy a adelantar unos cuantos años.**

*Narra Jake.*

Ya han pasado varios años desde que la pequeña se integró a la familia (diez años para ser exactos). Antes de ayer, celebramos el cumpleaños de Lily.

Liliana, es nuestra Army favorita, es nuestra mayor fan. Ella adora vernos mientras mostramos los colmillos y tiene la misma costumbre que de niña, nos mete sus hermosas y deliciosas manos, para tocar los nuestros preciados colmillos.

Estamos a punto de ir a Cazar.

-¿Puedo ir con ustedes?- preguntó Lily, como hace siempre, desde pequeña.

-No- dijo Andy-. Ya sabes lo que te puede pasar, por favor, no insistas.

-¿Por qué no quieren que vaya con ustedes?- se quejó Lily-. Se defenderme y solo quiero ver como se alimentan.

-Pequeña, nuca te vamos a dejar que nos veas mientras comemos- dije.

-Una cosa es que veas los colmillos, otra es que nos veas comer- dijo Ash.

-Me voy a quedar en casa, si luego me traen helado- dijo Lily.

-Ok- dijo Andy, suspirando.

-Gracias- dijo Lily, abrazándonos.

*Narra Liliana.*

Los chicos se habían ido y como me aburrí más de lo normal y tengo hambre (se me acabó la comida y no me dejan salir de la mansión, por nada del mundo), decidí escaparme de la mansión, por lo menos ver el bosque como es y no por como se ve, tras las oscuras ventanas.

Agarré varias Dagas (de cuando los chicos son atacados, yo les saco las Dagas y ellos se curan, mientras yo escondo las Dagas) y las guardé en mis botas negras, en la parte de adentro de mi campera negra con tachas y una en el bolsillo de mi remera-buzo (aún no se si es una cosa o la otra) negro con lentejuelas en forma de calavera.

En la biblioteca, hay una salida secreta, que descubrí un día por error.

Salí de la mansión y empecé a correr al rededor de la gran casa, sonriendo y riendo como una loca.

-Hola comida- dijo un chico, apareciendo de la nada.

-¿Hola?- dije, tímidamente.

Nunca había salido de la mansión y mucho menos, me había comunicado con alguien que no sean los cinco vampiros.

-No seas tímida- dijo el chico.

-Lo siento, tengo que irme- dije tímidamente, y empecé a correr hacia la entrada secreta de la mansión.

-No corras. Nunca te librarás de mi, pequeño envase de comida viva- dijo el chico.

-¿Eres vampiro?- pregunté.

-Si. ¿Quieres entregarte, para que te coma, o tendré que utilizar al violencia?- dijo el chico vampiro.

Agarré la Daga de mi bolsillo y se la clavé al vampiro, en la zona del corazón. Eso no lo matará, pero si me dará tiempo para escapar.

Entré a la mansión y corrí a mi habitación. Guardé las Dagas en su escondite. Me acomodé en la cama y me dormí, muy asustada.

*Narra Ash.*

-¡Llegamos!- grité, entrando a la mansión, buscando a Lily, con el helado de 5 kilos en la mano.

Dejé el helado en el freezer-refrigerador-heladera.

Fuimos a la habitación de Lily y la encontramos, tapada con muchas capas de sábanas y frazadas.

-Liliana- le susurró Andy-. Hey Lily. Trajimos el helado.

Lily, al despertar, tenía los ojos grises (cambian de color, según su estado sentimental). La pequeña, nos abrazó y sus ojos siguieron grises, mostrando que tiene miedo, pero al minuto, volvieron a la normalidad.

-¿Qué pasó?- pregunté.

Lily no respondió, pero sus ojos volvieron a ser grises.

Leí sus pensamientos (es el Don que tengo) y entendí todo. Les expliqué a los chicos.

-Por eso, no te dejamos salir de la mansión- dijo Andy, abrazando a Lily.

-Lo siento mucho- dijo Lily, con lágrimas saliendo de sus hermosos ojos azul mar.

-Estás bien y eso es lo que importa- dijo Jinxx.

-Ahora, ve a comer el helado y a dormir- dijo Andy.

-¿Y si vemos una película?- propuso Jake.

-Ok- dijimos todos.

-¿Cuál?- pregunté.

Andy y Lily se miraron y sonrieron de forma cómplice.

-¡BATMAN!- gritaron Lily y Andy, a la vez.

-Ok- dijo Jake.

-Creo que a Lily le hizo mal estar tanto tiempo con Andy- le susurré a Jinxx.

-Estoy de acuerdo- me respondió.

*Narra Andy.*

Los seis empezamos a ver la película de "Batman: El caballero de la noche".

.-.-.

La película iba por la mitad y Lily se durmió.

Llevé a la pequeña criatura a su habitación y la acomodé en su cama.

Le di un beso en la frente y me fui a descansar, a la igual que el resto.