El viejo amigo de Nathaniel

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-Me gustaría que conocieras a mi viejo amigo, el es...-

La sonrisa de Sucrette se borró instantáneamente, no podía creer que realmente lo retorcido que resultaba el humor de la vida. Perverso.

Flashback

No pudo decir nada, las palabras se habían atorado en su garganta, sentía que en cualquier momento ni siquiera el aire saldría por sus pulmones. La rubia simplemente contempló en silencio al azabache, el cual continuaba empacando sus cosas en la maleta sobre la cama, metiendo su pasaporte en el bolsillo y sintió como su mirada se poso en ella, contemplándola por ultima vez, antes de salir de ese departamento y tomar el taxi que lo esperaba afuera. Ella no lo detuvo, sabia que deseaba mucho ir a terminar sus estudios en ese sitio.

Ella camino detrás de él, pero finalmente se quedo en el marco de la puerta principal, nunca antes le había parecido el edificio tan grande, solitario y frió, sin él no tenia caso seguir rentando ese departamento, por un momento sintió ganas de irse, como lo hizo él y simplemente volver a vivir con sus padres, eso les daría mucha alegría; sin embargo se acordó que no podía dejarse vencer porque simplemente él había sido egoísta al no tomarla en cuenta. Después de todo... Solo eran buenos amigos.

Pasada una semana colocó un anuncio en el periódico donde buscaba con quien compartir el departamento, el mismo motivo por el cual termino conociendo al que ahora era su novio.

Estaba parada observando las lineas en el marco de la puerta de la habitación disponible, aquellas que el dibujo con un lápiz indicando la altura de ambos durante los 2 años que habían vivido juntos. Ella no había crecido tanto en estatura, pero él había sobrepasado los 1.70 de cuando habían recién llegado. Se sentía una idiota... Jamas habían sido mas que amigos, pero ella se sentía abandonada y una cobarde por nunca haberle dicho cuanto lo necesitaba y amaba. El sonido de alguien tocando la puerta la distrajo de su pensamiento y se dirigió a abrir.

-Vengo por el anuncio- sonrió

-Hola, si... este... soy Sucrette, mucho gusto-

-Soy Nathaniel-

Ella lo invito a pasar, enseñándole la pequeña cocina y comedor que compartirían, así como el dormitorio disponible, el joven pensó que el precio era justo y que la chica parecía agradable y decidió firmar el contrato.

-¿Alguna otra cosa?- pregunto el con suavidad.

-Si, no borres eso- Señaló ella las marcas en el marco de la puerta.

-¿Porque?- indago el joven moviendo con su mano el cabello de la frente

-Solo no lo borres... - Se puso en pie y se metió a su dormitorio.

Dos meses después ella seguía pensando en él... ¿porque se fue sin siquiera decírmelo antes?, contemplaba el collar que traía, obsequio de él, no pudo evitar llorar un par de lagrimas, Nathaniel toco la puerta en ese momento, -pase- susurro limpiándose las lagrimas.

-Voy a salir a comer algo... ¿Quieres venir?-

-No...- Menciono en tono molesto

-Vamos, no seas tímida, quiero que seamos amigos... Después de todo compartimos este lugar- le tomo la muñeca y la llevo hacia afuera.

Nathaniel era amable, dulce y atento, ella suponía que él algunas veces la escuchaba llorar por la noche y por esa razón la invitaba al cine, a la playa, incluso le compro un obsequio de cumpleaños, se retiraba para dejarla sola cuando ella lo solicitaba, le daba la mayor parte del tiempo palabras que la motivaban un poco -Debemos celebrar hoy, estamos vivos después de todo- -Deberíamos salir, aun podemos divertirnos... No hay razón para estar tristes- e incluso había respetado su capricho sádico de no borrar las marcas en el marco de la puerta.

Después de 6 meses Sucrette se paro frente a la puerta del dormitorio de que ahora era de Nathaniel, observo por unos minutos las rayas puestas, camino a la cocina y regreso con un cubeta con agua, jabón y una esponja. Cuando Nathaniel llego esa noche las marcas finalmente habían desaparecido.

Fin del flashback

-si, él es un viejo amigo del sweet amoris, ¿puedes creer que nunca quiso vivir conmigo cuando empezó la universidad? Dijo que ya había quedado de vivir con alguien mas...-

Sucrette evito los ojos de él, se sentía incomoda por su presencia, mientras que tampoco había hablado con ella, limitándose a simplemente responder algunas preguntas de Nathaniel.

Ella miro como los dos bromeaban y contaban viejas anécdotas mientras reían, luego de eso fueron a una cafetería donde él se sentó al frente de la pareja. La mesera llegó para tomar la orden, a la cual Nathaniel respondió rápidamente.

-Dos capuccinos sin azúcar. Muy muy calientes... Sucrette solo toma eso - dijo sonriendo a su amigo.

Ella sintió los ojos de él clavarse en su menuda figura. Y recordó él como siempre que iban a desvelarse llegaba con cafe..

Flashback

-Su!!! Te traje cafe!!!-

-¿En serio?-

-Dos mokaccinos con 3 de azúcar pequeña dama- hace el ademan de hincarse

-¿Tibios?-

-Seria un idiota si no lo recordara...-

Fin del Flashback

Poso los ojos sobre los de Sucrette por un segundo, ella agacho la mirada... Ella lo recordaba también.

-Un mokaccino... -dijo. -tres de azucar, tibio por favor.-

Nathaniel paso el brazo por la espalda de ella al verla callada mucho tiempo, riendo ampliamente, sintiéndose completo al tener a dos personas que el quería juntas. Después de charlar los amigos dieron un paseo y terminaron en un parque, cantando con la guitarra que traía él. Pasadas las 12 el sueño venció a sucrette y se durmió recargada en el hombro de Nathaniel.

-Nunca pensé que la conocería - se sinceró- no teme a decir lo que piensa, siempre es sincera con ella y los que la rodean. Ayuda sin esperar nada a cambio..  Es quizá lo que mas me gusta de ella... Se que fue difícil entendernos cuando comencé a rentar el departamento pero... Ahora se que su amor es sincero y yo planeo quedarme para siempre con ella.-

El se quedo mudo, escuchando las palabras de su amigo, sintió que un nudo se atoraba en su garganta.

-Que bien por ti... - Logro decir mientras palmeaba su espalda.

A la mañana siguiente Nathaniel fue sorprendido por la noticia de que el decidía tomar un bus para ir a visitar a unos familiares a unas cuantas horas, diciendo que después de visitar a su familia, volvería retomar sus clases en el extranjero. Sucrette se quedaba rezagada y le pesaba enormemente la presencia de él.

-Armin... Pensé que habías regresado a buscar a esa chica que dejaste cuando te fuiste tan repentinamente...- sucrette se detuvo para escuchar con atención- ¿Porque te vas tan pronto? Dijiste que estudiaba en el campus... ¿Porque no la buscamos?-

-Bueno... veras... La encontré - Se sinceró sin detenerse; ni voltear a ver a sucrette - Pero en realidad... Ya me di cuenta que cuando me fui... la perdí para siempre.-

Se percato él que debía marcharse, así que abrazo a su amigo, despidiéndose de él, al llegar junto a Sucrette por un momento dudo sobre que debía hacer... Finalmente la abrazo, respiro su perfume por ultima vez, guardándolo para siempre en su corazón. Subió rápidamente a su transporte antes de que pudieran notar la tristeza de su húmeda mirada.

Sucrette tomo la mano de su novio, la apretó y sabia que con él se iba el dolor y el pasado; estaba completamente lista para ser totalmente feliz.

Compilaciones de ONE-SHOTS (Corazón de Melón)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora