Prólogo: De vuelta de la Ciudad de la Luz

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Clarke se despertó de su letargo. Se sentía un poco mareada y le dolía todo el cuerpo. Por la intensa punzada en la nuca que notó cuando movió la cabeza, supo que ya le habían retirado el IA. Por un momento sintió un poco de nostalgia al darse cuenta de que ya no podría ver a Lexa en la Ciudad de la Luz, que su espíritu ya no formaba parte de ella. En silencio le dió las gracias por haberla ayudado a salir de aquel infierno, por haberla salvado.

Cuando pudo fijar la vista, vió la cara de su madre, que con una mezcla de preocupación y alivio la observaba, preguntandose en silencio si volvía a ser ella misma. Clarke la abrazó y le dijo que estaba bien, más por tranquilizarla que porque realmente se sintiera así. Ya habría tiempo de romperle la burbuja de tranquilidad cuando ella- y todos los demás- se enterasen del enemigo silencioso que les acechaba. Un viejo conocido en realidad.

De repente, Clarke volvió a observar una intensa preocupación en el rostro de su madre, pero esta vez no la miraba a ella sino a Kane. -Está bien, ve con él- le indicó con una forzada sonrisa-
-Estás segura?- preguntó Abby. Clarke asintió y dejó que su madre fuera a atenderlo. Kane, como los otros, acababa de despertarse del dominio de Alie y estaba confundido, dolorido y avergonzado por todo lo que había hecho. Liberó la garganta de Bellamy, al que casi estrangula con sus propias manos.

El chico se levantó, respiró hondo un par de veces y en seguida acudió a ver cómo se encontraba su amiga.

Con infinita preocupación se acercó a ella, se arrodilló junto al trono que ocupaba y le tomó las manos. Cuando la miró a los ojos se tranquilizó al ver en ellos a la chica que tanto apreciaba, la que se había vuelto indispensable para él en ese mundo de locos en el que vivían.

-Estás bien?- quiso asegurarse. Cuando ella asintió, él continuó - Lo hemos logrado- y le dedicó una de esas sonrisas que reservaba solo para ella y que decían tanto aún sin decir nada. Ella lo miró y supo que no podía ocultar su secreto por más tiempo. No a él. Cuando Bellamy la miraba, parecía que podía atravesar todos sus muros y veía su alma, como nadie más en el mundo. Esa conexión que tenían, que a pesar de los malos momentos que habían pasado seguía viva.

-No parece que acabemos de salvar al mundo- le dijo, temiendo lo peor.

-Porque no lo hemos hecho, todavía no- dijo Clarke.

Tenemos que salvar el mundo...otra vezWhere stories live. Discover now