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—Aún no se si estoy sea buena idea. – manifestaba Daya, completamente nerviosa. Ella tenía tomada mi mano apretándola fuertemente. Estábamos parados frente a la puerta preparándonos para todo lo que se viniera encima.

—Intentémoslo. – saque las llaves del bolsillo de mi pantalón, abrí la puerta lentamente entrando yo primero para ver quienes estaban en casa, al parecer estaban todos. Daya entró tras de mí. Volví a tomar su mano para guiarla por la casa. Nos dirigimos a la sala de estar, supuse que todos estarían ahí como de costumbre pero solo estaba zack junto a mí madre, ambos concentrados en sus cosas, zack en su teléfono y mi madre en su tejido.

—¡Tyler! – exclamó mi madre. No parecía nada contenta.

—Antes de que digas cualquier cosa...por favor primero escúchame. – mi madre miraba a Daya de pies a cabeza, solo le dedico una honesta sonrisa.

Nos sentamos en el sofá, zack nos hizo un espacio, él solo nos miraba sorprendidos. —A papá no le agradará esto. – susurro.

—¿Dónde está él? – pregunté. Zack me señaló con la mano hacia al fondo, dándome a entender que estaría en su oficina. —¿Está molesto?

Zack negó. –Suena irreal, pero no lo está.

—Necesito hablar con él. – jugaba con mis manos nervioso. Mi madre había oído la última frase que había dicho.

Ella se acercó a mí, tomó mis manos posando su vista en mi. —¿Qué sucede? – preguntó. –También me puedes contar a mi.

Mire a Daya, ella me miraba preocupada y asustada. —Se que ustedes me pidieron que me alejara de ella, pero si ustedes me piden eso también me están pidiendo que deje ser feliz.

Mi madre miró a Daya. —No te conozco completamente, no sé quién eres... Pero veo un gran cambio en Tyler desde que te conoció. – Mi madre se acercó poco a poco a ella. – Estoy más que segura que no eres mala persona.

—Todos somos testigos del cambio de Tyler desde que te conoció. – agregó zack.

Una pequeña luz de esperanza se agrandaba cada vez más dentro mi, una parte de mi familia había logrado aceptar a Daya, había logrado entender lo feliz que me hace, el cambio radical que provocó en mi solo había alguien que no lo entendía completamente y ese era mi padre.

Daya permanecía silenciosa dedicando solo sonrisas a cada frase que zack y mi madre le decían, aún se le notaba algo asustada cada vez que me miraba, ella estaba tan apegada a mí de cierto modo logrando sentirse algo más tranquila. Pude notar que ella se sentía protegida cada vez que estaba cerca mi, como yo me siento cuando estoy cerca de ella.

—Si quieres hablar con tu padre sobre esto, tendrás que tener mucha paciencia. – dijo mi madre. – no sabremos cómo se tomará todo esto de que Daya es tu novia.

Una sonrisa se formó en mi rostro cuando mi madre mencionó que Daya es mi novia, eso se oyó bien. —Ya estoy listo. – afirme. Zack me dio una pequeña palmada en la espalda.

Daya y yo nos levantamos del sofá para ir a la oficina de mi padre. —Tranquila, zack y mi madre ya te tienen algo de cariño. – murmuré. Daya abrazaba mi brazo mientras caminábamos por el pasillo de la casa.

—Falta tu padre, maldicion... De seguro me echara sin pensarlo. – Daya abrazaba mi brazo fuertemente cada vez que lo recordaba.

—Relájate... De seguro no será tan duro.

Toque la puerta de la oficina. —¡Adelante! – se escucho del otro lado, suspire profundo abriendo la puerta. Mi padre se quitó los lentes alzando la vista.

—Tyler... – murmuro. –veo que me trajiste visitas y no muy buenas.

—¿Puedo hablar contigo? – pregunté, ignorando lo anterior. El asintió desinteresado.

Nos sentamos frente a mi padre, el acomodo sus brazos en el escritorio, nos miro fijo a los dos. —Bien, ¿de que quieres hablar?. – su actitud parecía más flexible que otras veces, eso me hacía dudar mucho en este instante hace mucho no lo veía de tal manera.

—Sobre que tan importante es mi felicidad para ti. – frunció el ceño confundido. — No sé si lo habrás notado, aunque lo dudo mucho, Daya ha sido alguien muy relevante para mí... Cada vez que mi día parecía ser una porqueria ella aparecía... Papá, quiero que entiendas algo, si sigo siendo un hijo para ti, si sigo siendo importante para ti, por favor... No me alejes de Daya.

Él me miraba, pero de otra manera, no era la misma mirada pesada e intimidante, él me miraba más comprensivo. Ninguna palabra salía de su boca, el solo pasaba su mano por su barbilla analizando todo lo que le había dicho.

—No sé cuál es lío de mi padre con usted, pero solo pido que por favor no se mezclen las cosas, sus conflictos son una cosa y lo que tengo con Tyler es otra... – Dijo Daya, con una ahogada voz. – Se que no le agradó, y eso es por qué no nos conocemos lo suficiente, yo no soy igual que mi padre...puedo asegurarlo.

—Se que hice mal al juzgarte... Sé que hice mal al no notar lo que era bueno para Tyler, sé que hice mal muchas cosas en esta vida, no seré un sinico, es verdad, no me agradas pero tienes razón en algo...es por qué aún no te conozco lo suficiente.

Aún no creía que cada una de esas palabras salieron de la boca de mi padre, no creía lo bondadoso que él estaba siendo en este minuto. —Entonces...¿Darías por lo menos una oportunidad para intentar ver quién es realmente Daya?.

Mi padre pensó unos segundos para luego asentir con una casi poco notoria sonrisa en su rostro. —Gracias.– dijo Daya.

Una felicidad corría por cada parte de mi cuerpo haciéndome sentir aliviado y vivo, también mezclado con algo de remordimiento por haber sido tan frío con mi padre, por haberme alejado cada vez que él intentaba disculparse, por decirle que ya no lo veía como padre... Todas esas cosas ahora pesaban en mi conciencia.

Trees|| Tyler Joseph. Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang