Capitulo X.

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Lo habian reprendido por llegar tarde...¿Como podria saber él,que el tiempo en Andrómeda transcurría de forma tan distinta?...No le pareció estar más de una hora allí con Miguel.Pero al llegar notó que habían corrido unas cuatro en los Cielos,y que la hora de adoración,de la cual era encargado ya había pasado,siendo llevada a cabo en forma imprevista, por un irritado Emanuel.

Por eso ahora estaba recluido a su habitación mirando por la ventana,esperando atisbar aunque sea de lejos a los Visitantes convocados por el Padre.

Mientras esperaba sonreía.La escapada con su adorado angel le habia dejado mucho más que un castigo,pues también se habia revelado a sus ojos eso que tanto ansiaba ver.

Miguel tambien lo amaba...Podría jurarlo.

Esas miradas que le obsequiaba le gritaban los sentimientos que su boca callaba.Aquellos suspiros y esa ansiedad nunca antes vista en él, lo delataban.

Una sonrisa aun mayor se plasmó en su tez al recordar el éxtasis que vio en sus ojos al posarlos en su completa desnudez.Producir eso en Miguel,lo hacía sentir igual de extasiado que él.También le despertaba cierta curiosidad...¿Podría obtener resultados similares en los demás?

Sus talentos de seducción a veces eran empleados con Hariel,para que este le cumpliera algún que otro capricho,solo en él,pues aparte era casi el único que se le acercaba normalmente.

En ese momento sus pensamientos fueron interrumpidos por la llegada de los forasteros,quienes aparecieron de improviso emergiendo desde un portal.Eran cinco hombres y una mujer,y él,preso de la intriga por saber quienes eran,salió de su cuarto raudamente y se colocó detrás de una de las columnas laterales de la Zona alta para observarlos desde allí.

Estos avanzaban a paso veloz por el patio central,sin prestar demasiada atención a la curiosidad que despertaban a su alrededor,pero uno de ellos si mostro interes,y lo hizo en él.

Lo miro con fascinación,y eso a Luzbell le gustó mucho.Y quiso experimentar,lo que minutos antes se preguntaba...¿Podría obtener resultados similares en los demás?

Con esto en mente,le dedico una sonrisa.No una cualquiera,una coqueta y cargada de intenciones ocultas,una que aquel titanico hombre capto al instante y devolvio con otra llena de...¿Que era eso?...Avidez...Si,una manifiesta hambre por su persona.

Luzbell enrollo sus cabellos en forma traviesa en uno de sus dedos,mientras ladeaba la cabeza en una pose por demás seductora,y su observador,sonrió,es más,se detuvo en su marcha por completo y se plantó en su lugar para devorarlo con su mirada completamente blanca.

Algo en él intimidó al Arcángel,el cual cayó en cuenta de que aquel juego se le estaba yendo de las manos, cuando ese desconocido empezó a caminar lentamente hacia donde él estaba.

Trago saliva algo nervioso,pero decidió quedarse y ver.

-¿Eres la estrella,no es así?...¿La tan reconocida creación del Padre?...Esa de la cual dicen que su belleza no se compara con la de nadie-le dijo el hombre al llegar hasta él,y luego agregó-Yo soy un Centinela,uno de cinco,mi nombre es Jayán...y es un absoluto placer conocerte-.

Luzbell quedó encantado con esa introducción con la que el tal Jayán se había presentado,y decidió seguir probando sus encantos un poco más.

-¿Eso dicen?...Exageran,solo soy un ángel más...Mi nombre es Luzbell-se dio a conocer con fingida modestia y una incitadora pose de inocencia.

-Lo sabia...Eres tú...Y no exageran...Eres lo mas hermoso que mis ojos han visto ,y créeme han visto mucho-le dijo recorriendo su estilizada silueta con su apetente mirada.

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