•26•

5.2K 483 343
                                    

Ya estaba en casa descansando, mi madre no quería que yo saliera nuevamente, le preocupaba que volviera a suceder lo mismo pero yo solo quería poder apreciar a Daya, verla a los ojos.

Pensaba en mi cama tirado escuchando música, podía tener millones de estilos musicales favoritos, pero en este instante mi gusto musical es su rostro .
Me imaginaba miles de cosas que podían suceder« ¿Es posible que algún día...podamos....estar juntos?, no...no es bueno que me ilusione con algo que no pasara. »

Mi madre se asomó en la puerta de mi habitación y me mostró una sonrisa. Alcé un poco la cabeza quitándome los audífonos al verla.

—Baja a comer. – exclamó. Yo sonreí y asentí. Me levante para salir de mi habitación. —Hijo, ¿Te puedo preguntar algo? – consultó mi madre mientras bajábamos las escaleras.

—Claro que si. – ella se detuvo y me miro fijo. –¿Qué pasa, mamá?

—¿Qué son tú y esa chica que te fue a ver al hospital? – interrogó. Solté una carcajada pero ella me miraba sería.

—Mamá, Somos amigos. – respondí. – Y se llama Daya. – Seguí bajando las escaleras pero mi madre me tomo del brazo para detenerme.

—Hijo, no quiero que te hagan más daño de lo que te han hecho. – dijo algo apenada.

Suspiré, apreté mis labios sin saber qué decir. No quiero que mi propia madre se haga una mala imagen de daya. —Mamá, no te imaginas el que bien que me hace ella. – replique

Solo sonrió con preocupación—Ya vamos a comer.

Estaban todos almorzando y conversando de asuntos desconocidos para mí. Me senté en la mesa silencioso ignorando a todos.

—¿Cómo te sientes? – preguntó madison que estaba a mi lado.

—Mejor. – respondí sin quitar la vista de mi plato.

—Bueno, quería decirles algo aprovechando que todos están aquí. – dijo zack. Solo espero no ser la persona elegida para sus aburridos chistes como de costumbre. Zack se paró y automáticamente pensé que sería algo importante, nadie se levanta para contar chistes aburridos. —Bien...¡chloe y yo nos vamos a casar!. –  Todos se emocionaron. Era obvio, el primer hijo que se casa en esta familia. Yo jugaba con mi comida sin tomarle importancia a nada.

—Hey, hermano, ¿no me dirás nada?... – alce la vista y zack estaba esperando a que una frase de felicitaciones saliera de mi boca.

—Que bien por ti... – mostré una sonrisa forzada. – solo espero que no me hagas tío tan pronto. – mencione. Zack solo rio y se volvió a sentar.

—Tu también deberías buscarte a alguien, no estarás solo toda tu vida... ¿No? – todos en la mesa me miraban ante ese comentario de mi padre.

—No es necesario... – murmuré.

—No bromees... ¿Y Daya?. – que bien, zack y su gran bocota. Mi padre lo miró confuso pero no hizo ningún comentario al respecto. – ¿Oh acaso ya te dio la espalda?

—Creo que saldré... – exclamé. Me levante de la mesa molesto, zack ya está sobrepasando sus límites.

—No, no, no dejaré que salgas de casa. – mi madre se levanto interponiéndose en mi paso.

Molesto voltee sin decirle una palabra y salí por la puerta trasera. Escuchaba sus gritos pero los ignore, salí para ir en dirección al bosque, el único lugar donde me puedo sentir a gusto y realmente tranquilo.

El sol brillaba tanto que se me hacía insoportable, pero aún así el día era frío como en cualquier invierno. Aparecían los primeros árboles del gigante bosque, las hojas secas que pisaba con cada paso que daba era lo único que se escuchaba y unos cuantos cantos de unos pocos pájaros.

Me detuve frente al gran lago, acercándome para poder contemplarlo de cerca. «Y pensar que hace un tiempo iba a acabar conmigo mismo...Pero la vi a ella...»

—Creí que ya no vendrías... – escuche atrás mío.

—Nunca dejaría de venir. — dije sin voltear aún mirando al lago.

—¿Haz estado mejor? – Daya se ganó a mi lado. Ambos nos miramos con sonrisas en nuestros rostros.

—Si, he estado mejor... – afirme. Ella solo sonrió. Ambos nos quedamos en silencio contemplado el gigante lago que estaba frente a nuestros ojos.

—Tyler...hace unos días te he querido confesar algo ... – Mire a Daya y ella tenía su vista baja. –Pero... Aún No sé cómo.

—¿Conociste a alguien? – pregunté refiriéndome al chico con quien se abrazaba.

—Si... – sonrío. – se podría decir que alguien especial. — Maldicion, no había duda de que era ese jodido chico , ¿cómo es posible? Yo...yo... A quien engaño, ella estaría mejor con otra persona. —¿Tyler? ¿Aún estás aquí? – rio Daya.

—Si...si –lleve mi mano a mi nuca evitando mostrar algún tipo de celo. – y bien ¿Cómo es? – pregunté sin importar lo que me respondiera.

Daya me miraba tan feliz. —Es alguien tierno y muy valiente pero él no lo reconoce...

La mire confuso y solté una carcajada. —¿Estás bromeando? Ese chico está loco. – reproche.

—Claro que no...– rio – ¿o acaso te vez como un loco?

—¿Porque estaría loco yo? Hablamos del chico que conociste. – dije algo molesto.

Daya solo negaba con la cabeza. —Tyler... – Daya tomó mi mentón y dirigió mi mirada hacia a ella. –Creo que no entendiste nada...

Sus suaves manos tomaron mi rostro y delicadamente lo acercó al suyo para darme el maldito beso que siempre le quise dar. Estaba atónito ante esa reacción de Daya, pero..pero nuestros labios encajaban perfectamente. Rodee la cintura de Daya con mis brazos, acercándola a mi lentamente.

Mi corazón latía rápido en este instante. Sus suaves labios.
sus delicados besos.
Sus manos acariciando mi rostro.

Es simplemente la mejor cosa que me está pasando.

Esto no era otros de mis sueños, esto era real, me hacía sentir más que vivo tener a Daya abrazada, por fin besándola delicada y tiernamente.

Pequeñas sonrisas se formaban en medio de ese beso.

Olvidando que existía un lago
Olvidado que existía un bosque
Olvidando que existía un planeta, una galaxia.

Solo éramos nosotros dos al tacto de nuestros labios.

Nos separamos unos centímetros para recuperar el aire. Mi sonrisa marcada en mi rostro era imborrable, me sentía como un niño recibiendo su primer regalo.

—No me esperaba esto. –murmuré. Daya sonrió y acomodo su cabeza en mi pecho.

—Yo no me esperaba conocer a alguien tan especial como tú.

Trees|| Tyler Joseph. Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon