Compilaciones de ONE-SHOTS (Corazón de Melón)

Volverte a encontrar (Castiel)

Castiel

Sentí mi corazón acelerarse, creí que estaba soñando, fue tanta la sorpresa que tuve que sostenerme de la mesa al incorporarme para poder comprobar si lo que veían mis ojos no era mi imaginación. Eras tu... Lo eras, lo eres...

Miro como le soplas al vaso con café, tu jamas tomabas café. Sonrió, yo nunca estoy tan despierto tan temprano... Al menos la llamada que recibí de mi madre de algo me sirvió.

Quiero llamarte por tu nombre pero no puedo, soy un cobarde, como siempre lo he sido.. Como siempre lo seré, te veo pagar y darle las gracias a la muchacha en la barra de manera gentil, Parecían estar familiarizadas. Quizá ella te conoce. Le debería preguntar por ti.

Sucrette

Salgo de la cafetería como cada lunes, dudo de los beneficios de la cafeína como siempre dice mi jefe. Pero me doy el gusto de beber un poco.

El clima esta frió, llueve. El ambiente triste me hace inevitablemente pensar en ti, ya han pasado tres años y todavía me sigo preguntando mil cosas, por ejemplo... ¿Porque fue tan imbécil? Peor aun ¿Porque lo fuiste junto conmigo? ¿Porque nunca nos dimos cuenta de lo inmaduros que actuábamos? No creo estar loca, se que me querías y yo a ti... Sonrió con falsedad para tranquilizar mis pensamientos, era mas que querer... te amaba... Aun te amo...

Castiel

Me siento impaciente, nunca en mi vida una semana había sido tan larga... El tiempo parecía hacer de mi como un niño desesperado, lo soy, soy un desesperado. Logre saber que vienes aquí cada semana. Sonrió para mi. Aun no encuentro lo divertido en esta situación. Te conocía, realmente te conocía... Cierro los ojos y aun puedo ver tu sonrisa, escuchar tu voz, verte juguetear tu cabello con sus delicados dedos, mirar la inocencia en tu mirada... Ahora me siento nostálgico ¿Como es que te gusta el café? Siempre dijiste en el instituto que podrías tomar cualquier cosa, menos café. Quizá solo para molestarme por ser adicto a ella. Con la escuela, las actividades extracurriculares y ella, necesitaba ayuda para mantenerme despierto.

Y aun después de tanto esfuerzo todo se fue al carajo... eramos... estábamos... En la universidad peleábamos un poco y nos perdonábamos... Tal vez fue mi estupidez de no externar como me sentía, lo reconozco, pero ¿Era necesario decirlo? yo.. yo solo vivía para ella... ¿Que nos sucedió?

Te miro entrar de nuevo a la misma cafetería, sentarte en el mismo lugar. No puedo perder esta oportunidad... No, esta vez la vida no me va condicionar nada... Si tu me rechazas, por lo menos no viviré con esta incertidumbre...Caminas hacia la salida, me levanto e intento encontrarte afuera.

Sucrette

Otro inicio de semana y tu sigues en mi mente... No puedo evitar sonreír al pagar el café ¿Que diría al verme tomar esto? Siempre dije que no lo tomaría y aquí estoy... Sonrió al recordar tus maneras nada gentiles de decirme mis defectos y de todos modos yo...

-¿Sucrette?- escucho mi nombre y alzo la cara, no puedo creerlo... Es él.

-Castiel...- respondo en lo que parece un susurro tembloroso, escuchar mi nombre en sus labios... Eso solo pasaba en mis sueños.

Ni siquiera puedo realizar una oración, mis preguntas se quedan en mi mente... Quiero saber como esta.

Castiel

Nos quedamos en la puerta quizá demasiado tiempo mirándonos, ¿Ella sera feliz? Pienso en preguntarle, pero me asusta la respuesta. Mis labios no responden.

-¿Vives por aquí? - Preguntas de manera natural, tu siempre salvándome de los peores momentos.

-No, yo vivo del otro lado de la ciudad- respondo intentando que se de cuenta que solo he ido a ese lugar para verla, al parecer la respuesta sorprende. No, no, no idiota, tampoco quieres que crea que la asechas.

-¿Y que haces aquí?- tras esa pregunta comprendí que realmente se trataba de ella. Solo ella puede hacer esa clase de preguntas.

-Sucrette... es que yo...- la miro a los ojos, e intento decirle que todo este tiempo no ha pasado un solo día en que no este en mis pensamientos.

Narrador

-Castiel...- dijo casi sin pensar, pudo ver esa mirada, era misma que siempre que estaba en sus brazos. Esa que le decía que estaba pensando en ella. Tragó saliva, le costaba disimular que la situación le alegraba.

-Sigues haciendo lo mismo- mencionó, observó como enredó un mechón de mi cabello y jugueteó con el entre sus dedos.

-Debo ir a trabajar...- dijo ella para finalmente terminar todo.

-Mañana podemos...- ella le interrumpió,

-No, solo vengo aquí los lunes - dijo tímidamente y se atrevió el a tomarle la mano, mientras ella le veía sorprendida. -Castiel, pensé que nunca volvería a verte... - su cara era seria y ella se quedó con las palabras en la boca.

-Tu sabes que no creo en la coincidencias, ni tampoco en el destino - respondió el mientras le entregaba un papel con su numero. Observó como avanzaban entre la multitud de personas en la calle.

-Me entere que tu padre murió, lo lamento- dijo sin enfrentar su mirada. Realmente sentía que lo lamentaba. La amaba.

-Ya ha pasado un poco de tiempo de eso- Se atrevió de nuevo a tomar su mano.

-Yo... lo siento, es decir...- la interrumpió para darle un beso, prefería recibir una bofetada después de ese momento, que seguir con el deseo de probar sus labios de nuevo.

-Todos estos años, lo único que he hecho es pensar en ti... - salió de sus labios como la primera vez que se lo confesó, hace ya tantos años dentro de aquel instituto.

Ella le sonrió, no le respondió nada... Sin embargo, el podía leer en su mirada, lo feliz que estaba por ese momento que decidieron pensar de nuevo en un "nosotros".