Capitulo III:"El meteorito"

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Rápidamente empujé a Tyler y salimos corriendo para la calle, como hicieron todos mis vecinos y mi familia. Truenos y una gran llovizna se empezó avecinar con grandes ráfagas de viento. Se podían ver cómo las nubes se ajustaban en entre sí, de camino para la zona donde cayó el meteoro.

En el pueblo se pudo escuchar un tremendo silencio. Las luces se fueron apagando, de cada casa y de cada lugar del pueblo. Poco tiempo después se empezaron a escuchar los policías, y las personas del noticiero. El pueblo parecía estar en shock por el meteorito, esto dejara mucho de qué hablar.  La curiosidad de salir corriendo e ir para ver qué pasó me estaban matando, me estaba volviendo loca.

Corrí esta estar cerca de mi padre y de madre. Empujé algunas personas y me metí por entre el medio de algunas. Me puse al lado de Nash que se sobresaltó cuando me quedé a su lado. Todos estábamos asustados y aterrados por el raro aparecimiento del meteorito. Me quedé al frente de todos observando con atención a lo que sucedía, aunque los policías no decían nada como tampoco ningún reportero, ellos no pueden decir o hacer algo ya que no hay luz. Se empezaron a escuchar las alas de un helicóptero volar por arriba de nosotros. Literalmente todos miramos para arriba donde se encontraba un helicóptero volando, que era lo único que nos dió luz por unos segundos, hasta que se fue hacer su trabajo. Todos regresamos nuestras miradas para donde el helicóptero que volaba encima de nuestras cabezas.

Algunas personas intentaron ir para donde pasó todo, pero los guardias nos retenieron.

—¡Necesito —habló un policía de cabello negro por, un tipo de micrófono —por favor que todos guarden la calma! ¡No pueden pasar donde cayó el meteorito! —dijo el policía.

—Y perdernos de la diversión —dijo Nash para nosotros dos. Yo lo miré y él me miró. Rodeé los ojos y regresé a ver al policía.

—¡Mantengan la calma! —repitió el policía por el micrófono.

Tyler por fin me encontró y se puso a escuchar lo que decía el comisario. Habían tantas personas, jamás había visto a tantas personas unidas, ¿de dónde salen?. ¡De la tierra!.

Miré para la parte de atrás a todas las personas. Cada vez venían más y más, personas que hasta vivían en la calle, como también habían personas que estaban en el hospital. La fila era extensa, parecía que no tenía fin. No sabía que habían tantas personas en este pueblo y las otras personas que faltan, que son las que están más atrás y en la otra carretera y en la otra, y así sucesivamente.

—¡Les pido que se vayan a dormir! —pidió el comisario.

Mi papá, mi mamá, Nash y yo fuimos hasta el principio de la casa como también fue Tyler. Se podían escuchar los susurros de las personas que caminaban de regreso a sus casas y algunos que otros perros ladraban.

—Hola Tyler —dijo mi madre mirando a Tyler que estaba a mi lado.

—Hola señor y señora Greenwich —dijo Tyler.

—¿Dónde estabas Norman? —preguntó mi padre con voz seca y enojada.

Tragué saliva.

—Estaba conmigo —dijo rápidamente Tyler.

—¿Y qué hacías con mi hermana? —preguntó Nash que dió un paso para al frente de Tyler.

—Estábamos poniendo reglas a nuestra amistad —me miró.

Mi mamá se puso al lado de Nash y puso su mano hasta su otro hombro y miró a Tyler con una fabulosa sonrisa. —Déjalos Nash, tu hermana eligió bien a su pretendiente

Fallen Angel ; Empezó la guerra Where stories live. Discover now