Más allá de tu inocencia

Hermano al rescate

Estaba a punto de llorar, tenía un moretón alrededor del ojo. ¿Será de una pelea?

  Lo desperté con impaciencia total, el me miro y se acomodo para seguir durmiendo,  cosa que no deje que hiciera:

-Fedeeericoooo!- grite tomándolo del brazo intentando que sintiera mi pellizco.

-Ay kels… que es lo que quieres nena? Hoy no hay escuela niña déjame dormir.- respondió algo enojado.

- Fede por favor ¿Quien te hizo eso en el rostro?- pregunte preocupada tocándole el golpe delicadamente con mi mano.

-SHIT! ¿No puede ser? ¿Que tengo?... –dijo deteniéndose lentamente en  las últimas palabras.

-Mírate vos mismo *le acerque mi espejo de mano que por alguna razón estaba sobre la mesita* ¿Quién te hizo esto?- pregunte algo triste y súper preocupada.

-Nadie. Y fin del tema, solo no le digas a mama y préstame tu maquillaje que usas para las machas de tu rostro.- dijo en total forma imperativa.

-Vamos confía en mi… ¿Qué sucedió anoche mientras me ausente?- la verdad que sospechaba tantas cosas pero la curiosidad me mataba. Yo antes había cubierto, varias veces, a Fede cuando se peleaba a los golpes con los chicos, pero esta vez era diferente el no quería decirme que había pasado.

-Kelsy, pequeña, no quiero que sufras nena, estoy bien ok?- esto se estaba saliendo de las riendas.

 Yo quería saber.

-Soy fuerte vamos dime. Hombre que me pones nerviosa!- el debía decírmelo  sin dar tantos rodeos.

-Fue Nacho, ¿Contenta?- yo quede atónita.

-¡Co…como que fue el? ¿Por qué?- dije casi sin poder respirar.

-Dijo.. dijo que te usaría y te abandonaría. Solo para alardear lo “winner” que es y que hasta a vos, como chica solitaria y complicada, podría tenerte a sus pies. Y no  me gustan que digan esas cosas… asi que lo tire al piso de un golpe. Lo que fue fácil porque estaba pasado de copas… Pero el muy desgraciado se levanto y me pudo pegar exactamente en el ojo con todas sus fuerzas. No pensé que se marcaría.

-No lo puedo creer…

-Tranquila...

-Es que… el me gusta hace mucho tiempo… ya lo sabías, leíste mi diario hace un año.

-Lo se, pero yo siempre te advertí, y lo tuve vigilado lo mejor posible. Pero tu tan terca y enamorada… solo quería que no sufrieras.

  En ese momento no pude aguantar las lagrimas, me sentí como todas aquellas chicas que yo las llamaba  “bobas” o “fáciles” … ahora las entiendo.  Y asi cayó la primera lágrima por mi mejilla.

   Era obvio el dolor que sentí al darme cuenta que con solo unas horas me sentí una princesa y me cegué.

 “ Ya Kels… no llores, me destrozas”  dijo mi hermano intentando hacerme sentir mejor, mientras me dio uno de esos abrazos que tanto necesitaba.

 A veces me quejo de sus locuras varoniles pero tener un hermano gemelo hombre no es tan malo como piensan.