Primer dia UGH. (parte 1)

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Lo único que veía era puerta y mas puerta, maldita sea era gigante. Lamentablemente también era antigua ya que al abrirla el ruido mas irritable del mundo salió de ella. Al instante tenía unos 20 pares de miradas sobre mí (JA y yo que no quería llamar la atención), opte por agachar la cabeza, pero me retracte al darme cuenta que así parecería débil, y no es precisamente lo que quiero, ya me pasaron por encima muchas veces, y no volvería a ocurrir. Por lo cual alze el mentón, erguí mi postura, mire cínicamente a todos y camine como si fuera la reina misma. No quería parecer una arpía, ya lo había sido años anteriores en otro colegios, y no me fue tan bien.

Sobrevive el más apto.

Mientras caminaba observaba los pasillos del internado (o infierno como prefieran), las voces se entremezclaban logrando así un confuso barullo..Por más que me mostrara segura, no era así, en mi interior, veía a todos con miedo, imaginando lo que estarían pensando. Seguramente todas malas.

Ya harta de mis inseguridades grite.

-BASTA-.

Y al parece lo dije realmente en voz alta, ya que algunos me miraron raro, otros simplemente rieron, aunque la mayoría me ignoro. Pensé que debía ir a la enfermería, me estaba volviendo loca, pero cambie de opinión al ver la gran maleta que iba a la par mía, con toda mi ropa y pertenencias, las cuales eran pocas. Bueno el punto es que decidí ir a la secretaría a preguntar el número de mi habitación y todas esas cosas típicas de internados, supongo. Creo que he visto demasiadas películas.

Me di cuenta que no sabía dónde estaba la secretaría, entonces pare al primero que paso y le pregunte:

-Oye tu! –mencione apuntando a un chico-.

-¿Yo? –respondió haciéndose el galán-.

-¿A quién sino? –pregunte-.

-Tranquila, que si lo que quieres es mi numero aquí lo tienes –respondió dándome un papelito con su número-.

-¡Claro que sí!, muchas gracias me daba pena pedírtelo –dije con voz sarcástica, arrugando el papelito y arrojándolo por ahí-. Escucha, soy nueva y no sé donde está la secretaría, ¿me harías el favor de ayudarme? –pedí pesadamente-.

-Mmm, déjame pensarlo –dijo irónicamente-, claro está atrás tuyo, adiós –respondía yéndose mientras soltaba una carcajada-.

No entendí, así que me di vuelta y efectivamente ahí se encontraba la puerta, me golpee la frente con la mano y refunfuñe recriminándome lo tonta que era.

Le empecé a dar pequeños golpes a la puerta, esperando que llamara la atención de alguien allí adentro, estuve tocando por un minuto, y no salía nadie. Me aburrí, por lo cual saque mi teléfono y observe si tenía alguna notificación, comencé a escribir con una sola mano. Mierda era difícil. Mientras tanto seguía tocando, la puerta se abrió pero no me di cuenta, y al hacerlo ya era demasiado tarde, me encontraba dándole pequeños golpes en la cara a la secretaria, que me miro con furia resplandeciendo en sus ojos. Yo solo sonreí inocentemente, con la risa de los demás de fondo.

-Castigada, ¡AHORA!, segunda puerta al fondo –me menciono en un tono frio apuntado la dirección-.

Después me cerró la puerta en la cara, dejándome con la palabra en la boca. Emití un gruñido poco normal en seres humanos, o eso creo yo, y camine hacia la sala de castigo indignada. Fue raro el camino, y más aun cuando llegue a la sala. Es decir, iba con una maleta 5 veces más grande que yo, exageradamente. Y estaba sentada con ese monstruoso equipaje como si no fuera nada, rodeada de gente que sinceramente aterraba, tenía miedo de que en cualquier momento me robaron algo, y creo que eso se reflejaba en mirada.

-¿Qué te pasa nuevita? ¿Nos tienes miedo? –me pregunto un chico con un tono sarcástico, y fácilmente 10 piercings en la cara-.

No respondí, me mantuve callada, lo cual le molesto, ya que estuvo el resto del castigo tirándome papelitos, ¡y duró dos horas! Simplemente agobiador. Cuando salí del castigo, se empezaron a escuchar murmullos en el pasillo, ''la nueva es una de las malas'', ''le pegó a la secretaria'', ''primer día, primer castigo''... Y así continuaron. Suspire, y le pregunte a una chica que se veía agradable si me podía ayudar. Resulto ser la asistente de la secretaria, así que tenía mi número de habitación, horarios y combinación de mi casillero a mano, lo cual agradecí ya que no le quería volver a ver la cara a la vieja esa.

Me pidió mi nombre, el cual le di ''amablemente'' con cara de dame las llaves o te mato

-Elizabeth Mayer –respondí fríamente-.

-Bien Anabeth, ahora las busco –me dijo gentilmente-. Por cierto mi nombre es Olivia Black -.

La mire mal.

-Es Elizabeth –dije corrigiéndola-.

-Oh claro, lo siento –respondió con pena fingida-.

Entro en la secretaria y saco un sobre, donde supongo que estaba mi horario, un papelito más pequeño, la contraseña, y las llaves, con el numero de mi puerta, al parecer es la 38. Genial no tengo que subir muchas escaleras espero. Me las dio, se despidió y se fue. Di media vuelta, dispuesta a buscar las habitaciones que no tenía ni idea donde estaban, pequeño detalle se le olvido a Olivia.

Camine por el pasillo, hasta llegar al fondo, y había un cartelito que decía ''HABITACIONES'' y dos flechas, una apuntando para la derecha y otra para la izquierda. Supuse que las habitaciones de las chicas están para un lado y la de los chicos para otra. Claro que no había ninguna palabra que especificara, así que tendría que averiguar. Aposte que la habitación de las chicas estaba a la derecha, por intuición femenina. Aunque al parecer vengo fallada de fábrica porque efectivamente eran las habitaciones de los chicos. Sin más que hacer di media vuelta y fui hacia la izquierda, no sin antes algún que otro piropo de los chicos, al cual respondía poniendo los ojos en blanco y luego sonriendo falsamente.

Llegue a la puerta con el número 38, ya en el lado correcto, abrí la puerta, con la llave obviamente. Esto parece una puta cárcel, había una ventana, con rejas, una cama ubicada en un rincón,y otra contra el otro rincón. Un armario relativamente grande para dos personas, y una cajonera. Las paredes y el techo eran completamente blancos, y el piso era simplemente horrible. Tendré que decorar esto a mi manera, dicho esto deje el equipaje en el suelo, y saque todos los posters de bandas que me gustaban, busque cinta y empecé a pegarlo, termine en media hora y ya estaba listo, pero faltaba algo, saque un aerosol negro. Salí afuera, lo agite y justo llego mi compañera de habitación.

-Mmm ¿Hola? ¿Que te crees que haces? -me pregunto bastante enfadada-.

-¿Yo? Ehh no nada, es solo que esto estaba seco y tenia que ¿agitarlo? -dije tratando de librarme de los cargos-.

-Si si, como digas. De todas formas no me importa -dijo rodando los ojos-.

Dejo sus cosas del lado de su habitación, me saco el dedo del medio y se fue.

Uff, creo que este año va a ser bastante díficil...

Finding OurselvesWhere stories live. Discover now