"-¿Quién eres?"

3K 232 71
                                    

- ¡No! ¡Esto no tiene sentido! Él no la quiere, pero aún así quiere llevarla a la cama cuando ella lo ama...

Suspiré derrotada y deje el ordenador portátil a un lado del sofá.

Malditas historias de Wattpad, a veces me sacan de quicio.

Soy Kagome, y me acabo de mudar a la capital para ir a la mejor universidad de psicología.

Sí, psicología.

Soy una persona normal, mi piel es pálida, mis ojos y mi pelo son oscuros. Como más del 50% de la humanidad.

Pero hoy es un día extraño, siento que me vigilan y no sé si es por la película de terror que he intentado ver.

Decidí quitarme esas ideas de la cabeza y dormir.

Suspiré mientras me tiraba a la cama de invitados de mi amiga Sango.

Cerré mis ojos e intenté no pensar en el buenorro rubio del libro. Fue difícil, pero lo conseguí.

No estaba dormida. ¿Que hora era? Las tres de la mañana tal vez... No abrí mis ojos, si lo hacía no dormiría nunca.

Sentí algo sobre mí, no era muy pesado. ¿Serían las sábanas mal colocadas en aquella cama?

Respiré hondo y me giré para dormir mirando a la puerta.

Entonces noté el peso sobre mí aún más pesado y una mano que se acercaba a unos de mis pechos.

Agarré esa mano y le pegué un bofetón al dueño de esta.

Mis ojos estaban más abiertos que nunca, ¿sería ese el novio de Sango?

El chico me miró con más sorpresa que la mía y sobó su mejilla.

-¿Quién eres?

- ¿Qué haces?

Le miré ofendida.

- No sé a ti, pero a mí no me parece normal que alguien entre en mi cuarto así como así, ¿eres el nuevo novio de Sango? ¿Piensas que vas a tener un trío con las dos?

Él sonrió y pude observar sus blancos dientes.

Encendí la lámpara de la mesita de noche y me cubrí con la sabana.

Era moreno y alto. Sus ojos eran color miel, su pecho estaba desnudo, solo llevaba unos pantalones...

¿Y su pelo era plateado?

Él me sonrió otra vez y se acercó a mí.

- Eres preciosa.- rodé los ojos

- Dime quién eres...

- Soy Yasha

- ¿Qué haces en mi cama?

Yasha se acercó más a mí tumbándome en la cama mientras yo agarraba sus hombros para alejarlo.

- Iba a comerte, pero me lo estás poniendo muy difícil.- puso una voz melosa y ronca.

¿Por qué ponía voz melosa y ronca?

Lo conseguí alejar y agarré su mano tirándolo fuera de la cama. Abrí la puerta y lo saqué.

- Vuelve con Sango.

- No sé quién es Aiko...- dijo mirando mis pechos.

Me crucé de brazos y al final lo llevé al sofá.

- Cuando Sango se enteres te vas a cagar.

Suspiré más cansada que antes y entré en mi cuarto cerrando con pestillo... Por si acaso...

Pasaron alrededor de quince minutos hasta que no podía seguir con los ojos abiertos.

- Preciosa no me des de lado, si he venido aquí es para hacer cosas contigo... Y no dormir...

Agarré un cojín y se lo tiré a la cara.

Juré que sería la última vez que dormía en esa casa.

Yasha, el incubo.Where stories live. Discover now