《 2 》

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[Multimedia: canción de discoteca, para dar ambiente xD]

- Vamos a ver, donde coño esta el crio este - Espetó Miguel Ángel abriéndose camino entre la multitud de gente que había por los salones y pasillos de la casa. El sonido de los altavoces retumbaba por todas las paredes, haciendo vibrar a todas las personas al ritmo de la música, y en el ambiente  se podia respirar toda clase de droga y alcohol que hacía estornudar a Miguel Ángel de vez en cuándo. Aturdido, y desesperado por no encontrar a su objetivo, se acercó a la barra con copas y licores que había en uno de los salones, y le preguntó al camarero que si sabía donde podía estar. Este, sólo señaló a una mesa -ya que no se escuchaban apenas sus voces, debido al estridente ruido de los altavoces - en la que había un joven castaño, de espaldas, y que, al parecer estaba aburrido y sólo. Miguel se acercó lentamente, se aclaró la garganta durante unos segundos, y finalmente se decidió  a dirigile la palabra mientras le tocaba el hombro sutilmente.
- D-disculpa, ¿quien eres? - Preguntó Rubén, tartamudeando y girandose para poder ver a la persona que le había tocado hace unos segundos .
- Oh, Soy Daniel, soy hijo de Francisco Sevilla, amigo y compañero de trabajo de tu padre - Mintió el pelinegro algo nervioso, y dándose el permiso de sentarse en la silla libre que había justo en frente de Rubén.
- Oh, un placer Daniel - Dijo el castaño extendiendo su mano para saludar a el pelinegro con un apretón de manos. Miguel lo correspondió y se quedó hipnotizado ante sus preciosos ojos pardos que le miraban inocentes.
- Venga, te invito a una copa - Propuso Miguel esbozando una sonrisa falsamente.
- Oh, no bebo, lo siento.
- Bueno, aún que sea un refresco - Intentó convencerle.
- Ah... Esta bien, una coca cola, por favor.
- Voy a por las bebidas - Dijo finalmente Miguel alejándose y abriéndose el camino entre la multitud que estaba bailando.
Tras pedir las bebidas, antes de llevarlas a la mesa, Miguel sacó un pequeño botecito con el somnifero que le había encargado Raúl que pusiera, y echó unas cuántas gotas en la bebida de Rubén. Volvió  a su mesa, y le ofreció la bebida a su acompañante.
- Gracias.
- No hay de que - Dijo sentándose de nuevo.

[...]

Dangerous Love 》RubelangelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora