Cap 53: Amelia. 1/2

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MATT

Mayra se detenía a cada rato para tomar aire.

No es bueno que una persona en riesgo esté deteniéndose a cada rato cuando hay miles de personas buscándote para asesinarte y más cuando acabas de matar a un par de ellos. No iba a permitir que hablaran mal de Venezia.

Me asusto al escuchar golpes de la puerta en frente de mí, Mayra corre detrás de mi cuerpo, la miro sobre mis hombres y con mis dedos le señalo que hiciera silencio, ella asiente, vuelvo la vista hacia delante y camino lentamente, mi arma está a un lado de mi pierna, la levanto al momento de tocar el picaporte de la puerta, lo giro y rápidamente apunto hacia delante. Pero mi sorpresa es otra.

─Vámonos, Matt.

─No podemos. ─ me acerco a la chica que estaba arrojada en el piso. Su ropa estaba desgarrada, su cuerpo golpeado, rasguñado y estaba muy delgada, me acerco a ella, pero Mayra me toma del brazo deteniéndome.

─¡Debe ser una trampa!

La chica levanta la cabeza y niega.

─Mi nombre es Amelia ─ comienza a toser, Mayra se aleja aún más y hace una mueca de asco, me acerco a ella y tiendo mi mano para que se pudiera levantar, al hacerlo, la cubro con mi chaqueta. ─ ¿Cómo llegaron aquí? ¿Mis padres los mandaron? ¿están ahí afuera?

No sabía exactamente cómo respondería sus preguntas.

─¿Hace cuánto que estás aquí, Amelia?

Ella mira el lugar.

─No lo sé...

VENEZIA

A veces llegué a pensar que tal vez podrías ser como yo.

Aprieto mis dientes. Me dolía el rostro de tanto estar en el piso húmedo y sucio.

─Pero bueno.

La puerta se abre y entra un joven enmascarado.

─Señor, hay dos jóvenes en el patio trasero.

Abro mis ojos, intento liberarme de la opresión que se ejercía en mí, pero todo resultaba inútil. Los podía ver de costado.

─Mátalos y trae sus celulares. Los jóvenes no salen hoy en día sin eso.

─Si, señor.

Se va rápidamente y da un portazo, mi padre vuelve su vista hacia mí y le hace señas al grandote para que me liberara, quita su pié y yo me levanto.

─No sé qué pasó contigo. Estábamos bien los tres juntos.

─¡Eres un puto enfermo! ─ grité, él se acercó y me golpeó el rostro con su mano abierta.

─Detesto los gritos. Ya lo sabes.

─Todo acabará pronto. ¿Sabes? ¡Demasiado pronto!

Escucho las risas de los demás a mis espaldas, limpio mi sangre.

─No. Estoy muy feliz de compartir tiempo contigo.

─Debiste hacerlo sobrio y cuando era pequeña, ¿no lo crees?

─Mi error. ─ sonríe y toma mi cabello con fuerza.

─¿Qué quieres de mí? ─ me quejo en silencio del dolor.

─No quiero nada de ti. Es puro placer lo que siento.

─Maldito enfermo ─ digo en voz baja.

─Es un poco aburrido esto. ─ saca su arma del saco que llevaba puesto y me apunta, dispara justo al lado de mi cabeza, cierro los ojos por el increíble ruido que había causado.

Estaba realmente aterrada, mis lágrimas caían, mi pecho dolía y solo quería que todo acabara de una vez por todas. Su mano acaricia mi mejilla y escucho una vez más su risa, aparto de un manotazo su mano y me abalanzo sobre él, forcejeo por quitarle su pistola, los gorilas rápido intentan apartarme, pero mi padre aprieta el gatillo y le da en la cabeza a uno, el otro logra darme un puñetazo en el brazo, doy vuelta y quedo encima de mi padre, el grandote tira de mi cabello, grito y logro que apriete el gatillo, pero este falla y golpea el techo.

─¡Pide ayuda!

El gigante se aleja, aprovecho y golpeo la nariz de mi progenitor, me mareo un poco al ver su sangre correr.

─ME PAGARÁS TODO LO QUE HICISTE.

Mis brazos ya no tenían fuerza. Mi padre me arroja a un costado, se levanta, limpia su sangre y me mira enojado.

─Tienes mucho coraje, Venezia Sanna. Pero no es suficiente.

Trago saliva. A un lado había pedazos de vidrios rotos, sin que él me viera tomo uno, me levanto, corro hacia donde estaba y se lo clavo en el pecho, este me mira de una forma extraña, con su última fuerza, aprieta el gatillo y logra darme en mi brazo, pego un grito de dolor y caigo al piso.

MattDonde viven las historias. Descúbrelo ahora