23.- El inicio de todo

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Luke aporreaba la puerta una y otra vez. Miré de refilón a Surina, quien no hacía más que pasearse nerviosa por la habitación. Si lo que esperaba es que me diera consejo, iba clara. Resignada, dejé de guardar la ropa sin orden ni cuidado en la maleta, y abrí la puerta.

Luke entró casi empujándome, y se sentó en la cama con expresión abrumada, apartándose los cabellos de la cara y apretando los puños.

- ¡Lo siento, la he cagado!- Chilló, frustrado, mientras golpeaba el colchón. Surina y yo nos sobresaltamos a la vez, centrando nuestra atención en él.- Sé que no debí decirle nada, pero me había contado todos sus secretos, había dejado ver su lado más vulnerable y yo…- Suspiró, bajando la mirada- Yo confío en ella, Clarya. Sé que a ti seguramente no te sirva de mucho y que fui un completo gilipollas al revelar un secreto que no era mío… Sólo espero que puedas perdonarme…

Suavicé la expresión de mi rostro al verle visiblemente consternado por lo que había dicho. Me senté a su lado, insegura.

- ¿Qué le dijiste luego?

- Intenté decirle que era una broma, pero no funcionó…- Murmuró, un tanto decepcionado consigo mismo.- Así que casi no le di tiempo a decir nada más cuando le expliqué que había cometido un error y que era demasiado tarde para enmendarlo, pero necesitaba intentarlo. Sinceramente, odio haberte hecho esto.

Sonreí de medio lado.

- Te entiendo, pero también comprende que acabas de desvelarme, y no contra alguien normal, no, contra la hija del Gobernador. Si quisiera, mi cabeza estaría servida en una bandeja de plata antes de acabar el día.

- No puedes juzgarla sin más, Clarya. También es una persona normal…- Intentó decir Luke, antes de que Surina saltara

- ¡¿Persona normal?! Luke, puede matar a Clarya!

- ¿Acaso ella no confió en mí también en su momento?- Respondió él, visiblemente abrumado por la poca compresión de Surina.- Si ella apenas reaccionó cuando le dije eso, simplemente se quedó fascinada. No fue hasta que no sentí temor que se dio cuenta del error que había cometido.

- Pero su estatus…- Continuó Surina, sin ceder en su opinión.

- ¿Entonces estás juzgándola por eso? ¿Acaso no puede ser buena persona? ¡Si fuera un pinche de cocina no te pondrías así, pero seguro que tampoco si en vez de ella, habláramos de él!

La cara de Surina ensombreció notablemente al escuchar esas palabras, crispó los dedos y tuve que levantarme apresuradamente para que no respondiera nada, posando con suavidad una mano en su hombro. En mi interior me imaginaba que si el fallo lo había cometido Surina, todo esto podría haber sido mucho peor.

- Está bien, basta ya. O bien tengo que bajar de esta nave, o bien simplemente tengo que modificar sus recuerdos. Esta guerra no va a ninguna parte, simplemente fue un error pasional. Ya está. Ni más, ni menos.

Casi tras finalizar mi conciliador discurso, llamaron a la puerta. Entrecerré los ojos con resignación. Creo que llegábamos demasiado tarde.

Surina miró alrededor, y luego nos hizo un gesto para escondernos. Realicé el hechizo de invisibilidad y tomé de la mano a Luke, quedando ambos fuera de cualquier mirada mientras ella avanzaba hacia la puerta y abría una rendija. Desde nuestra posición pudimos ver el rostro serio y frío de Owen, quien acompañaba a su hermana.

- ¿Queríais algo?- Preguntó, mostrando una inocencia que solo ella era capaz de mostrar en estas situaciones, si hubiera sido Luke quien hubiese abierto la puerta, creo que ya estaba de nuevo delatándose. El pobre, en el fondo, es un poco bocazas. Esa cualidad no ha cambiado demasiado en él desde que lo conocí.

El Fantasma del LhandaWhere stories live. Discover now