Capítulo LXIV

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Cuando la puerta de la habitación donde estaba recluida comenzó a abrirse, Lily no pudo evitar dar un respingo y arrimarse lo más posible a la pared, temerosa de que alguno de sus captores, en especial Joshua, se hubiese decidido a hacerle daño nuevamente.

—Tranquila, Lily, solo soy yo, Brandon. —El muchacho sintió un enorme agujero en su pecho en cuanto pulsó el interruptor de la energía eléctrica de la habitación y se encontró con una Lily asustada, mirándolo como un pajarillo enjaulado mientras temblaba como un papel—. Solo vine a traerte algo de comer.

—No tengo hambre, gracias —se apresuró a decir la escritora.

—Lily —dijo Brandon agachándose para quedar a la altura de la mujer—. Por favor, cariño, tienes que comer, sino por ti, por Lara, ¿o es que quieres que algo le pase?

—Por supuesto que no —respondió la aludida con firmeza—. Para eso, para que algo malo nos pase a Lara o a mi están tú y Joshua...

—Nunca te haría daño, Lily, y lo sabes —la interrumpió el policía.

—Sí, claro, se me olvidaba, para eso está Joshua —replicó aquella con el sarcasmo tiñendo su voz mientras se subía la manga de la camiseta que estaba usando, dejando ver los moretones y magulladuras que Joshua le había ocasionado.

Al percatarse de los signos de maltrato que la castaña portaba en su piel, Brandon bajó la mirada mientras apretaba los puños; iba a matar a Joshua, nadie lastimaba a su mujer y se quedaba tan tranquilo.

—¿Por qué, Brandon?, ¿por qué me haces tanto daño? —inquirió la escritora con la voz rota, cansada de fingir fortaleza—. Sé que lo nuestro no terminó de la mejor manera, que no logré enamorarme de ti, pero, ¿Por qué lastimarme tanto, ah? Aunque jamás logré amarte, si te quise, y mucho.

Brandon abrió la boca en repetidas ocasiones, tratando de contestar pero, en su lugar, se quedó callado y negó con la cabeza.

—Come algo, Lily —ordenó el policía luego de un par de minutos en que el silencio era lo único que se escuchaba en esa habitación—. Dentro de un rato vengo a buscar la bandeja. —Concluyó, para luego salir de la habitación y dejar a la chica encerrada con llave.

Luego de salir del bunker donde tenían encerrada a la escritora, Brandon pasó a la sala y vio a un Joshua tirado en el suelo, completamente drogado y alcoholizado, generándole un profundo sentimiento de asco y repulsión.

—No sé cómo pude permitir que una basura como tú le pusiera una mano encima a mi mujer —musitó mientras se agachaba y miraba de forma despectiva al hombre que yacía inconsciente—, pero eso no va a pasar nunca más, te lo prometo —dijo para luego golpear a Joshua en la cabeza con el dedo índice—. Tú me hiciste prometer que no usaríamos armas mientras estuviéramos aquí, pero, ¿adivina? Me alimento de las mentiras, amigo. —Concluyó para luego ponerse de pie y caminar rumbo a su habitación, necesitaba estar a solas para llamar a la única persona que podía ayudarle a adelantar sus planes.

˜*˜

—Hijo, mírame, dime que estás pensando, por favor. —Greg observaba con preocupación a un silencioso Peter tras haberle contado acerca de sus sospechas de lo que planeaba Joshua.

—Es que no lo entiendo, Greg —dijo el muchacho—. Entiendo que Joshua quiera vengarse de Lily por la traición de su padre y entiendo que se quiera vengar de Gillian por haber fingido su muerte y haber trabajado en la clandestinidad para lograr su arresto pero, si yo soy el objetivo de su venganza por ser la conexión entre Lil y mi hermana, ¿por qué no me ha hecho nada? Aparte de alguna golpiza que me haya dado mientras defendía a Lily, no recuerdo que me haya hecho o dicho algo que me hiciera pensar que quisiera atentar contra mi vida.

—Uhm... Peter...

—¿Qué, Greg?, ¿es que hay algo más que deba saber? Habla, por favor —exigió.

—Uhm... ¿Te recuerdas lo que me dijiste cuando saliste de terapia intensiva luego de que aquel auto te arrollara?

—Déjame ver —dijo Peter mientras trataba de recordar—. Creo que te dije que me había arrollado un automóvil negro que no tenía ningún tipo de placa o seña por la cual pudiera identificarlo.

Peter se le quedó mirando a su padre con el ceño fruncido, confundido sobre el giro que le estaba dando Greg a la conversación.

—Hijo... verás... —comenzó a titubear el mayor.

—Por favor, ve al grano, ¿sí? —pidió con impaciencia el joven.

—Bien —dijo el hombre levantando las manos en señal de rendición—. Hace un par de semanas el investigador privado que contraté para que indagara más sobre tu caso luego de que lo cerraran por falta de pruebas me entregó el informe final de tu accidente, y todo parece indicar que el sujeto que te arrolló era un hombre de aproximadamente cuarenta años proveniente de Omaha y que exigió a la agencia que el auto que le rentaran no tuviera placa u otra forma de identificación.

En ese momento Peter sintió que el alma le cayó a los pies; no bastante daño le había causado Joshua al obligar tanto a su hermana como a su prometida a que se ocultaran en el pasado sino que, por si fuera poco le había truncado sus sueños de practicar baloncesto de manera profesional.

—Y ahora el bastardo tiene a Lily —rugió Peter dándole un golpe a la mesa, causando que los comensales voltearán a verles.

—Aún no sabemos eso, hijo, no podemos llegar a ninguna conclusión en estos momentos, debemos darle tiempo a la muchacha hasta mañana para ver si ella trata de comunicarse con alguien y si eso no ocurre, entonces...

Justo cuando Greg le estaba aclarando a su hijo los pasos que debían dar a continuación, el teléfono del joven sonó para darle aviso de la llegada de un mensaje que, tras haberlo leído, causó que Peter se levantara de golpe de la mesa y comenzará a hacerle señas a la mesera para que les diera la cuenta.

—¿Qué pasa, hijo?, ¿te escribió Lily?

—No —contestó aquel con premura—. Quien me escribió fue Hillary.

—¿Y ahora que es lo que quiere? —preguntó el mayor con evidente enfado y desaprobación en su voz.

—No lo sé, solo me dice que sabe algo acerca del paradero de Lil, ¿puedes pagar tú la cuenta, por favor? Me urge irme.

—Claro, hijo, tranquilo —contestó Greg al notar la evidente desesperación en la voz del muchacho.

Tras escuchar la contestación de su padre, Peter salió a toda prisa del local, sin darle tiempo a su padre de alcanzarle... y sin que este pudiese advertirle acerca de la relación que el investigador privado le había dicho que la rubia mantenía con Joshua.

REGRESÉ!! :)

Perdón por estos dos largos meses de ausencia y gracias por su enorme paciencia.

¡Feliz día de la resistencia indígena para mis lectores de Venezuela!

¡Feliz día de la hispanidad para el resto de lectores del continente!

¡Les amo!

P.S. para quienes gustan de leer escuchando música, les sugiero la canción Heathens de Twenty One Pilots, no puedo sacarme esa canción de mi cabeza ;)

Banda Sonora: Heathens - Twenty One Pilots (Boyce Avenue acoustic cover)

Te encontraré (Vida en Línea #2)Onde histórias criam vida. Descubra agora