PROLOGO

69.4K 3.1K 514
                                    


Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.


―¿Sabes? ―pregunté, apoyando mi cabeza en el respaldar del asiento―. Lo normal sería que mi hermano mayor me lleve a mis fiestas ―dije en voz alta y de manera casual, a pesar de que lo estaba diciendo bastante intencionalmente―. No su mejor amigo ―agregué, finalmente dejando que mis ojos viajaran hacia Noah.

El volumen de la radio no estaba muy alto y la canción que sonaba parecía música de fondo.

Arctic Monkey's.

Una de las cosas que Noah y yo teníamos en común.

―Jake te ama, Mia ―replicó, como siempre defendiendo a mi hermano mayor―. Solo que ama alistarse para sus fiestas una hora antes, también ―explicó, tamborileando sus dedos suavemente sobre el volante, al ritmo de la canción.

Do I wanna know.

Había algo extraño sobre ella. Al menos así se sentía en aquel instante. Lo que las palabras significaban. Dejé que mis ojos viajaran hacia Noah, mientras estaba concentrado en el camino frente a él. Su cabello castaño claro estaba bastante despeinado, pero me gustaba así. Y sus ojos verdes, a pesar de estar fijos en otro punto, lucían increíblemente impresionantes. Siempre había creído que los ojos de Noah eran como ventanas hacia su alma.

Claro que, aquello nunca se lo había dicho a nadie.

―¿Y cómo ese no es tu caso? ―le pregunté, decidiendo que ya había estado callada por tiempo suficiente―. Quiero decir, eres de su edad también ―expliqué―. ¿Por qué a ti no te gusta alistarte una hora antes? ―continué―. ¡Oh, ya sé! ―medio grité, apenas un segundo después, sin dejarlo contestar―. Porque él es un obsesionado de... ―comencé a decir, pero Noah ya estaba hablando sobre mí, riéndose suavemente.

―Oye ―me detuvo―. Sin malas palabras en mi auto ―dijo, antes de que la palabra lograra salir de entre mis labios.

Y solo logró sacarme una sonrisa.

―Yo sé que tú las dices todo el tiempo ―repliqué, cruzándome de brazos y mirando a través de mi ventana.

―Bueno, es mi auto ―dijo, sin más―. Así que puedo si así lo quiero ―finalizó.

Adorablemente, Mia [PUBLICADA EN AMAZON]Where stories live. Discover now