Capítulo 15

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Un gran grupo de jugadores decidió interrumpir el momento y se llevaron a rastras al castaño, pese a toda la resistencia que puso de su parte. Es entonces cuando al fin puedo respirar mejor, pero entonces recuerdo que estoy sola en una fiesta universitaria.

¿Es muy tarde para ir a mi departamento, poner de fondo a One Direction mientras me realizo mi rutina de skincare, para luego esconderme bajo las sábanas a leer un libro y finalmente caer rendida ante el sueño? Suspiro, ahora se me antojó ese plan.

Logro reconocer a algunas compañeras de clase, me acerco a ellas y rápidamente me aceptan en la conversación. Todo era risa y chisme hasta que una de ellas lo menciona. 

—Maxwell no te quita los ojos de encima —dice mirando hacia un lugar en especifico. 

Decido fingir demencia y fruncir el ceño.

—¿Quién? —pregunto confundida.

Rueda los ojos, sin creer mi pésima actuación.

—Maxwell Le'Brun —responde en el mismo tono duh que Ally.

Antes de poder reforzar mi actuación la voz del dj suena por los parlantes, llamando la atención de todos para participar de un juego.

Niego con la cabeza, ya sabiendo la índole de juegos que tienen estas fiestas. 

Paso, prefiero disfrutar de la piscina vacía. Estiro mis brazos en el borde y muevo mis piernas en el agua, viendo a todos amontonarse alrededor de la cabina del dj.

—¿Por qué no juegas? 

Un grito se escapa de mi boca junto con un pequeño sobresalto de mi cuerpo al escuchar la grave voz detrás de mi. 

—Tranquila —ríe, entrando y acercándose a mi.

—Deja de asustarme —pego un manotazo al agua, logrando mojar su pecho desnudo.

—Lo siento —sonríe de lado. 

Trago saliva al verlo cada vez más cerca de mi. Como invada mi espacio personal pierdo el control de mi cordura, siempre que está presente sucede eso. 

—No, no lo sientes.

Él finge pensarlo por unos segundos y niega con la cabeza.

—Si eso implica que me hables, pues no, no lo siento. 

Ruedo los ojos y decido desviar el tema de la conversación.

—¿Por qué otra fiesta? —señalo a la multitud en el patio.

Voltea la cabeza para echar un vistazo.

—Solo queremos ser los mejores y demostrar que no podrán superarnos —dice con una sonrisa que me incita a refutar que el año que viene superaremos esta fiesta y todas las que siguen, pero prefiero dejar el asunto por la paz. 

Egocéntrico, refunfuño en mi interior.

Tomo un sorbo a mi jugo de naranja, sintiendo su mirada sobre mi, mientras observo a la aglomeración de estudiantes.

—¿De qué juego se trata ahora? 

—No lo sé, alguno en que puedan llevar a alguien a la cama —se encoge de hombros.

Niego con la cabeza, fingiendo decepción. 

—¿Qué iba a pasar si jugaba? —cuestiono divertida, pero a él no parece causarle mucha gracia. 

Frunce el ceño.

—No lo iba a permitir, bebé —me mira seriamente.

—Deja de llamarme así —susurro desviando la mirada.

Hipotéticamente Enamorada | YA EN FÍSICO POR EDITORIAL NARANJA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora