Capítulo 7: La culpable de todo

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Pasé las páginas con lentitud. Aquel libro siempre reflejaba tal sensación de antigüedad que temía que las páginas e rompieran una a una nada más posar mis dedos en ellas. El libro, de tapa de cuero, olía a humedad y dejaba cierto toque de misterio en el paladar al aspirar su aroma. Sonreí con nostalgia.

- La verdad es que echaba de menos este libro...- Musité. Estaba sentada de piernas cruzadas en la cama de Luke, mientras éste se lavaba los dientes. Surina leía por encima de mi hombro.

- La verdad es que no entiendo cómo Daimen ha aceptado que vuelvas a tener el libro.- Dijo ella.

- Oh, es que no lo sabe.- Comenté, deteniéndome en un hechizo de olvido. Eran trece líneas de sílabas casi impronunciables.- Si no fuera un hechizo tan largo, podría serme útil...

- Ah, hablando de hechizos.- Luke salió del cuarto de baño, intentando peinarse su desordenado cabello, sin éxito. Reí levemente mientras le pasaba el libro a Surina.- ¿Por qué te especializaste en el hechizo de invisibilidad?

- No lo hice- Comenté.

- ¿Ah, no? Lo realizas con tanta soltura...

- No, el hechizo de invisibilidad es el más simple y corto del libro. Soy incapaz de aprenderme de memoria más de línea y media de palabras impronunciables.- Comenté. Aquello seguramente chocaba con el pensamiento que tendría Luke de mi. Conocer a alguien tan inepta como yo seguro que era para sorprenderle. Sobre todo pensando todo el tiempo que había sobrevivido sólo con ese hechizo.

- Siempre ha sido así de inepta, Luke, quita esa cara.- Dijo Surina, devolviéndome el libro. Gruñí y pasé de página. Incliné la cabeza. El hechizo que me mostraban aquellas páginas ajadas en los bordes era un hechizo para detectar la magia en activo. Justo como la máquina que decía Tao que tenían en su poder.- Bueno, corrijámonos. Clarya tiene un poder increíble, verdaderamente es capaz de mantener un hechizo no muy sencillo durante un día entero y hacer esfuerzos físicos tremendos al mismo tiempo. Incluso su pronunciación de los hechizos es de primera. Sólo le falla una cosa.

- ¿Ah sí? ¿Qué cosa?- Luke parecía verdaderamente curioso, se acercó a Surina al tiempo que ella se alzaba y me daba unos golpes en la cabeza.

- Su memoria- Fulminé con la mirada a Surina mientras me rascaba la cabeza. En verdad no me había dolido, pero quería demostrarle que psicológicamente me había molestado su comentario.- No te hagas la molesta, tú misma lo dices. Deberías verla, cuando tenía el presentimiento de que iba a necesitar un hechizo, se lo apuntaba en el brazo.

Puse los ojos en blanco mientras pronunciaba para mí misma las runas que había en el papel, al tiempo que pasaba mis dedos sobre ellas. Aunque tenía razón y era un desastre, también tenía razón en todo lo que se refería a la magia. Era capaz de recitarme un hechizo sin trabarme una sola vez, siempre que tuviera delante las palabras escritas. Incluso era capaz de hacerlo rápido, si la situación lo requería. Lo único que no era capaz de hacer era memorizarlo.

Me aclaré la garganta, y Surina y Luke comprendieron que iba a intentar pronunciar un hechizo. Por un segundo temí decir instintivamente el hechizo de invisibilidad, de carrerilla, como si ya fuera el único hechizo que pudiera pronunciar. Pero fue una falsa alarma, enseguida comprendí que estaba recitando las palabras adecuadas. Primero lentamente, aumentando paulatinamente la velocidad a medida que me acostumbraba a ellas.

Finalmente el hechizo llegó a término y comencé a ver mi cuerpo brillar con un ligero fulgor azulado, también sentía algo, como si fuera mi magia, mezclada con alguna más. Pero tampoco tuve tiempo para detenerme mucho en aquellos detalles, puesto que enseguida sentí dolor, un dolor intenso que no provenía de un punto fijo de mi persona, sino de toda yo.

El Fantasma del LhandaWhere stories live. Discover now