Tormenta eléctrica

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 DISFRUTEN

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 DISFRUTEN

Existe en el mundo un fenómeno capaz de asustar al humano tanto como en la época de las cavernas, El lo había presenciado solo una vez, el mismo día que se la llevaron de los brazos de su madre y eso era una tormenta de rayos. El recordó ese día de golpe al sentirse arrastrada de nuevo a esos sueños que asustan a las personas. Las lúces de una pequeña choza se encendían y apagaban y luego "BRASHHH" un golpe en el cielo que la asustaba y hacía llorar, uno tras otro los estruendos en el cielo se iban acercando y las luces iban y venían dentro de la casa, de un momento a otro varias líneas de luz vinieron del cielo y rompieron la tierra, El tenía miedo de que uno de ellos la partiera por la mitad como al suelo. Su sueño finalizó con una mano que la apartaba de su mamá mientras la mujer lloraba y lloraba, luego los monstruos buscaban arrebatársela a la mano que firmemente buscaba llevársela. Al final al borde de un ataque nervioso, El gritó con todas sus fuerzas y llamó al único ser en el mundo que podía salvarla y que para su genuino horror estaba rodeado de luces que amenazaban con golpearlo en la cabeza, los hombres malos intentaban darle alcance y al final una colisón de luz lo golpeaba en el pecho dejándolo innerte en el suelo: Mike. 

Y El, con el corazón marchito y ahora siendo solo un monstruo gritaba y gritaba mientras los rayos segían callendo y la electricidad viajaba por toda la tierra. 

***

-¿El? ¡EL, ¿QUÉ TIENES?!- El despierta con la frente empapada en sudor y los brazos aferrándose a su torso, delante de sus ojos llenos de miedo solo ve a Mike quien asustado la sacude de atrás hacia delante con el único fin de despertarla. -El, estabas gritando- susurra Mike antes de que El se lance a sus brazos y lo aferre con todas sus fuerzas por el cuello. El chico se congela pero termina pasando sus brazos por la cintura de Eleven quien trata de controlar su respiración y de olvidar ese sueño feo, pero por más que lo intente la visión de su madre sollozando y gritando junto con Mike siendo derribado por un rayo terminan por romper su equilibrio ¿Es normal sentirse tan aterrado? No tiene fuerzas para preguntarle a Mike quien la arrulla. 

-Soñé con mi mamá- es lo único que puede articular. -Ella era muy bonita.

-¿Tanto como tu?- El sonríe sin despegarse de Mike quien besa su mejilla. 

-Siempre repites que soy bonita. 

-Porque lo eres. Es como decir que la sopa que hace mamá es rica... No te cansas de repetirlo porque es la verdad. 

-¿Podemos comer sopa allá afuera?

-Sí, todo lo que quieras. Mamá sabe hacer muchos tipos de comida- El sonrió al imaginar todos los sabores de comida que aun le faltaban por conocer. Su sonrisa perduró mientras Mike hablaba sobre "pizza" un alimento grasoso con queso y carne sobre un pan... Se escuchaba delicioso aún sin tener una idea fija de como era. El estómago le gruñó. -Que tonto soy, debes tener hambre- Mike dejó de abrazarla y fue rumbo a su mochila. No llevaba mucho de comer, solo waffles, un toper con macarrones y queso y una botella de coca-cola junto a la botella de agua. De pronto le vino a la cabeza una idea -¿Quieres hacer un picnic? Es una comida, te sientas en el suelo sobre una manta, pones la comida encima y platicas con otras personas. 

-Suena bien- susurra El y baja de la mesa de billar. -¿Dormí mucho tiempo?- Mike se encoge de hombros, su reloj parece estar descompuesto. Según él solo han pasado unas horas, según el reloj de su muñeca han pasado tres días ¿No puede ser posible, verdad? Mike la toma de la mano y pasa un suéter por encima de su cabeza, El no lucha, tiene frío y la ropa que Mike le ha dado es bonita, sobre todo ese suéter de color rosa con maricosas dibujadas. 

-¿Te gusta?- pregunta Mike al mirar la prenda que ha sacado de las cosas de su hermana (tendrá problemas con ella cuando regrese) 

-Mucho, es precioso. 

-Te queda muy bien... Cuando salgamos de aquí te llevaré a lugares llenos de ropa y podrás elegir lo que más te guste. 

-¡¿En serio hay tanta ropa para llenar un lugar?!- Mike afirma. 

-Sí, cientos de ellos con miles de prendas para chicas. La mayoría se vulven locas dentro de esos sitios- Mike acomoda su chamarra y la de Jonathan para después colocar encima la comida que lleva. Luego invita a El a sentarse quien toma su lugar delante del chico que hace un emparedado de asado frío. 

-¿Por qué?

-A las mujeres les gusta mucho la ropa- Mike se encoge de hombros y le pasa el emparedado a El -Espero que te guste- El afirma y se lleva el pan directo a la boca dándole un gran mordisco. 

-Delicioso- habla con la boca llena, cosa que a Mike le parece adorable. Sus pensamientos se vuelven hacia la comida dejando de lado aquel mal sueño donde ella se transformaba en monstruo, esa visión la hace temblar pero oculta el miedo con una sonrisa. 

Comen y ríen de todo lo que Mike cuenta. A veces imita la voz de sus amigos en algún relato y luego El se anima a contar las bromas que ha hecho ella misma en el otro lado, a pesar de no ser muy graciosas, Mike sonríe con cada una de ellas. Mike quiere que ese momento sea eterno, poder capturarlo y guardarlo en un libro igual a las flores que había hecho florecer en su inerte y carente de vida jardín. Quizá todos son una especie de jardín sin vida en este mundo hasta que encontramos esa persona que lo hace florecer. Mike suspira y mira reír a El, ella nunca se ha sentido más feliz en toda su vida y es grandioso. 

-¿Así será siempre, Mike?- pregunta ella. Mike afirma. 

-Sí, siempre hasta el día en que seamos viejos y ambos muramos. 

-¿Cuánto falta para eso?- Mike hace cálculos.

-Unos setenta años- El sonríe, le parece demasiado tiempo pero muy poca para decir siempre. No quiere pensarlo, pero sabe que hay otras niñas allá afuera más inteligentes y bonitas que ella, quizá el siempre nunca dure siempre después de todo... Mike adivina sus pensamientos en la mirada color ponche y niega con la cabeza. -Si son cinco minutos o cien años siempre voy a quererte El y ese breve instante que dure nuestra vida será el siempre de ambos. No hay en el mundo algo más fuerte de lo que siento por ti. 

-¿En serio?- Mike afirma y toma la mano de El. Le da un pequeño y casto beso en los labios y después se aparta. 

-En los cuentos de hadas, los protagonistas deben de pasar un sin fin de problemas para poder estar juntos. Hay veces en las que ambos casi mueren o se enfrentan a una bruja malvada que desea hacerles daño, pero son valientes y terminan por derrotar a los malos para después vivir felices por siempre.

-¿Me enseñarías a leer esos cuentos?

-Por supuesto- Mike va a besarla de nuevo cuando la puerta de la cabaña se abre revelando a un Jonathan por completo asustado y sosteniendo su rifle como si fuera a irse corriendo. 

-¡Vamos, tenemos que irnos!- Jonathan entra hecho una tormenta y comienza a meter todos los objetos regados en el piso dentro de mochilas al azar. Mike y El tratan de ayudarle sin preguntar -¡Nos han encontrado!- murmura. 

-¿Monstruos?- pregunta El asustada. Jonathan niega. 

-¡Los hombres malos! Los vi rondando cerca- un gruñido se escucha cerca de las ventanas, Mike mira de reojo las lámparas encendidas, una emite un breve destello antes de apagarse por completo. Mike apenas toma la mochila cuando Jonathan lo jala de la muñeca y trata de buscar una salida, mira de reojo a El quien parece más una muñequita de trapo siendo sacudida de un lado a otro, lleva una chamarra entre su brazo libre que se agita mientras el mayor abre las puertas y de adentra más en la cabaña. 

Mike escucha otro gruñido, esta vez más cercano a ellos, pero algo aún más escalofriante los hace quedarse congelados. 

-¡Creo que están aquí!- grita un desconocido con extraño acento. Mike siente que la sangre se le congela en el preciso momento en que Jonathan los obliga a entrar a una habitación vacía donde hay una cama, un armario y una ventana, estaban completamente atrapados.  

CARTAS A EL (Stranger Things)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora