Sábado 2

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Son las 9:30 de la mañana y el sol aunque apenas está saliendo, ya está quemándome la piel, parece que me levante con el pie izquierdo el día de hoy, me despierto tarde, cuando estoy desayunando me tiro el café encima, me tuve que cambiar la ropa y se me hizo más tarde, ni el camión ni la combi pasaron en la más de media hora que estuve en la parada, tuve que tomar un taxi, que a mitad del camino se descompuso y aquí estoy, en quien sabe dónde, sin saber que transporte tomar para llegar a la academia.

—¿Quieres que te lleve? —dijo alguien justo al lado de mí, era una persona en una moto, traía el casco puesto por lo que no pude ver su cara, volví a ver hacia la carretera en espera de que pronto una combi, un camión pasara. Ese hombre se bajó y me tomo del brazo, intente correr pero me di cuenta que era él.

—Eres tú, casi me matas de un susto —dije poniendo una mano sobre mi pecho, el soltó una pequeña risita, ya no traía el casco pues así es como pude darme cuenta de que era él.

—Tranquila, no soy ningún ratero, ni da de eso —dijo sonriendo —, aunque me gustaría robarte —susurro.

—¿Robarme? —pregunte.

—Me escuchaste —aseguro.

—Lo susurraste pero estas muy cerca de mí así que pude oírte, así que respóndeme ¿Robarme qué?

—A ti y no sé, una que otra cosita más —dijo, me extendió el casco y yo lo mire con desconfianza.

—Con eso que acabas de decir no estoy segura de sí subir o no —dije, nerviosa.

—No te hare nada, si quisiera hacerlo, lo habría hecho cuando no sabías quién era —aseguró, me tomo la mano y me hizo tomar el casco, me puse el casco, se subió a la moto y yo le seguí.

—¿Seguro que no me vas a robar? —pregunté juguetona.

—Solo agárrate bien —dijo, tomo mis manos que tenía sobre mis piernas, las puso alrededor de su cintura —. Si quieres puedes moverlas a donde quieras —me guiño el ojo.

Me sonroje por el doble sentido en sus palabras, pero hice como si no entendiera y lo abrace fuerte, después de unos minutos me solté y pude ver como el aire hacía que su pelo volara, volví a abrazarlo y así poder observarlo mejor de perfil, con el sol sus ojos se veían aún más claros, de un color miel, sus pestañas son largas, sus labios tienen un tono rosado. Perfectos para un beso......

Varios minutos después ya estaba estacionando la moto frente a la academia.

—Gracias —dije y le di un beso en la mejilla, le entregue el casco, estaba a punto de irme cuando me tomó de la mano, me jalo hacia él y me tomo de la cintura.

—No tienes que agradecer nada, pero si vas a agradecer que no sea con beso en la mejilla, lo prefiero aquí —señaló sus labios, se acercó lentamente a mí, estaba tan cerca que podía sentir su respiración chocar contra rostro.

—¡ALAN! —gritaron desde la puerta; me separe bruscamente de él, uno de sus amigos venía corriendo hacia nosotros —. Sandra te está buscando, dice que necesita hablar contigo sobre algo de tu último examen —dijo con la voz entre cortada.

—En un segundo voy.

—Te quiere ver ahorita, Alan.

—Está bien, nos vemos en la salida, Sunny —dijo, me dio un beso en la mejilla y se fue, entre a la escuela, me fui hasta mi salón y me senté en el mismo lugar de la semana pasada.

Por Dios estuve a punto de dejarme besar por Alan, ¿Acaso estoy loca?, es prácticamente un desconocido, solo sé que se llama Alan, pero ¿Cuántos años tiene?, ¿Estudia otra cosa?, ¿Trabaja?, ¿Dónde vive?, ¿Quiénes y cómo se llaman sus papás?, son muchas cosas que no conozco de él y me falta la más importante, ¿Tiene novia?, ni siquiera quiero pensar que la tenga y la esté engañando, aunque Alan no tiene pinta de ser un "don Juan", porque bien dicen caras vemos, corazones no sabemos, sin darme cuenta la clase ya había comenzado, Jessica y Alin estaban sentadas a mí lado y la maestra estaba preguntándome algo.

Eres mía #NSAwards #AwardsMemoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora