Extra número uno; "Ellos siempre se besan"

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Me sobresalté al sentir un peso en mi entrepierna. Jesús, una maldita erección matutina. Bufé, mientras estiraba mi cuerpo. Llevé una mano hasta mi gran amigo, pero al sentirlo, solté un gran y agudo chillido.

¿Estaba desnudo? ¿Tan peludo y suave se encontraba allí abajo? Esto es algo muy ilógico.

Destapé mi cuerpo, que estaba cubrido por unas finas sábanas. Y reí fuertemente al ver una agradable sorpresa.

Uno de los pequeños cachorros de Esther se encontraba cómodamente durmiendo sobre mi entrepierna. Negué con mi cabeza y con cuidado tomé al pequeño y lo dejé a mi lado. Observé su glamuroso y rosado collar, se trataba de Celeste, ella era muy perezosa, de aseguro todos los demás ya estaban haciendo desorden abajo, y ella estaba aquí, profundamente dormida.

Solté un bostezo, y me levanté, fui hasta el baño y cepillé mis dientes. Al salir, pude ver que Celeste ya no estaba en mi cama. Esto es extraño.

Tomé mi celular y me dirigí hasta la cocina, acomodando mi cabello. Al entrar, sentí un agradable y satisfactorio olor. Observé cómo una larga y ahora rubia cabellera, se hacía presente en la cocina. Al verla, sonreí levemente.

—Jesús nena, sé que estás desesperado por verme, pero puedes esperar hasta más tarde. Solo digo —murmuré, besando su mejilla.

—Engreído, solo estoy aquí para ver a mis hermosos nietos —rodó sus ojos.

—Sí, pues una de tus nietas, y también mi nieta, tiene una gran obsesión con mi glorioso amigo —apunté con mi dedo mi entrepierna.

—¿Qué? —soltó una ruidosa carcajada.

—Exacto, al despertar, Celeste estaba cómodamente dormida en mi pene.

Ella rió más fuerte, para molestarla, cubrí mis oídos con mis manos, ella al verme, golpeó suavemente mi hombro.

—Por malo no obtendrás desayuno —alzó una ceja.

—Me prepararé yo un buen café.

Dejé mi celular en la mesa y abrí una de las repisas y saqué de allí una taza, la dejé en la mesa, para ir a buscar una cuchara. Tomé asiento y me preparé un pan con mermelada. Acerqué la taza hacia mi, y fruncí mi ceño al sentirla pesada.

—¿Qué rayos? ¿Cómo diablos ellos pueden llegar hasta allí? —reí, tomé nuevamente mi celular e ingresé de inmediato a instagram.

@justinbieber: No sé cómo rayos suceden estas cosas

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@justinbieber: No sé cómo rayos suceden estas cosas. Estos cachorros tienen trucos de magia y vuelan por los aires😱🙅.

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Violett se acercó, y tomó entre sus manos al pequeño cachorrito, observó su collar y rió, para luego dejarlo en el suelo.

—Donny, el travieso Donny —negó con su cabeza y se sentó a mi lado.

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