Sensaciones

4K 269 28
                                    


Akane

Todo inicia con una pelea: él tratando de quitarle la comida y su padre tratando de comérsela antes de que se la arrebate. Ahora que el tío Genma se ha comido la ración de Ranma, se ve como el hombre sale volando directo al estanque donde surge un enorme panda que, a una velocidad no muy propia para el tamaño del animal, ya está dándole pelea a Ranma.

—He terminado —anuncié, dejando mi plato sobre la mesa. Me encuentro demasiado cansada ya, quiero irme acostar y dormir todo lo posible, mañana es sábado, así que me puedo dar el lujo de despertarme más tarde.

Me doy cuenta que poco caso me hacen, pero eso no me interesa, realmente quiero ir dormirme ya.

—Akane —me llama de repente mi padre, así que no me queda de otra que girar un poco la cabeza para verlo—. Descansa hija mía, dulces sueños —me sonríe.

—Gracias, papá, igualmente, dulces sueños —le agradezco haciendo una pequeñísima reverencia mientras le sonrío.

Ya estoy lista para meterme a la cama, termino de abotonar mi pijama de color amarillo que tiene estampados de cerditos negros, ah como me recuerda a mi pequeño P-chan, ahora que me acuerdo, tiene ya bastante tiempo sin verlo, espero que se encuentre bien, ése animalito es muy aventurero.

Me acuesto y de inmediato me pongo de lado para así ver a la pared. Los ojos me pesan y suelto un gran bostezo que hace que me lloren mis ojos. Ya no puedo mantener mis ojos abiertos por mucho tiempo, el sueño me está venciendo.

—Akane —me parece escuchar una vocecita—. Akane —me giré al escuchar los pequeños golpes en mi ventana—. Akane, sé que estás despierta, ábreme —no lo estaba soñando, así que de mala gana y de mal humor me levanté. Era Ranma que estaba en el alfeizar, colgado de cabeza, dejando su frente al descubierto, viéndose... lindo. No supe que pasó por ésos segundo, pero me quedé parada admirando a mi prometido, se veía tan bien e inconscientemente sonreí. Al percatarme de lo que estaba haciendo, agité mi cabeza y mostré mi semblante de molesta por que interfirieron mi agradable sueño.

—¿Qué quieres? —Le pregunté mientras deslizaba la ventana.

—Es que yo... —empezó a chocar sus dedos índices sin dejar de mirarlos, de repente me miraba y luego volvía a sus interesantes dedos.

—Habla ya, que me estoy muriendo de sueño —le reclamé, y era verdad, me estaba literalmente cayendo de sueño, mí día fue extenuante con tanto examen y demostración física en la escuela, además de haber tenido que soportar a las fastidiosas de Shampoo, Ukyo y Kodachi, ésta última me atacó con un mazo tres veces, y aparte, el acoso de ése testarudo de Kuno... mi día fue agotador.

—Akane... —Ranma fijó su mirada en mí.

Me sorprendí y al parecer tener ésos bellos ojos azules mirándome tan fijamente y de una manera indescifrable para mí, me despertó, e incluso me puse algo nerviosa. Sentí claramente como mis mejillas se llenaban de color al sentir el calor invadir mi cuerpo.

Él me sonrió, ni cuenta me di cuando él ya estaba dentro de mi cuarto, me tomó de la mano, cosa que me hizo temblar de una manera muy agradable, al tiempo que mis entrañas parecían tener un ataque de mariposas que revoloteaban felizmente, y mi corazón, dios mío, pensé que se me iba a salir por la boca. Era un hecho, estaba yo por sufrir un ataque de algo, y más, cuando Ranma colocó una de sus manos en mi mejilla. Juro por dios que sentí que estaba yo hirviendo por dentro, que mis pulsos se aceleraron al mil por hora, sentí crecer mi corazón dentro de mi pecho, en poco explotaría, y el estómago sentí como un vacío de esos que parece que vas bajando la montaña rusa. Abrí la boca en busca de aire, porque era incapaz de respirar con la nariz, sentí que el aire que había a mí alrededor se estaba agotando a cada segundo, a cada centímetro que Ranma se estaba acercando a mí de ésa forma tan segura.

—Akane —habló suave, claro, llegando a mí el aliento a menta que en ése momento hizo flaquear mis piernas.

¿Sueño, dónde? Brillaba por su ausencia, en ése momento estaba más despierta que nunca en mi vida.

Me iba a desmayar de un momento a otro, necesitaba algo que me sostuviera o caería al suelo irremediablemente, pero no me imagine que una mano de Ranma fuera la que me sujetaba por la cintura y que, de un jalón un poco brusco, terminara mi vientre pegado al de él.

Morí, sentí que morí en ése momento.

La piel se me erizó, sintiendo un delicioso escalofrío que me sacudió completita cuando Ranma se acercó más y podía escuchar su respiración.

Sus dedos pasaron por mis labios con suavidad y yo pensaba en algo que olvidé por completo al ver como los ojos de Ranma se concentraban en mi boca, por reacción me humedecí mis labios... no sé porque lo hice, pero lo sentí necesario.

Subí al cielo, viaje por las estrellas, podía ver el más hermoso de los amaneceres, escuchar a las aves cantar, florecer las flores, bajé de repente, pero sin lastimarme, miles y miles de emociones y sensaciones provocadas por aquel contacto. Uno que desde hace mucho tiempo yo anhelaba con todo mí ser, al fin se había cumplido. Nos vimos a los ojos, algo sonrojados, pero diciéndonos todo en la mirada, yo sabía que con ella le decía que estaba feliz de aquel beso, que lo amaba y que él era todo para mí, que deseaba estar con él todo lo que restaba de mi vida entre muchas cosas más.

—Ranma —le hablé y antes de que él pudiera reaccionar, fui yo quien lo presionó por las mejillas para besarlo, mostrándole todo lo que él me hizo sentir a mí con su beso. Disfruté mucho finalmente poder saborear sus labios que siempre veía de forma discreta.

Fue simplemente bello, al principio lo sentí algo rígido, pero no duró ni un segundo en que él también empezara a disfrutar de aquel beso. Incluso me atreví a morder un poco su labio inferior, vaya que me resultó delicioso y me estaba causando más sensaciones desconocidas para mí, pero muy agradables y placenteras y al parecer Ranma no estaba nada indiferente porque me presionó más contra él. Duró más que el anterior y tuvimos que separarnos, no por no querer besarnos, sino porque necesitábamos oxígeno, respiramos muy agitados.

—¿Continuamos? —le pregunté todavía jadeante, pero muy divertida.

—¡Claro! —Ranma me tomó por la cintura y volvimos a besarnos.

La noche fue simplemente maravillosa. Me volví a quedar dormida después de unas cuantas horas de besos y es que ahora, podía dormir todavía mejor cuando Ranma también se quedó a mí lado, abrazándome con dulzura.

Vaya que teníamos muchos que decirnos y lo mejor de todo es que no hubo palabras de por medio, sino lo que hicimos. Fue una excelente noche para mí y para Ranma. Lo amo y él me ama, es la única verdad, le pese a quien le pese y después de ésta noche, estoy segura que nuestro compromiso va a dar un gran paso, y ustedes son testigos de ello.

FIN

Colección de One-shots de Ranma 1/2 ¡Finalizado!Where stories live. Discover now