16.Nadie lo sabe

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–No. No se lo dirás– la fuerte negativa de Baekhyun hizo que Jongin hiciera un puchero infantil.

–Baek, ¿al menos podrías hablar con él? Dijo que no me tocaría ni me dejaría entrar a su habitación si no le decía todo lo que sé. 

–No sé de qué te quejas. Eso es lo mejor. Ya quisiera yo que Chanyeol hiciera lo mismo, en vez de estar tras de mí, sentenciándome a una constante frustración sexual. Créeme, Kyungsoo te está haciendo un favor ahora mismo. Mientras menos te acostumbres a su compañía, menos les dolerá en el futuro.  

–Baekhyun, no todos tenemos tu admirable fuerza de voluntad para rechazar a la persona que amamos. Si Kyungsoo se arrepiente de sus palabras y viene en este momento a decirme que me quiere de vuelta, me pondré de rodillas y me entregaré entero. 

–Eres un fácil– le recriminó el chico de cabello negro con desprecio. –Amar de verdad implica sacrificios. Es doloroso, pero vale la pena cuando aseguras su bienestar 

–Pero también implica que lo necesitas física y emocionalmente. Quiero estar a su lado, ¿tan difícil es eso?– cuando escuchó la voz quebrada vio esos ojos llorosos como de un perrito mojado, Baekhyun se sintió el villano de la película. 

–No es mi culpa, no me mires así. También me gustaría estar con Chanyeol como antes, pero no podemos hacerlo mientras no sepamos cómo llegamos aquí y cómo salir– el chico lo pensó por un momento. –Por lo menos, si regresamos a nuestros hogares originales, podrás ver a Kyungsoo de nuevo. Yo no sé si seré capaz de encontrar a Chanyeol. 

* * *

Kyungsoo no había salido de su habitación desde que tuvo la pelea con Jongin. Jamás habían estado tan enojados el uno con el otro. Sus discusiones siempre terminaban bien de una u otra forma, pero ya no estaban en casa y la situación en ese lugar era diferente. Por eso no tenía ánimo para hacer nada. Comió para que las notificaciones en la pared no llamaran a Jongin por sus niveles de azúcar, pero se pasó la mayor parte del tiempo tendido en su cama, lamentándose por haber sido cruel con Jongin. ¿Y qué si le ocultaba cosas? ¿Y qué si sabía algo más sobre ese lugar? No importaba tanto, porque poco se podía hacer. Él sólo quería tenerlo a su lado. Aunque debía ser fuerte. No podían llegar a ningún lado si se sentían cómodos llenos de mentiras y secretos. Eso no era una relación, era una farsa.

Unas cuántas horas después, cansado de estar recostado sin dormir, Kyungsoo se puso de pie y deambuló por su cuarto. Decidió asearse y luego cambiarse de ropa, tal vez de esa forma podía mejorar su ánimo, pero no funcionó. Estaba emocionalmente débil, no era algo físico. Su blanca habitación estaba un poco oscura, debido a su estado de ánimo. La luz no iba a ser intensa y lo agradecía. Pensó en volver a la cama, cuando se percató que algo contrastaba en su habitación: un enorme estuche negro donde estaba el chelo que había ganado por mostrar su avance. 

Kyungsoo pensó por un rato. La música siempre había sido lo que le había hecho feliz. Estar en ese lugar no cambiaba ese hecho. No podía olvidar su verdadera pasión en la vida. debía dejar de poner a Jongin como centro de todo. Incluso si le tomó más tiempo de lo normal preparar su instrumento, encontró un lugar cómodo para tocar. Respiró hondo antes de empezar. Se sintió terrible cuando escuchó que sus manos torpes no lograban conseguir un sonido puro y nítido. Debía practicar más si no quería perder sus habilidades por descuidado. 

Cuando se acostumbró al peso del chelo y sus dedos se calentaron, siguió tocando hasta que se sintió satisfecho con el sonido. Su ánimo empezó a mejorar con su práctica. La ventana empezó a mostrar más luz y su cuarto se volvió más vivo. Kyungsoo se dejó llevar en cuerpo y alma por la música y sacó todo lo que había estado acumulando en forma de una pieza intensa y preciosa. Estaba metido en su felicidad, por poder reencontrarse con su pasión, cuando Kyungsoo escuchó, por un segundo, el acompañamiento de un piano. Era una melodía melancólica y triste que no quedaba con las fuertes y sensibles notas que él interpretaba con sus cuerdas. Abrió los ojos y todo se oscureció de nuevo. Le tomó un largo rato reaccionar y dejó caer su precioso chelo al piso. Afortunadamente, nada pasó. 

Monster: You're my lucky one (OT12)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora