six ↬ rescue

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Ashton.

Al llegar a casa pude observar en mi puerta una nota, la arranque con curiosidad antes de ver a los lados y leí ésta.

"Ashel, o como sea que te llames, te escribo está carta de parte de todo mi grupo, por si no sabes, soy J. El de la otra vez... ¿me recuerdas? Al grupo que destrozaste físicamente.

Ahora nosotros los destruiremos a ustedes, los hemos estado observado estos días y sabemos cuán importantes son las dos zorritas de Sophia y Rebeca para ustedes, por lo que ahora las tenemos en nuestras manos. Y si las quieren tendrán que venir a buscarlas.

Pd: estamos en el sitio favorito de las perras. Me imagino que lo conocen, si no lo hacen sería una decepción."

Con frustración tiro la nota al suelo y me pasó rápidamente las manos por el cabello.

— Maldita sea. — gruñí y patee la maceta que estaba al lado de mi puerta.

Entro a la casa y rápidamente llamo a los chicos, yo nunca me entere de su lugar favorito... ¿será la feria? ¿Algún centro comercial? ¿Un teatro? –Sophia ama la actuación–, joder ¡no lo se!.

— ¿Michael? — pregunto cuando el celular deja de repicar.

— No, tú abuela — responde con sarcasmo.

— No es hora de bromas, hermano. Tienen secuestradas a nuestras chicas — digo con rapidez.

— ¿Que? ¿Quienes? — lo escucho gruñir.

— Los idiotas con los que nos peleamos la otra vez.

— ¿Donde las tienen? — me pregunta.

— ¡No lo sé! Dijeron que las tienen en «su lugar favorito» el de ambas. — hablo con frustración.

— Espera, ¿el de las dos? — hace una pausa. — Yo creo que lo sé. — dice suspirando. — Cuando Beca estuvo conmigo comprando la ropa interior... ella nombró un campamento al que ella iba con Soph cuando eran pequeñas, ehm. — hace otra pausa. — New Sun... algo así. Queda a unos 30 minutos de aquí. Ella dijo que era el lugar de sus sueños.

— Te pasó buscando en diez minutos, avísale al resto. — digo rápidamente y cuelgo la llamada.

Rebeca.

— Maldita sea tú y tu estúpido grupo. — le hablo fastidiada a Jack. Intento soltar mis manos, pero están solo se mantienen quietas ante las cuerdas.

— Me encanta cuando dices cosas sucias, bonita. — me toma del mentón y yo solo lo alejo bruscamente.

— Eres un asqueroso. — interviene Sophia a la conversación.

— Y ustedes son unas zorras. — nos mira despectivamente. — Estoy bastante decepcionado con ustedes. Ese grupo de chicos apenas las conocen. Yo a ustedes les di todo. ¡Todo! — patea un árbol. Lo que hace que me ría al ver su mueca de dolor.

— Nos caen bien. Son agradables, y no son posesivos, al nivel de psicopatía. — digo. — Como tú.

— Yo no soy psicópata, princesa. — me dice observándome con fastidio. — Solo quiero que quede claro que me pertenecen. Por cierto, Beca, vi que compraste un conjunto, bastante bonito. — me mira y yo siento como comienzan a temblarme las piernas. — Quiero que te lo pongas. — ordena.

neck :: mgcWhere stories live. Discover now