Capítulo 7

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- ¡Te lo juro, vi fuegos artificiales!

Esta es Allison, insistiendo en la "química" que sintió entre Maxwell y yo.

Han pasado días de aquel encuentro fatídico con el castaño pero aún no se lo he comentado a mi amiga y no pienso hacerlo. No voy a hacerlo por el simple hecho de que la conozco y sé que tomará mi reacción como algo que hay; celos.

Frunzo el ceño, recordando lo que pasó días atrás.

No voy a negarlo, me sentí algo decepcionada y no debería ser así, él no me ha prometido nada, ni siquiera se mostró tan interesado.

El lunes a primera hora, al bajar de mi automóvil, lo primero que vi fue la estúpida sonrisa del castaño. Simplemente pasé por su lado, dejándolo desconcertado. Si él me ignora en el restaurante, entonces yo lo haré en la universidad.

¿Me ignoras el sábado pero hoy me sonríes? Las cosas no son así, Le'Brun.

El martes ocurrió lo mismo. Hoy miércoles, no.

- Mira que bonitos esos -le señalo unos zapatos de tacones mortales. Bonitos sí, pero peligrosos.

No importa si Ally se los compra o no, solo sé que es la única forma de distraerla.

- Oh, son realmente... -sonríe y luego frunce el ceño-. ¡Alto ahí, no me cambies de tema!

Niego con la cabeza.

- No cambio de tema porque no hay nada de que hablar -respondo distraída, observando mi teléfono.

No la veo pero sé que acaba de rodar sus ojos castaños.

- Como digas, señorita. Aunque me encantaría verte con un chico y ya te visualicé con Maxwell. Maxwell Le'Brun. -trata de imitar la ronca voz con la que nos habló el día que lo conocimos.

Suelto una carcajada, negando con la cabeza.

No tiene sentido que Allison siga insistiendo con eso, pero es tan cabezota que no voy a hacer ningún comentario al respecto.

Dejando de lado mis pensamientos, decido invitarla a almorzar en un restaurante cerca del centro comercial.

- Ahora, cuéntame de nuevo -entrelaza sus dedos y apoya su mentón en ellos.

Respiro hondo y suelto todo el aire rodando los ojos, fastidiada. Allison es muy molesta cuando se lo propone.

- ¡Ally, lo sabes bien, tú estuviste ahí!

-No importa -insiste.

- Él simplemente me siguió a todas mis clases y al final del día esperó frente a mi auto con un vaso de... -digo con voz monótona.

- ¡Juro de naranja! -Me interrumpe y suspira con una sonrisa-. Es tu favorito y él lo sabía -su voz de niña enamorada no me gusta.

Suspiro, en busca de paciencia.

De un momento a otro, un extraño escalofrío me recorre el brazo.

Observo a mi amiga y estoy a punto de preguntarle si sintió lo mismo pero me detengo al ver que se encuentra viendo a mis espaldas.

- ¿Qué ocurre? -susurro confundida.

- Habiendo miles de bares y restaurantes, tienen que venir a este -refunfuña-. Lo juro, nuestra suerte apesta -susurra indignada mi amiga.

Volteo mi cabeza para ver sobre mi hombro y frunzo el ceño.

- Debes contarme que ocurrió con Logan en la fiesta -amenazo rápidamente.

Hipotéticamente Enamorada | YA EN FÍSICO POR EDITORIAL NARANJA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora