5.2: Hinchado

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El "chico" de ojos dorados observó cómo el cuerpo del contrario se agitó de forma brusca, sin cesar hasta minutos después. Tal vez temblaba, o simplemente era a causa de los sollozos.

-Por favor...- murmuró, mirándolo desde arriba debido a la sujeción de su secuestrador, dejándolo en volandas- suéltame... ¡Déjame ir, joder!

Una sonrisa iluminó el lugar.

-No -soltó, seguido de una carcajada que hizo que la piel de Nicolás se erizase- estás mejor aquí. ¿Qué quieres, ir a la cárcel por todo lo que has hecho? ¿seguir drogándote?

El rubio asintió. Necesitaba esa maldita sustancia; su cuerpo ya había empezado a hincharse... Todo. Todo su cuerpo.

-Déjame... -murmuró. Maldita sea, él sólo quería irse. ¡¿Por qué le estaba pasando esto?!- ¡me duele, por favor, déjame!

-¿Te duele? -la vista del espectro fue inevitablemente dirigida hacia abajo, dándose cuenta de la hinchazón. Y sus ojos se volvieron levemente más claros- oh. No pienso soltarte. ¿Qué hago?

Nico sólo miró hacia su costado para tratar de taparse las mejillas, que a parte de con ciertos tonos verdes y morados, también estaban rojas. Parecía un cuadro.

-Vale -el momento se volvió incómodo para ambos en cuanto uno de los hilos se dirigió hacia la parte interna de la ropa interior del chico.

Estuvo así varios minutos, haciendo subir y bajar su piel, y al fin, vio cómo escurría cierto líquido blanco.

-Al fin -susurró el del pelo negro, observando cómo la agitación del otro se hacía cada vez más débil. Hasta que todo su cuerpo se relajó y pudo dejarlo en el suelo.

Sus ojos ámbar buscaron los dorados, y el sonido de apertura de unas rendijas lo alteró.

-¡No! -tuvo tiempo de gritar, justo antes de que el otro se acercara a él. Únicamente para coger su cuello y empezar a estrellar el puño en los pómulos, la nariz y los labios contrarios.

-Te dije que no me miraras.

Don't stare at me |The Puppeteer| [Gay]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora