Capítulo V

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El Sr. Choi entró a su auto con los músicos y el Sr. Han llevó a los chicos. Los estudiantes se sentían algo nerviosos. La idea de tener una cena con ese grupo era un tanto intimidante para Seungri, pero veía a Dae tan emocionado que puso de su parte, no quería perderse ese momento con su amigo. Le hubiera gustado hablar con él sobre Choi, pero estaba Han en el auto con ellos. Llegaron pronto al lujoso restaurante, donde ambos alumnos comieron con calma y participaron de la charla general. Al principio solo hablaban de trabajo y estudios, dando consejos a los chicos y dando datos importantes que les sirvieran en sus carreras, pero para la tercera ronda de vino ya hablaban de anécdotas relacionadas con el trabajo, unas sumamente divertidas o vergonzosas. Los chicos se relajaron y se fueron soltando poco a poco, ahora podían conocer más a Han y Choi, que a pesar de lucir tan serios eran bastante alegres.

Confirmaron que Choi era un gran artista plástico, con conocimientos de fotografía a nivel de aficionado y había sido modelo cuando era adolescente. Su hermana había sido novia de Han cuando éste cursaba la universidad y desde ahí se habían hecho amigos a pesar que la relación romántica no prosperó. El Sr. Choi y los músicos se conocieron en una sesión de Han, cuando ellos recién empezaban a hacerse conocidos, hace unos cinco años atrás, y desde ahí se hicieron muy amigos. Tanto Choi como Han estimaban a los músicos porque sabían que a pesar de la fama que los rodeaba eran buenas personas, de las pocas que no olvidaban su origen humilde y eran agradecidos con quienes les habían ayudado en el camino al éxito que tenían hoy. Era normal para ellos hacer caridad y no dudaban en prestar su imagen para beneficio de otras personas necesitadas, pero eso no salía en la prensa porque no les gustaba que fuera así.

Seungri empezó a sentir un poco de admiración por ambos... especialmente por Jiyong. Era complicado escuchar tantas cosas buenas porque se humanizaba más ante sus ojos, dificultando su intento de no sentirse demasiado atraído por él. Era un problema, sobre todo si el corazón le latía más fuerte cada vez que lo veía de reojo mientras comía, bebía o reía. Ahora entendía la familiaridad con la que Choi y los otros dos se saludaban y abrazaban, eran amigos cercanos. Aunque igual eso no le importaba, ¿verdad? Es decir... él y Ji no tenían nada, no cabían celos con él. Si es que eran celos. Agradeció a los cielos que Dae lo hubiera metido en la conversación y así evitó pensar demasiado en lo que sentía acerca de Jiyong.

Jiyong bebía tranquilo mientras observaba tanto a Dae como a Seungri participar animadamente de la conversación. El menor era muy bueno hablando, su soltura y carisma eran contagiosos. Jiyong observaba sus gestos y caras graciosas cuando contaba anécdotas divertidas y Daesung no se quedaba atrás. Eran sumamente agradables. Veía al menor hablar y sonreía inconscientemente. No le gustaba mucho esa sensación, no quería encariñarse demasiado ni sentir ternura por él. Ambos estudiantes se reían y brindaban contentos, pero en algunas ocasiones intercambiaban miradas cómplices muy breves, que al castaño le provocaban cierta intriga. ¿Tendrían algo o solo eran amigos? Bueno, si ese fuera el caso, él no podía hacer nada, Seungri era completamente libre. Bebió de su copa cuando Youngbae se inclinó sobre su hombro y le preguntó si todo estaba bien. Lo miró y le dijo que sí. Su amigo solo movió la cabeza burlonamente, ambos encontraban lo divertido de la situación: tener al chiquillo en la misma mesa, a la vista de todos, pero con tremendo secreto. Solo rieron en silencio. Además que querían disfrutar de la compañía de Seung lo más que podían, había pasado muchísimo tiempo sin verlo cara a cara y ni bien terminara su exhibición, volvería a largarse de Corea, el muy ingrato. Cada cierto tiempo, el artista volteaba y mirada al dúo con afecto, tenían mucho de qué ponerse al día y ya encontrarían el momento de hacerlo.

Terminaron el postre y el vino luego de bastante tiempo. Tanto el castaño como el rubio encontraban divertido y excitante observarse a través de la mesa intentando disimular delante de tanta gente. Al menos Jiyong no quería perder más tiempo y ansiaba tratar de pactar un nuevo encuentro con él y rogaba porque el menos accediera de nuevo. Era divertido estar con él, era tan dulce y agradable a la vista, tan pervertido si lo incitabas bien... era un libertino abierto a explorar y tenía muchas ganas de poseerlo. Young Bae ya le había empezado a tomar el pelo, pues lo veía distraído y ligeramente ansioso cada vez que tenían sesión con Han, ya que esperaba ver al chico ahí. Le decía que estaba encaprichándose con el muchacho y que tenía que ser más maduro y considerado. Seungri estaba seducido por lo desconocido, por lo nuevo y una vez que sintiera satisfecha su curiosidad, se podía ir con rapidez. Aunque Jiyong tranquilizó a su hermano, sabía que tenía un poco de razón. La idea no era enamorarse, de modo que podía sentirse contento con eso. Sí, eso. Contento.

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