¿Qué posesivo puedes llegar a ser cuando tu novia rompe contigo?
¿Hasta dónde estás dispuesto a llegar?
__ y Mario han sido novios desde hace más de dos años, son el uno para el otro. Su relación es perfecta. Excepto por una cosa, Mario es demasiado...
____:Mario —murmuré, mientras me sentaba en la cama y buscaba sus brazos para que me abrazaran —No quiero que estés molesto conmigo —susurré, soltando un largo suspiro. —Sé que lo que hice estuvo muy mal y me arrepiento de eso pero...
Mario:____, simplemente no hables de eso y ya está —exigió.
____:Es que no quiero que estés molesto conmigo —declaré.
Mario:No lo estoy ______ —siguió pasando los canales de televisión. —Es sólo que... me has humillado delante de todos en ese restaurante. Tiraste el anillo de compromiso y lo pisoteaste como si de una cucaracha se tratara.
____:Mario, lo siento —le dije sinceramente, con tono de remordimiento. —De verdad que lo siento y mucho. He sido una tonta, una estúpida yo...
Mario:_____, ya basta —pidió encarecidamente, girando su rostro para mirarme. —Tal vez no era el día.
____:Sabes que casarme contigo es lo que más anhelo —acaricié su rostro.
Acuné su rostro con mis manos para que su mirada se posara en la mía. Se veía decaído y sabía que no era solamente por lo mío, si no por lo de su incapacidad. Diablos, es que no era cualquier cosa, ¡No podía caminar! Fui una estúpida al hacer lo que hice, tal vez aceptar su propuesta lo hubiese alejado por un rato de la miseria en la que se encontraba.
____:Te amo mucho,Mario —susurré, acercándome nuevamente a sus labios y plantando un cálido beso. —Perdóname.
Sus manos se aferraron a mis brazos mientras nos besábamos. No podía negarlo, quería llorar desconsoladamente por haberle hecho daño a Mario mientras se encontraba en ese estado.
Sabía que lo que había hecho sería un recuerdo que perduraría en la cabeza de Mario aun así nos casáramos más adelante y cumpliéramos con todas las cosas que él había planeado. Sabía que él estaba sentido y que me guardaría cierto rencor por haberlo humillado y pisoteado el anillo.
Ah diablos, fui una completa idiota.
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Suspiré profundamente porque no tenía caso pensar en aquello. Menos animada terminé rápidamente mi ducha y pasé a seleccionar un vestido. Tenía un lindo escote en V
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Me senté frente al espejo y saqué de mi cartera mi maquillaje. Apliqué sobre mí rostro una fina capa de polvos del mismo tono mi piel, ricé mis pestañas y me apliqué un poco de rímel haciéndolas más largas para finalizar con una fina línea de delineador acentuando mis ojos. Luego pasé delicadamente el cepillo por mi larga cabellera y estuve lista.
Papá:_____ —escuché la voz de mi padre y lo sentí entrar en la habitación.
Me giré para observarlo. Traía cara de funeral. Tal vez era la misma cara que yo traía, incluso podría decir que era la misma de Mario. Mejor dicho, todos teníamos cara de funeral.
Papá:¿Has arreglado las cosas con Mario? —preguntó, sentándose en la cama.
____:Mario dice que todo está bien —comencé a decir e hice una pausa breve. —Pero yo sé que no lo está, papá.
Papá:_____, todos nos equivocamos —contestó. — Mario se ha equivocado y tú le has perdonado todas sus faltas. Sé que esto fue grave pero si el realmente te ama sabrá perdonarte. Sólo dale un tiempo, verás que pronto las cosas van a volver a ser como antes.
____:¿Tú crees? —pregunté, mordiéndome el labio con nerviosismo.
Papá:Si pequeña —se levantó para acercarse a mí y acariciar mi mejilla. —Verás que todo se arreglará entre ustedes dos —me dio un beso en la frente.
Tres semanas después.
Mena:¡______! —sentí una mano en mi hombro acompañada de la voz de Jimena
____:Hola Mena —le sonreí, mientras la veía sentarse frente a mí.
Me quedé mirándola por unos segundos, mientras ella mordía su labio y me miraba con nerviosismo. Tenía algo que decirme. Lo sabía.
____:¿Qué pasa?
Mena:Nueva fiesta... —me sonrió ampliamente, mientras se acomodaba un mechón de cabello detrás de la oreja.
____:No lo sé —espeté. —No sé lo que piense Mario al respecto.
Nos quedamos en silencio por unos segundos, solamente nos mirábamos las caras. Debo reconocer que era un poco incómodo para mí.
Mena:¿Sabes? Es curioso que ahora estemos en el mismo lugar en el que comenzamos —comenzó a decir y yo fruncí el ceño. —Cuando te di la idea de romper con Mario, justo había una fiesta . Ya han pasado varios meses desde entonces. —susurró.
Era cierto... increíblemente cierto. Estábamos casi que en el mismo punto. ¿Qué había logrado desde que decidí terminarle a Mario? Jodidos problemas, eso era todo. Ni siquiera me sentí libre por una vez pero... ¿Mario había aprendido la lección?
____:¿Se supone que debo hacerle la misma pregunta a Mario?
Ella asintió con la cabeza y miró por encima de mi hombro
Mena:Ahí viene. —tosió y llevó una mano a su cabello para arreglarlo.
Sentí unos pasos viniendo hacia nuestra mesa y después la mano de Mario en mi hombro. Eché hacia atrás mi cabeza para darle una mirada desde abajo. Ahí estaba su barba, su encantadora barba acompañada de una hermosa sonrisa.
Mario:Hola —susurró, inclinándose para darme un beso en los labios.
____:Hola Mario —sonreí de vuelta.
Acercó una silla hacia la mesa en la que estábamos. Sacó un cigarro del bolsillo de su chaqueta de cuero negra y después un encendedor.
Mario:¿Cómo estás Jimena? —preguntó, llevando el cigarro a su boca.
Mena:Podría decir que bien —hizo una mueca y me dio una mirada rápida, presionándome para que le preguntara. Lo cierto es que estaba tan nerviosa.
____:Mario... seguro ya te has enterado de la fiesta —declaré, con un hilo de voz, escondiendo mis manos debajo de la mesa para enterrar mis uñas en mis piernas descubiertas.
Mario:Sí —asintió inmediatamente.
La mirada de Mena se posó encima de Mario, al igual que la mía.
____:Voy a ir a esa fiesta —espeté rápidamente.
Apartó el cigarro de su boca al mismo tiempo que expulsaba el humo. Me miró mientras entrecerraba los ojos y se quedó callado por unos segundos.
Mario:Iré contigo —murmuró, sorprendiéndome.
____:¿Vendrás conmigo? —pregunté rápidamente.
Mario:Sí —sonrió de medio lado. —Quieres ir conmigo, ¿no?
____:Sí, por supuesto —sonreí mientras asentía.
Mario:De acuerdo —tomó mis manos entre las suyas. —Te llevaré a la fiesta —plantó un beso en los nudillos de mis manos de forma seductora.
Miré a Mena con una notable sonrisa en la cara y ella me asintió mientras hacia una mueca. Estaba bien para ella. Era un paso muy grande y definitivamente, comenzaba a pensar en que todo había servido.
Mario me llevaría a una fiesta. A la fiesta que yo quería.
