Memorándum

Capítulo 6

-Max- Estaba aturdido, escuchaba las balas llegar a sus destinos una y otra vez, gritos, explosiones y destrucción. Nos encontrábamos en medio de una masacre fríamente calculada para llevarse todo lo que encontrase en el horizonte, la gente a nuestro alrededor no paraba de correr, despojándose de su humanidad para convertirse en animales aterrorizados, con un único objetivo, sobrevivir.
-Ali- Recuperé la conciencia en un escenario potencialmente trágico, Max se veía aterrorizado por el espectáculo que estábamos presenciando, formé un campo de fuerza gracias a mi telepatía para desconectarnos de aquel trágico sitio.
Max reaccionó empujándome mientras me llamaba insensible por no haberme inmutado del sufrimiento ajeno, el miedo invadió mi cuerpo al darme cuenta que no se trataba de otra ilusión generada por el intertiempo, esta vista que nos acontecía era real.
-Amanda- Caminaba en medio de la tormenta, la herida en mi abdomen no paraba de sangrar, el dolor se intensificaba con cada paso que daba. Divisé a un niño de cabello oscuro y ojos grises sus ropas estaban cubiertas de polvo, su expresión era cálida, no hallé ninguna pizca de maldad en él, al notar mi presencia sus ojos se iluminaron, su pierna estaba atorada entre los escombros, lo tome del dorso para ayudarlo a salir, cosa que no resultó como pensaba, puso una mueca de dolor, removí los pedazos de pared que me obstaculizaban la visión y comencé a empujar su pie hasta encontrar un punto que me permitiera halar lo y sacarlo por arriba, pero mi herida no colaboraba abriéndose cada vez más. Lo miré a los ojos mientras le pedía que mantuviese la calma, fui por ayuda.
Observé a una pareja el hombre era alto de ojos claros, cabello castaño y mejillas rosadas, la mujer tenía el cabello liso, sus ojos eran cafés, su mirada era profunda y penetrante, a este paso no tenía más elección que pedirles ayuda aunque tuviese que pagar con mi vida por intentarlo, me acerqué.
-Ali- Vi a una muchacha aproximarse a nosotros rogando por ayuda la seguimos hasta lo que parecía haber sido una casa hogar, ella nos señaló a un niño de unos 5 años que estaba atrapado entre las ruinas de aquel lugar, use mi telequinesis para levantar un poco los escombros, mientras Max rescataba al infante.
-Max- Miré al pequeño y le pregunté su nombre, este respondió con voz temblorosa "Marcus".
-Ali- El niño se refugió en los brazos de Max o debería decir Lucas, esto seguía siendo confuso para mí, lo más preocupante era buscar un sitio seguro donde aparcar, las heridas de nuestros nuevos aliados debían atenderse rápido.
-Amanda- Respiré hondo, el dolor en mi abdomen era sofocante, recordé que a unas cuadras quedaba el supermercado de la ciudad, las bombas habían sido lanzadas en dirección contraria capaz esa infraestructura continuase en pie, lo comenté con mis compañeros y fuimos en busca de nuestro posible refugió.
-Ali- Caminar ocho cuadras más, sin nada en el estómago... Vi un jeep clásico y me acerque para revisar el motor, al menos la suspensión estaba buena y los cauchos tenían vida útil, me subí a él uní par de cables y lo hice funcionar.
Toque la corneta para celebrar mi hazaña, mis amigos más rápido que inmediatamente estaban a bordo. Dirigí mi nuevo juguete a la dirección indicada pero al llegar todo estaba invadido, no éramos los únicos que habíamos tenido esa idea.
-Amanda- Dobla a la izquierda y cruza por la carretera vieja (ordené).
-Ali-¿Cuánto tiempo piensas que aguantarás? ¿Crees que le obedeceré a una desconocida como tú?
-Max- Ali no es momento para discutir, ella es la única que conoce el lugar...
-Ali- Está bien (respondí a regañadientes).
-Max- La chica nos guió por una carretera de piedras, donde alguna vez existió asfalto hasta llegar a una casita de campo que daba la impresión de haber sido deshabitada recientemente.