Capítulo 11: Despedirnos ¿Por un rato?

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Habían pasado ya 3 meses desde que había empezado a vivir con Elisa. Mi abuela había hablado con los padres de ella, era casi con el único familiar mio con los que ellos hablaban.

Mi hermana vivía en Buenos Aires y casi no la veía, pero una vez que vino de visita nos visitó, yo hablé bastante con ella así que sabía en la situación en la que estaba.

Me agradaba mucho estar en la casa de Elisa, trataba de ayudar lo mas que podía, me llevaba extremadamente bien con sus padres.

Ya estaban terminando las clases, Elisa tenía su prueba de ingreso para la Academia de piano en dos semanas, las pruebas finales del liceo (secundaria) terminarían en una semana, por suerte en las pruebas que habíamos tenido nos había ido bien, estudiamos juntas siempre.
Lo malo de que terminaran las clases, era que con mi abuela habíamos quedado en que iba a ir a su casa, iba a ver a Elisa, esta claro, pero no era lo mismo.

Mi madre no se comunicó conmigo en los tres meses, supongo que mi abuela la mantenía al tanto.

Que decir de mi padre... nos hablábamos tan poco, un día me llamó y me preguntó porque no estaba en mi casa, porque había llamado a casa y yo no estaba, no le comenté nada, le dije que si quería podíamos salir y hablar de eso.

Bueno, así fue, fuimos a tomar algo y le conté, lo aceptó, cosa que no dudaba, a el le importaba tan poco lo que yo hiciera. Pero me hizo bien saber que el no me iba a juzgar.

Las clases habían terminado. Elisa tenía su examen de ingreso y por eso esperé para mudarme a la casa de mi abuela una semana después, estaba muy estresada, yo intentaba ayudarla a concentrarse lo mas que pudiera, quedándome al lado de ella, escuchándola.
Largas horas pasaba practicando sus dos canciones, casi 10 minutos entre las dos, eran muy complicadas, pero ella era genial, lo tocaba con mucha naturalidad.

Era tan perfecta, yo solo me quedaba allí admirándola, cada vez que terminaba de practicar íbamos a la cama y pasábamos varios minutos solo besándonos, y a veces preferíamos pasar a otro nivel. Admiraba su talento, su personalidad, su buen humor, su belleza, sus piernas, sus ojos y su cabello.

Era el día de su prueba de ingreso, Elisa estaba muy nerviosa, la acompañé junto a sus padres a la Academia, era muy grande y bastante elegante, estábamos en un pasillo esperando, no solo nosotros, había un par de chicos mas.
Llamaron a Elisa, tomé su mano y le di un beso muy fuerte en ella

-Tu puedes, tienes un gran talento, se que lo vas a hacer bien -le dije

Posó su otra mano sobre la mía -Gracias, te amo -me susurró. Seguramente no quería que los de la academia notaran nuestra relación, yo tampoco quería. Nunca nos prohibíamos de estar juntas en lugares públicos pero había que tomar todas las precauciones.

, -Todo salió bien -Exclamó con una gran sonrisa en cuanto salió, la abracé muy fuerte y como vi que no había nadie de la academia le di un gran beso. Al mes le darían los resultados, y le informarían si ingresa o no a la Academia.

Esa semana comencé a armar las valijas y a llevar mis cosas a la casa de mi abuela, estaba muy triste de que me tenía que ir, y Elisa también.

Ella era tan tierna, simplemente me derretía cuando estaba con ella, a veces pensaba que no la merecía, era la chica perfecta, y yo... bueno, sentía que era una piedra en su camino, tenía un gran futuro con el piano, lo sabía, y bueno... Su familia en Alemania.

El último día que estaría en su casa, fue especial, Elisa tenía preparadas varias cosas. Yo no había preparado nada, ¡me sentí en desventaja! Ella siempre hacía las cosas perfectas. En la mañana, sus padres no estaban, a las 7:30 AM sus padres ya no estaban en la casa, a las 8 AM Elisa me levantó con un desayuno en la cama, simple, un jugo de naranja con frutillas picadas. Comimos juntas y luego me dijo que vayamos a bañarnos, amaba bañarme con ella, era tan sexy.
Sus besos en la bañera eran hermosos, sentí como esa mañana ella estaba mas cariñosa y tierna pero a la vez atrevida, amaba cuando estaba así.

Luego me sequé junto con ella y me fui a vestir, pero cuando me estaba poniendo la ropa Elisa me abraza por detrás y me tumba en la cama de manera que quedo boca abajo, cuando me fui a dar vuelta ella se puso sobre mi y comenzó a tocarme, nunca lo había hecho en esa posición, no tener sus labios para besar me ponía loca, tomé su mano libre y comencé a besar su mano.

Ella posó su cabeza en mi hombro y comenzó a besar mi cuello mientras hacía algo que me hacía estremecer con su mano. Luego me dio vuelta y comenzó a besarme muy lento y profundo, empezó a bajar.

No se que estaba haciendo, casi nunca teníamos relaciones de día, nunca duraban mucho, no se si ella estaba haciéndolo diferente o que, pero estaba disfrutando un montón lo que ella hacía, simplemente no paraba, y hacía que acabara y comenzara de nuevo, ella siempre sabía cuando pasaba. Intenté tocarla yo, pero me tomo los brazos y los tumbó en la cama

- Esto es para ti, solo para ti- me susurró en el oído -Te amo- terminó de decir y volvió a bajar. Oh dios solo mirarla me hacía sentir algo especial, era tan hermosa, cada vez que me miraba sentía como mil mariposas se movían en mi panza. ¿Sería que yo le hacía sentir lo mismo que ella a mi? Ella era genial, no se como lo hacía.

Pasaron casi dos horas, ella iba tan lento, con tanta paciencia, ella me ponía como nunca imaginé. Cuando acabamos de besarnos estuvimos unos minutos abrazadas hasta que decidimos ir a bañarnos de nuevo, nos vestimos y decidimos pasar un rato mirando películas hasta que los padres de Elisa llegaran para llevarme a la casa de mi abuela con las ultimas cosas.

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