Capítulo 24. Puzzle

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- De verdad eras tú. No puedo creerlo... -Escondía su rostro en mi espalda y se acurrucaba en busca de calidez-. ChanYeol... -Gimoteó.



Me sentía sumamente incómodo. No por el hecho de la cercanía, sino porque no era capaz de decodificar sus palabras para mi entendimiento, y temía que si le confesaba mi confusión, toda la magia del momento se perdiera, como el buen experto que soy en arruinarlo todo.



A penas pude girar un poco mi cabeza, logrando captar un ápice de su rostro, adornado por una enorme sonrisa, unas mejillas ruborizadas, y un fuerte apego a la emoción. No quería obligarlo a separarse. Sin embargo eso no fue necesario, ya que pronto soltó un poco el abrazo para mirarme a los ojos con las pupilas resaltando en el brillo de su inmensidad.



Aproveché la ocasión para darme la vuelta.



- Siempre... -hizo una pausa con timidez- Siempre deseé que... de verdad fueras tú.



- No sé a qué te refieres... -Pescudé con prudencia.



- ¡Ven!



Me tomó de la mano y tiró de mí, insistente y notoriamente entusiasmado.



Así me llevó hasta su habitación. Abrió su armario y sacó de ahí una chaqueta impermeable de color gris oscuro. La colocó frente a mí y permaneció observándome eufórico.



Mi mirada por unos segundos divagó entre la prenda y su iluminado rostro, hasta que solté una falsa exclamación de sorpresa y la tomé para echarle un ojo.



- Es bonita. -No sabía que decir, porque desconocía el tema a tratar, y el joven no ayudaba mucho con su silencio.



Quería mentir y seguirle la corriente, porque no deseaba ser nuevamente el causante de que esos ojos se apagaran. Mi propósito era darle vida a BaekHyun, no desilusionarlo más. Pero los planes casi nunca salen como uno los proyecta.



Su sonrisa fue borrándose poco a poco. Incrédulo y confundido, pero con un atisbo de ilusión en sus palabras.



- ¿No es tuya?...



Me mordí el labio inferior debatiéndome entre mentir y volverlo a decepcionar.



Pero quería hacer las cosas de manera sincera, así que negué con la cabeza aún con el dolor de mi alma, tratando de desviar la mirada para no tener que ver como su hermoso rostro perdía el interés nuevamente.



Él enrojeció por su embarazosa actitud y con cobardía me quitó la prenda de las manos.



- Me cambiaré de ropa...



Salí de la habitación para darle espacio a BaekHyun. Ese que tan caprichosamente ansiaba quitarle momentos antes.



En la sala D.O se encontraba sentado en las piernas de Lay mientras este le leía un cuento. Aunque no era más que uno de sus tantos libros de misterio. Por otra parte Luhan armaba un rompecabezas. Todo estaba en orden ahí abajo. O algo así. Al menos... dentro de las estadísticas del "orden" en esa familia.



- Lay, no alimentes su pobre espíritu confundido.



Pero en seguida el bebé comenzó a gritar y golpear el libro pues su interlocutor se había detenido.



¡Deshonra! ¿Cómo os atrevéis a interrumpir las oraciones de vuestro profeta? ¿Qué acaso no sois conscientes de la insolencia que señaláis fastidiando vuestro versículo? - Algo así me imaginé.



- ¡ChanYeol, esta pieza no quiere encajar! -Luhan hizo un mohín, estresado por no poder acabar con su rompecabezas. Me mostró el trozo de cartón y yo me acerqué a él.

El niñero de los Byun [Hiatus]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora