《 10 》

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"¿Quién me habrá mandado a mi ser el hijo de uno de los mayores millonarios del país? Es decir, el dinero no te da la felicidad, sólo te ayuda a conseguirla junto a otros aspectos de la vida " Pensaba Rubén. ¿Por qué habría aceptado la invitación de Daniel, según le había dicho que se llamaba, de tomar unas copas? Siempre dicen que nunca hay qué fiarse de un desconocido, pero, si era el hijo de un compañero de trabajo de su padre no podía recharzarlo. Aún así seguía sin comprender porque él hacía eso... ¿ Que le habría llevado a meterse en este trabajo? Y, ¿realmente sería feliz haciendo lo que hacía? La verdad, es que le daba pena. No parecia mal chaval, era bastante atractivo, y por lo poco que había hablado con él cuando tomaron las copas, podría atreverse a decir que era bastante gracioso y agradable, lo cual desconcertaba a Rubén. El chirrido irritante de la puerta al abrirla lo sacó de sus pensamientos y lo devolvió al mundo real. Una figura masculina entró a la habitación cerrando detrás de él la puerta.
- Hola Rubén - Dijo Miguel secamente.
- H-Hola - Respondió algo atemorizado. No comprendía porque tan de repente se comportaba así. ¿Acaso había hecho algo malo?
El pelinegro se acercó y se sentó en otra silla que se encontraba cerca de Rubén, más bien en frente suya. Miró al castaño tragar saliva, y después sonrió picaramente.
- No sabes para que vengo, ¿verdad?
- N-no - Tartamudeó el menor. Miguel solamente volvió a sonreír mientras jugueteaba con su pelo.
- Me encanta cuando tartamudeas, estás tan mono. Rubén sólo lo miró y no supo si tomárselo como un cumplido o como un insulto.
- G-gracias, supongo - Agradeció algo extrañado.
- Rubén, iré al grano. Vamos a estar toda la tarde hasta esta noche solos. Quiero hacerte algunas preguntas - Dijo Miguel sonriendo de oreja a oreja.
- Vale...
- ¿Eres virgen? - Preguntó siendo lo mas directo posible. No quería incomodarlo, pero tampoco quería andarse con rodeos.
- S-si - Dijo bastante avergonzado. Eso para un chaval de 20 años, era bastante decepcionante.
- Ya veo, interesante... - Espetó y se quedó pensativo por unos segundos.- ¿Eres homosexual o hetero? - Prosiguió.
- Bisexual.
- A la hora de tener sexo,¿ porque te inclinarias? - Dijo Miguel acercándose a Rubén
- Como no lo he experimentado no lo puedo saber - Musitó más nervioso.
- ¿Tienes pareja?
- N-no - Dijo algo apenado. Por culpa de su padre no podía tener una vida normal como cualquier chaval liberal de 20 años. Todos sus amigos tenian pareja menos él. Su padre lo protegía demasiado, ya que era hijo único y no estaba demasiado tiempo con el, por los negocios. Por eso, se encargaba de que siempre tuviese todo lo que quería. Pero Rubén no era un niño malcriado, eso no. Le daban lo que quería sólo si se portaba bien o si sacaba buenas notas, lo que hacia sin quererlo. Era uno de los más inteligentes de su clase - por no decir el que más - y el que mejor notas sacaba. Menos en gimnasia, eso era lo que más le costaba. Era el típico debilucho para los deportes y que sólo iba a las clases porque le obligaban.Aún así, ponía todo su esfuerzo y empeño, y conseguía sacar al menos un notable alto en esa asignatura. Pero ahora que había acabado el Instituto, creía que iba a tener un futuro exitoso, ya que iba a estudiar Biología, algo que realmente le gustaba y que no tenía nada que ver con lo que su padre quería que estudiase. Pero como apenas lo veía, no tenía otra opción que dejarle que estudiase lo que quisiera. Todo era perfecto para Rubén, hasta que lo secuestraron y ahí su futuro se vió frustrado por los planes de sus secuestradores.

Dangerous Love 》RubelangelWhere stories live. Discover now