Capitulo 43: ¿Que futuro quieres?

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En cuanto me di vuelta y vi su cara, mi expresión fácil cambió radicalmente. Por suerte en cuanto logré darme vuelta me soltó. No pude evitar mirar a Valentina de arriba a abajo, con cara de desconcierto, asco y desprecio, como si no fuera demasiado lenguaje corporal, mi ceja izquierda estaba levantada.

—¿Qué haces acá? -pregunté irritada,  luego posé la mano en mi cadera. Supongo que fue un reflejo instantáneo, sea para lucir aún más enojada o para imponer respeto.

—Vine a bailar, eso es lo que hace uno en una discoteca -Contestó Valeria mirándome a los ojos, sin dejar de sonreír. Ahora además de tener la habilidad de ser una perra diabólica, también podía manejar el sarcasmo.

—Como sea, no me interesa hablar contigo, me pareció que había quedado bastante claro -Contesté dando un paso hacia adelante y dándole casi la espalda.

—Vamos, no seas así -Valentina me tomó de la mano tratando de girarme.

—¡Eh! ¿Qué haces pendeja? Soltame pelotuda. <No ok Haha así es como yo reaccionaria> volviendo a la verdadera. ¿Pero qué haces? No me toques -dije mientras me liberaba bruscamente.

—¡Tranquila! -exclamó Valentina, pero de algún modo sonaba relajada, lo cual me asustaba más. Todos sabemos que los psicopatas se comportan así.

Afortunadamente era mi turno para pasar al baño.

Me dirigí hacia el baño, antes de cerrar la puerta le dirigí una mirada amenazante, o eso creí haber hecho.

Tan amenazante parece no haber sido, ya que cuando me terminé de lavar las manos y salí del baño, vi nuevamente a Valentina. Me sonrió como si no hubiese pasado nada en el baño, traté de evitar el contacto visual y seguí caminando. Atravesé toda la muchedumbre, deseando, esperando, rezando por que Valentina no me estuviese siguiendo.
Crucé la puerta y por suerte Emilia seguía esperando en el mismo lugar, la verdad es que me preocupaba que no siguiese ahí, uno nunca puede anticipar que es lo que una chica borracha va a hacer.

—Vámonos -le dije a Emilia en cuanto me le acerqué.

—¿Nos tomamos un Taxi? -me preguntó Emilia.

—No...bueno, sí, pero ahora vamos a caminar a la avenida y ahí paramos a un taxi que vaya pasando -le contesté lo más rápido que podía, necesitaba huir de ese lugar cuanto antes.

Emilia ni siquiera notó que estaba nerviosa, en su estado, no era para menos.

Mientras caminábamos le conté lo que sucedió con Valentina, y como era de esperar Emilia se tornó paranoica y no paraba de insultar a Valentina.

Al no cruzarnos con ningún taxi en un buen rato, decidimos pedir uno desde el celular.

Luego de esperar 10 minutos, llegó finalmente el taxi.

En esos 10 minutos, escuché más teorías de conspiración que las que escuché en toda mi vida en History y Discovery Chanel juntos. Cuando Emilia está alcoholizada, se vuelve paranoica. Decía que Valentina me pudo haber puesto alguna sustancia sospechosa (droga) en la bebida. Obviamente eso era imposible porque yo no estaba drogada ni me sentía extraña...pero ella igual seguía con teorías, como que podría hacer efecto después, y que luego vendría a mi casa a hacerme algo. Yo solo asentía sin decir mucho, ya que sabía que iba a tranquilizarse en cuanto llegáramos.

Efectivamente, en cuanto llegamos se acostó directamente en la cama y se durmió.

La teoría de Emilia que decía que Valentina iba a esperarme en mi casa, afortunadamente no se volvió realidad.

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