pecados con mi primo(adaptación)suga y tu

Parte 32

  – ¿Están listos para recorrer la playa? –Habló Rosita muy entusiasta mirando a Suga...
Pobre pendeja, será mejor que vaya apagando esas fantasías sexuales con mi mierda si no quiere que le rompa algo...
– Entonces suban a las camionetas, la playa está a unos diez minutos de aquí.
Mis tíos y mis padres subieron con mucha alegría a la primera camioneta, ésta la iba a manejar Rosita, la cual pensó que Suga se iría en esa misma, jaja, perra... Pero, Suga y yo nos subimos en la segunda, la cual iba a ser conducida por el mismo hombre que nos recibió en recepción.
– Espero que la tipita esa deje de hacerte ojitos o te juro que le partiré la cara... –Gruño entre dientes y Suga me sonríe.
– Baja la guardia, si vas a matarla o qué sé yo, hazlo por un motivo que no levante sospechas a nuestros padres... Pues, si se llegaran a enterar de todo esto, te enviarán lejos de mí e igual a mí... y no queremos eso, ¿O sí?
– ¡Nunca! –Hago un silencio mientras pienso en cómo sería mi vida si mis padres se llegaran a enterar de todo lo que he vivido con Suga... Y lo único que puedo pensar es nada... mi mente en blanco, solo eso– No sé qué sería de nosotros si... –Miro disimuladamente al conductor y bajo la voz– si se llegaran a enterar de toda ésta aventura... Mierda moriría.
– Igual yo... e incluso tu padre me mataría...
– Es gracioso porque, ¿sabes?  cree que aún soy virgen...
– ¡JAJAJA! –Suga rompe en carcajadas e imposible no reír con él.
EL chofer nos mira por el retrovisor con confusión. Le doy una patadita a Suga y éste toma cordura de nuevo... o eso intenta.
– Es lo más que me he reído en éste viaje... –Seca sus lágrimas sin quitar esa amplia sonrisa de su rostro... lo cual me hace sonreír igual– O sea... Después de todo lo que hemos hecho, ¿Te imaginas que  se le ocurra hacerte una prueba de esas? Ahí sí que estarías bien jodida...
– Ni lo digas pendejo... –Lo interrumpo, eso sí que sería la cagada más grade que se le ocurriría – Es más, ni sé por qué hablamos de esto... cállate y dime otra cosa para hablar.
– Bien... ¿Qué te parecería tú y yo ya mismo en la playa?
– ¿Qué?
– Llegamos...
Mierda... miro por la ventana y casi puedo sentir la brisa del mar... Miro a Suga y le sonrío en complicidad mientras me bajo, éste me sigue. Al bajarme lo primero que hayo en vista es la hermosa playa golpear contra la arena levemente... y ya lo segundo que veo es una morena piernas largas sonreírme hipócritamente... Oh perra antes de irme te dejo un diente en el piso, lo prometo...
– Bien, ahora nos adentraremos un poco más a la selva...
– ¿Qué no íbamos a estar en la playa? –Suga se coloca tras de mí y mira a Rosita esperando que le responda.
– Sí y no, éste lado de la playa solo es una entrada a la selva que está situada cerca del hotel, es más turístico que la playa... –Dice sonrojándose... puta.
Eso explica por qué la playa está completamente sola.
– ¿Entonces por qué simplemente no dijiste selva y ya? –Mi voz es arrogante y mi madre interviene.
– Quizá solo se equivocó, ignórala cariño, ella es así porque nunca ha tenido novio... –Rosita ríe divertida y yo bufo mientras volteo mis ojos.
– Y espero que así sigas... –Me susurra Suga deliciosa pero disimuladamente en mi oído.
– Bien... –Ella me mira y me arquea una ceja en victoria– síganme.
Se coloca sus lentes y junto con el otro hombre se adentran a las hojas y palmeras, y obvio tras de estos fueron mis padres y los padres de Suga... Yo voy a seguirlos cuándo Suga me detiene tomándome por el brazo.
– Nosotros los alcanzamos luego...