La venganza de Octavia

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Después de soltar la bomba, Clarke se sintió en parte liberada y en parte culpable. Mientras una leve sensación de alivio se reflejaba en su rostro, el de Bellamy estaba tenso, esperando impaciente una explicación.

- Cómo que todavía no? Qué ha pasado Clarke? Qué has visto?- las preguntas salían a borbotones de la boca del chico. -Ahora no puedo entrar en detalles- dijo ella bajando la voz para que los demás no la oyesen, aunque estaban distraídos no podía arriesgarse a explicarselo todo hasta que ella misma lo hubiese procesado primero- pero ALIE me mostró algo sobre la Tierra con lo que no contábamos, y aun estamos en riesgo. Pero cuando estemos solos te lo contaré todo-

-Está bien- dijo él que, leyendo la seriedad en las palabras de Clarke, tampoco quería preocupar antes de tiempo a los demás, ya sabía lo que el pánico podía causar en la gente, y más ahora que la mayoría estaban en estado de shock o recuperándose después de la batalla.

En ese momento sucedió algo que ninguno esperaba. Sin mediar palabra, Octavia cogió su espada y se la clavó a Pike en medio del pecho, retorciéndola una vez hubo atravesando su cuerpo por completo. Pike calló de rodillas primero, y luego se desplomó sobre el suelo, muerto.

Todos se quedaron helados, observaban estupefactos la escena.
-O...- murmuró Bellamy, con una mezcla de terror y compasión en los ojos, miraba a su hermana sin dar crédito a lo que acababa de pasar.

Octavia se volvió a mirar en dirección a donde estaban su hermano y Clarke
-Jus drein jus daun- dijo, sin un atisbo de emoción en sus palabras. Sacó su espada del cuerpo inerte del hombre que acababa de matar, aquel hombre que solo hace unos momentos le había salvado de morir a manos de un grounder chipeado, se la enfundó en la espalda y salió de la habitación.

Al principio nadie se movía, salvo para pasar la vista alternativamente del cuerpo de Pike, a la puerta por la que había salido Octavia.

La primera en reaccionar fue Abby. Se acercó con cuidado al cuerpo de Pike y, aunque estaba claro que había muerto, puso sus dedos en la carótida del hombre, con la esperanza de notar pulso, aunque fuera débil e irregular. Algo que sugiriera que lo que acababa de pasar no era real, que aquella pequeña chica no acababa de matar al canciller a sangre fría. Pero no pudo más que levantar la vista en dirección a Bellamy y decir -Está muerto-

Estas palabras hicieron reaccionar al resto, y empezó a oirse un leve murmullo, pero Bellamy seguía en shock, inmóvil. Clarke lo miró y le cogió de la mano, sin decir nada, solo miraba a su amigo con infinita compasión.

Al cabo de unos segundos que parecieron eternos, Bellamy reaccionó y corrió tras su hermana, la buscó por toda la planta pero no la encontró, lo cual parecía absurdo teniendo en cuenta que estaban en el piso 17 de la torre y habían destruído el ascensor, que era la única salida.
No tardó mucho en darse cuenta de que, conociendo a Octavia, habría usado el mismo método que usaron los grounders y los demás chipeados para acceder a la torre. Se aproximó a la cornisa por donde habían trepado la primera vez y, efectivamente, alli estaba su hermana, varios metros por debajo del último piso, bajando agarrada a los salientes de la ya ruinosa torre. Pensó en llamarla, pero temió distraerla de su ya de por sí peligrosa bajada, y decidió dejarla ir en silencio.

Bellamy se quedó allí, parado, observando como su hermana pequeña se alejaba. Tenía en corazón en un puño, imaginando el dolor que debía atravesar el pecho de Octavia desde que Pike había asesinado a Lincoln, lo sificiente como para asesinarlo sin ni siquiera pestañear. En secreto, Bellamy había albergado la esperanza de que Octavia acabara superándolo, pero conocía a su hermana y entendió que lo que acaba de suceder estaba escrito en el libro del destino desde el momento en el que el canciller apretó el gatillo. Era inevitable.

Bellamy seguia allí, mirando hacia abajo aunque hacía ya tiempo que no veía a Octavia, sumido en sus propios pensamientos cuando alguien le tocó el hombro. Era Clarke, que a pesar de estar hecha polvo, había decidido acercarse a ver qué tal estaba.

-Se ha ido, verdad?- más como una manera de entablar conversación que esperando una respuesta, ya que era evidente que Octavia ya no estaba allí.

Bellamy simplemente asintió sin decir palabra y sin separar la vista del infinito, allí por donde había desaparecido su hermanita.

Clarke no sabía qué decir, así que se limitó a ponerle la mano en el hombro a su amigo. En el fondo tenía miedo que en un acto de locura decidiera seguirla.

-Todo es culpa mía- dijo, en un tono tan sombrío que Clarke se estremeció al escucharlo. -Yo he provocado que mi hermana pequeña se haya convertido en una asesina. Yo soy el culpable de su dolor-

Por un momento, Clarke pensó que iba a echarse a llorar. Sin embargo, aun con los ojos tristes la miró y le dijo: - no deberías estar aquí, no estás en condiciones-
-Estoy bien- repuso ella, intentando tranquilizarlo - mi madre ha dicho que estoy bien, que con algo de reposo pronto estaré como nueva-

Bellamy esbozó un amago de sonrisa y la tomó del hombro, acompañadola de vuelta a la sala del trono -Vamos, tenemos que averiguar como vamos a bajar de aquí, no todos somos tan ágiles como...- hizo una mueca de dolor y no dijo nada más. Clarke  lo siguió en silencio, sabía que no estaba preparado para hablar de ello, no aun.

Tenemos que salvar el mundo...otra vezWhere stories live. Discover now