XVI

2.4K 226 16
                                    

-¡Todd! ¿Te encuentras bien hermano? -Donovan le ayudó a levantarse de la arena.

-Si -apenas pudo decir.

-En serio, lo siento mucho tío, no planeaba lanzarlo con tanta fuerza.

-Vale, no pasa nada. De hecho, deberías sustituir al pelmazo de Chad que no puede ni lanzar un cacahuate -se rió con un gesto de dolor.

-Será mejor que te recuestes un rato.

-Pobrecito, ¿te te paso? -pregunto una compañera llamada Sarah que venía con sus amigas.

-Nada, es solo un golpe chicas -les sonrió, hizo un gesto más.

-Déjanos ayudarte.

-Creo que seria muy buena idea.

Entre las dos chicas le ayudaron a llegar a la sombra, mientras caminaban, giró su cabeza y dio un guiño.

-No esta lastimado, ¿cierto? -preguntó Cody meneando la cabeza.

-Solo del cerebro -bromeó-, aunque parece haberle funcionado.

Cody levantó las cejas y se alejó de allí.

-Cody, espera -le habló Donovan con calma.

-¿Que? -parecía estar de mal humor.

-Quiero hablar contigo.

-Eso estas haciendo -rodó los ojos mientras se cruzaba de brazos, no quería hacercela fácil al chico.

-En privado.

-Estoy harto de tener que hacer todo en privado, ¿sabes? Valgo mucho más que eso.

-Lo se. Me esta matando no poder darte todo lo que mereces, quisiera ser el mejor novio para ti, poder caminar contigo todo el tiempo y besarte sin tener que preocuparme por esta emoción que me esta consumiendo. Créeme que decirte que ocultes las cosas por mi es lo más egoísta que he hecho en mi vida. Pero eso soy...solo soy un tipo egoísta que ha cometido error tras error -se detuvo un momento en lo que un par de chicos pasaron a su alrededor -. Escucha, se que estas molesto conmigo, no puedo enmendar las cosas que hice, no te culparía si no me crees lo que te estoy diciendo.

-Donovan... -lo interrumpió-...¿qué es lo que me estas diciendo?

-Que te amo, te amo tanto que lo gritaría ahora mismo, pero no puedo porque soy un maldito cobarde.

-Que te amo, te amo tanto que lo gritaría ahora mismo, pero no puedo porque soy un maldito cobarde

Ops! Esta imagem não segue as nossas directrizes de conteúdo. Para continuares a publicar, por favor, remova-a ou carrega uma imagem diferente.

-Donovan, yo también te amo -suspiró -. Pero tienes demasiados fantasmas en tu pasado.

La cara de Donovan aguantaba hasta el golpe más duro pero las palabras de aquel chico parecías afectarle de una manera diferente, más cruda, más dolorosa.

-Y aun así...-prosiguió-...egoísta, cobarde, cínico, no puedo dejar de amarte.

Aquellos chicos, sus miradas diciéndose todo, la gente pasando cerca lo que hacía que la adrenalina de que los escucharan los hacía sentir tan vivos, como si ambos hubieran confesado todo. Pero no era así, ambos morían por darse un beso como en las películas de romance, tan siquiera un simple roce, tan prohibido, tan excitante. Inclusive allí, diciéndose lo mucho que se amaban, lo mucho que se necesitaban y no poder estar cerca los mataba.

-Hola Cody -Alex apareció abrazado de Taissa-, vimos que tenías un buen brazo, así que pensamos que quizá te gustaría jugar con nosotras Voleibol.

-Suena bien -carraspeó -, iré en un momento.

-Puedes venir tu también Donovan -soltó Taissa, su pareja le miró de una manera un tanto sospechosa. Como si hubiera hecho algo mal.

-Claro.

-Por cierto, ¿quién era esa chica bajita que mandaste a hablar conmigo?

-Creo que su nombre era Neve -se quedo pensativo-. Fue la que nos tomó la foto en la graduación.

-¿Crees que ella es XX?

-No lo creo, pero tengo mis sospechas.

-¡Mírate jugando al detective? Eso es tan sexy -le sonrió-. ¿A quién tienes en la mira?

El deportista que no sabía como amarOnde as histórias ganham vida. Descobre agora