Cap 51: "La extraño."

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MATT

Respiro con dificultad, abro mis ojos y veo unos ojos verdes, su cabello caía hacia mi rostro, ella me estira su mano para levantarme, la acepto y lo hago.

─Matthew ─dice, me abraza, quedo un poco petrificado. Nunca me llevé bien con Mayra, pero realmente me alegraba de verla. ─ ¿en dónde está ella?

¿Como le diría que ella no se encuentra aquí? Se ve realmente agotada, tiene sangre por toda su ropa y su pierna estaba demasiada rara.

─Matt, respóndeme.

Noto en sus ojos la desesperación.

─¡¿Por qué no hablas, maldita sea?!

─¡Porque se la han llevado de aquí! ─grito mirándola, ella tapa el llanto que se aproximaba mirando en otra dirección.

Fui cruel, pero merece saber la verdad. Y, aunque duela, ella lo superará.

─¿Quién ha sido?

─Matones de tu padre.

─Mierda ─ golpea la pared con su pequeña mano, camino hacia ella y la detengo en un abrazo, comenzaba a llorar, junto a ella, comenzaba un gran diluvio a dibujarse en el cielo.

─¿Cómo lograste entrar?

─Dando toda la vuelta a la finca, a un costado hay una pared llena de ramas gruesas. Ayudan a escalar, pero no hay nada para amortiguar la caída, así qud caí de trasero. Encontré a uno de los guardias dormidos, lo golpeé con un ladrillo y supongo que está desmayado, de lo contrario, acabo de asesinar a alguien.

─Tranquila ─ dejo de abrazarla ─ hiciste lo correc...

Un ruido de afuera hizo que me callara, Mayra se paralizo, arrastré su brazo hacia la oscuridad.

─¡Nos van a pillar! ─ susurró, niego y hago seña para que no haga ruido.

─A mi señal.

Me alejé un poco de ella y me tiré al piso, la puerta se abre, dejando ver a un hombre no tan alto, en su cintura tenía un arma que dejaba verse fuera de la camisa negra, entra con una sonrisa en el rostro.

─¿Ahora hablas solo, niño? ─ se acerca a mí y me estira una charola con un plato de comida, se levanta y observa el lugar donde está Mayra, muerdo mi lengua cuando se acerca ahí, me levanto y toco su hombro.

─Quita esa mugre de comida de aquí.

─No sea malagradecido, niño. Le dan de comer hace ya dos semanas. ¿Espera un almuerzo con el presidente?

─No quiero nada que venga de los imbéciles esos.

El guardia giró en mi dirección y se acercó demasiado a mí, su frente estaba pegada a la mía, su respiración provocaba que quisiera vomitar.

─Mire, gilipollas, no le calzo un balazo, solo porque el jefe no quiere.

Río.

─¿Piensas que me importa, pelado hijo de puta?

En un rápido movimiento, quité el arma de su cintura, le disparé en la pierna, el ruido no fue grande, el arma tiene silenciador, pero los gritos del guardia no tardaron en llamar la atención, tomé la mano de Mayra y comenzamos a huir de la habitación.

─¡Es por aquí! ─ indica Mayra, la sigo con el arma baja, la detengo justo antes de que uno de lod guardia la viera, este estaba dado vuelta, tragué saliva y me acerqué silenciosamente, puse el cañón de la pistola y jalé el gatillo, la sangre se esparció por mi rostro y la ropa de Mayra.

─No importa lo que veas. Saldremos de aquí, rubia. Eres muy importante para Venezia.

─Y tú también.

─La extraño, pero basta de charlas. Vámonos.

MattWhere stories live. Discover now