Yasha, el incubo.

"-Sin sexo no hay amor...¿O era al revés?"

Por culpa de la universidad no tuve nada tiempo para traducir los tatuajes de Yasha, él no me presionaba para hacerlo pero quería ayudarle, y estábamos tan cerca de saber qué le pasaba y como ayudarlo.

Por fin hoy por la tarde pude sentarme en mi escritorio y terminar de traducir el texto.

Con cada nueva palabra que traducía el texto se me hacía más complejo pero no debía dejarlo, debía terminarlo.

- ¿Qué tal vas? - pregunta Tasa cuando hace acto de presencia.

- Bien, estoy acabando.

Yasha se acerca y besa mi cabeza.

- Buena chica.

Vale, Kagome, relájate...

No mires al Yasha que te está devorando con la mirada detrás de ti.

Acabo de terminar de traducir los tatuajes de Yasha, y él está impaciente por saber lo que pone...

- ¿Entonces?

Suspiro y me acerco a él.

- Dice que no eres un íncubo... O por lo menos no uno puro... - miro la libreta- tienes una maldición pero se puede quitar.

-¿Estás segura? - me pregunta agarrando mis hombros

Asiento.

- ... Tienes que hacer... Eso... Con una persona que ames... -digo sonrojada - y si esa persona te corresponde, la maldición desaparecerá.

De repente Yasha está cargándome escaleras arriba mientras remueve mi ropa.

Me tira a la cama para después quitarse la ropa mientras cierra la puerta.

- Yasha...- estoy roja, lo noto - ¿Qué haces?

Sus manos recorren mi cuerpo y vuelve a besarme como antes, agarro su pelo y tiro de él mientras le oigo sonreír.

- ¿Qué te parece? - pregunta alzando una ceja- romper la maldición.

Pongo mis manos en su pecho y le miró sonrojada.

- Pero... Tienes que hacerlo con la persona que amas... Y ella te tiene que corresponder...

Yasha agarra mi mano y sonríe enseñando sus dientes

- ¿No sientes nada por mí? Llevamos más de dos meses juntos.

Asiento.

- ¿Condones?

- No, tomo la píldora.

Él sonríe mientras besa mi cuello y yo llevo mis manos a su pecho.

- disfrútalo, llevo tiempo con ganas de esto... - asiento y me mira como si estuviera comprobando que todo vaya bien.

Sigue besando mi cuerpo mientras yo gimo en su oído hasta que de repente él se pone abajo.

- te dije que era mi postura favorita.

- pero hay que hacerlo enamorados...

Sus manos agarran mi cara.

- Sin sexo no hay amor...¿O era al revés? - me contesta moviendo las cejas.