Ósculo

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Un pelirrojo camina con parsimonia por el pasillo de mármol blanco, murales de dioses batallando con titanes se extiende en el techo del lugar con tan irreal belleza que parece que tienen vida, sin embargo su vista vuelve al frente donde ve a un hombre con una túnica blanca, se detiene y arrodilla ante este que esta sentado en su trono, es de tez nívea con rasgos robustos de cabello largo blanco, sus ojos azules se mantienen serenos y con una sutil sonrisa pronuncia.

-Apolo hijo mio...-

-Querido padre...dime ya tomaste una decisión con respecto a la vida de los humanos-

Lo pensé mucho y he llegado a una conclusión-dijo levantándose y caminando hasta el-Apolo...

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Se dirigía a la recámara de su diosa pero decidió cambiar de rumbo, habia sentido la presencia de Teseo seguirlo desde hace varias horas, si iba por la zona de aprendices lograria perderlo por unos momentos, si era como suponía el dios Apolo le dio orden de seguirlo también dentro del santuario, no entendia porque tanta desconfianza hacia su persona, no obstante en ese momento se detuvo abruptamente al ver a Teseo frente a el.

¿adonde te diriges?-pregunto el rubio.

A mi habitación-contestó con tranquilidad.

Tu habitación queda en la dirección contraria-dijo acercándose peligrosamente.

Si, bueno...ahora  que me acuerdo, debo hablar con Artemisa-sama-dijo el peliverde dando unos pasos hasta quedar de frente con el rubio que era más alto que el-¿podrías quitarte de mi camino?

El rubio tomo de la ramera a shun y lo levantó unos centímetros en el aire quedando sus rostros a la misma altura, detrás  de uno de los pilares un pequeño pelirrojo miraba la escena, sin poder decidir si intervenir o quedarse sólo como espectador.

-Estas no son horas para que hables con ella-

-Lo que tengo que decirle no puede esperar a mañana-

-¿Y que puede ser tan importante como para no poder esperar?-

Eso es algo que no te concierne Teseo-dijo elevando su cosmos-asi que sueltame en este mismo instante.

-claro con todo gusto-

En el instante que sus pies rozaron el suelo, el ángel estampó su puño en su rostro provocando que salga disparado unos metros para estrellarse de espaldas contra un muro.

El sabor de la sangre lleno su paladar, limpio el liquido carmesi que resbalaba de su labio inferior hasta su mentón y sus esmeraldas se enfocaron en el rubio que se mantenía con una sonrisa arrogante y preparándose para lanzar otro ataque.

Maldito-murmuro el peliverde.

¡Espera¡-exclamo el pequeño que se interpuso entre ambos-no es justo que tu combatas con armadura y shun no.

Si no quieres una golpiza peor que la vez anterior apartate en este momento-amenazo al pequeño pelirrojo.

Kiki vuelve con Marin-dijo el peliverde incorporándose-esto es solo entre Teseo y yo.

-¡Largo enano!-

-No...no puedo irme y dejarte peleando solo con este loco, shun-

Entonces muere junto con el-dijo el rubio apunto de lanzar su ken.

Kiki cerro sus ojos y sintio como shun lo cubria con su cuerpo, el ojiesmeralda vio con sorpresa como odiseo estaba frente a el, deteniendo el puño del rubio.

¿Odiseo...?-dijo incrédulo-idiota ¿Por que estas defendiendo a shun?

Estoy impidiendo que hagas una estupidez-dijo soltando su puño-recuerda que Artemisa-sama te advirtió sobre tocar a shun.

TRAICIÓNWhere stories live. Discover now