Capítulo 38 [Tu esposo puede venir contigo]

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Perrie

Me senté en la sala de espera y me esforcé en no mirar a las otras mujeres embarazadas que también estaban esperando. Había tres de nosotras. La mujer delante de mí se acurrucó contra el brazo de su marido. Él le susurraba cosas en el oído, haciéndola sonreír. Su mano nunca dejó su estómago. No había una actitud posesiva. Sólo protectora. Era como si él estuviese protegiendo a su esposa e hijo con ese simple gesto.

La otra mujer estaba mucho más lejos de cualquiera de nosotras, y su bebé se estaba moviendo. Su marido tenía ambas manos en su estómago y la miraba con asombro. Había una dulce mirada de adoración en su rostro. Ellos estaban compartiendo un momento y el sólo mirar en esa dirección me hacía sentir como si me estuviera entrometiendo.

Entonces, ahí estaba yo. Con Liam. Le había dicho que no necesitaba que viniera conmigo pero él había dicho que le gustaría hacerlo. No entraría a la sala de examen porque en lo absoluto lo dejaría verme casi desnuda en una pequeña y delgada bata de algodón, por lo que iba a sentarse en la sala de espera.

Se las había arreglado para conseguir una taza de café complementario y desde que sólo le había dado un sorbo, asumí que sabía horrible. Extrañaba el café. Probablemente sería delicioso para mí. Necesitaba comprar algo de café descafeinado.

—Perrie Edwards —llamó la enfermera desde la puerta que conducía a las salas de examen.

Me levanté y le sonreí a Liam.

—No debería tardar mucho.

Él se encogió.

—No tengo prisa.

—Tu esposo puede venir contigo —dijo la enfermera alegremente.

Mi cara estuvo instantáneamente caliente. Supe, sin mirar mis mejillas, que estaba ruborizada.

—Es sólo un amigo —le corregí rápidamente.

Esta vez fue ella quien se sonrojó. Obviamente no había leído mi registro para ver que estaba soltera.

—Lo lamento. Uh, bueno él puede venir también si quiere oír el latido del corazón.

Sacudí la cabeza. Eso era demasiado personal. Liam era un amigo pero yo no estaba lista para compartir algo tan importante como los latidos del corazón de mi bebé con él. Zayn ni siquiera lo había hecho aún.

—No, así está bien.

No me volteé hacia Liam porque estaba avergonzada de nosotros dos. Él sólo me estaba ayudando. Ser etiquetado como el papá del bebé no había sido con lo que había contado.

* * *

El examen no se hizo esperar. Esta vez había sido capaz de oír los latidos del bebé sin tener una varita atorada en mi interior. Fue tan fuerte y dulce como antes. El embarazo estaba progresando bien y estaba limpia para ir con una cita dentro de cuatro semanas a partir de ahora.

Caminando de regreso a la sala de espera, encontré a Liam leyendo la revista Parenting. Él levantó la mirada y me sonrió tímidamente.

—El material de lectura aquí es limitado —explicó.

Ahogué la risa.

Se paró y caminamos juntos hasta la puerta. Una vez que estuvimos en el auto él miró en mi dirección.

—¿Tienes hambre?

En realidad sí tenía, pero entre más tiempo pasaba con Liam más incómoda me sentía. No pude evitar la sensación de que a Zayn no le gustaría esto. Nunca le ha gustado que este mucho alrededor de Liam. A pesar de que necesitaba el aventón, estaba comenzando a preocuparme de que esto haya sido una mala idea. Sería mejor si Liam solamente me deja de regreso en la casa de Zayn.

—Estoy más cansada que otra cosa. ¿No podrías simplemente dejarme en donde Zayn? —pregunté.

—Por supuesto —contestó con una sonrisa.

Liam era muy fácil de manejar. Me gustaba eso. No estaba de humor para lo difícil.

—¿Todavía no has hablado con Zayn? —preguntó él.

Esa no era una pregunta que quisiera responder. Demasiado para no ponerse difícil. Yo sólo sacudí la cabeza. Él no necesitaba una explicación y si lo hacía, pues muy mal porque yo no tenía una. Me había rendido y hace dos noches llamé a Zayn para ir directamente al buzón de voz. Le dejé un mensaje pero no me había devuelto la llamada. Estaba comenzando a preguntarme si él tenía la esperanza de que yo me fuera cuando él regresara. ¿Cuánto tiempo se supone que estaría en su casa?

—No está lidiando bien con esto, imagino. Te llamará pronto —dijo Liam.

Podía darme cuenta por el tono de su voz que ni siquiera creía lo que estaba diciendo. Sólo era para hacerme sentir mejor. Cerré mis ojos y pretendí dormir, así él no diría nada más. No quería hablar de eso. No quería hablar de nada.

Liam encendió la radio y conducimos en silencio por el resto del camino hacia Rosemary. Cuando el coche se detuvo, abrí mis ojos para ver la casa de Zayn frente a mí. Estaba de regreso.

—Gracias —dije, mirando en dirección a Liam.

Su expresión era seria. Podía decir que estaba pensando en algo que no quería compartir conmigo. No necesitaba preguntar para saber qué era. Piensa que yo debería irme también. Zayn no iba a llamarme y había una posibilidad de que no fuese a volver. No podía simplemente vivir en su casa.

—Llámame si necesitas algo —dijo Liam reuniéndose con mi mirada.

Asentí pero ya estaba decidida a no llamarlo más. Incluso si a Zayn no le importaba lo que hiciera, no se sentía correcto. Abrí la puerta del auto y di un paso hacia afuera. Con un saludo final, me dirigí hacia la puerta del frente y de vuelta a la casa vacía.

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Nunca es demasiado lejos [2da Temporada]Where stories live. Discover now