Capítulo 5 -Entrenamientos en equipo -A ojos de Edward

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Íbamos a toda velocidad en el Volvo rumbo a la casa, mientras Jacob llamaba por teléfono a los Quileutes, explicándoles lo que se nos venía encima.

—Quiero que llames a todos los muchachos, necesito que se acerquen al claro de la casa Cullen —le notificó Jacob a Sam en un tono firme, refiriéndose al claro donde acostumbrábamos a jugar baseball. Se quedó un momento en silencio con la camisa sobre sus piernas, ya que aún no había terminado de vestirse, mientras yo viraba el volante, adentrándome al sendero que daba hacia la casa, escuchar la acotación que Jacob soltó de un modo autoritario.

—Pues no es una pregunta, Sam... es una orden... y lleva a mi padre, no quiero que esté solo. —Trancó la llamada y comenzó a colocarse la camisa, saliendo del vehículo casi que al segundo de yo haber detenido el auto. Ambos subimos las escaleras y entramos a la casa donde ya todos estaban reunidos.

—Lamentamos el haber interrumpido sus apapachos y sus besos, pero esto es importante —comentó Emmett en un tono serio, aunque sin dejar su característica jocosidad. Aquello por supuesto me hizo rodar los ojos, mientras Jacob enfocó los suyos en Alice.

—Cuéntame, Al... ¿Cómo cuantos son más o menos? —preguntó el joven lobo a mi hermana, mientras ella respondía que como unos quince aproximadamente.

—Todos neófitos, Edward —argumentó Jasper, observándome fijamente, cruzándose de brazos.

Mi cuerpo se tensó ante la sola idea de una jauría de vampiros recién creados ante el enloquecedor efluvio que poseía Jacob, sin duda era como lanzarle una gran bolsa de marihuana a un montón de adictos.

—¿Y qué con eso? —preguntó Jacob, observando a Jasper y luego a mí, siendo mi hermano quien respondiera.

—Los neófitos son vampiros recién creados... son mucho más fuertes y sedientos de sangre en los primeros días de haber sido transformados, ya que aún poseen sangre en sus tejidos. —Jacob asintió, preguntándole a Jasper.

—¿Crees que puedas enseñarle a la manada la manera de vencerlos?... es decir, necesitamos saber todo acerca de ellos. —Jasper asintió, mientras Jacob le informaba que sus hermanos Quileutes estaban esperándonos en el claro.

Todos salimos de la casa, encaminándonos hacia el punto de reunión, al llegar contemplamos que todos estaban en el lugar pero en su forma lobezna, mientras que el padre de Jacob se encontraba dentro de su camioneta.

Carlisle se acercó al vehículo y saludó muy cordialmente a Billy, el cual respondió el saludo de lo más normal, contemplando como Jacob sonreía y Rosalie preguntaba.

—¿Por qué no están en su forma humana? —A lo que respondí, observando a Sam... el enorme lobo negro.

—No confían en nosotros. —Rosalie bufó por la nariz, alegando que ella tampoco confiaba en ellos—. Pues no queda de otra, Rosalie... la seguridad de Jacob está por sobre cualquier odio o rivalidad mutua.

Jake volteó a verme, sonriendo ante mis palabras, palmeándome el hombro para luego comenzar a correr hacia la camioneta de su padre para saludarle, mientras que yo, al percibir los pensamientos de inquietud de la manada, comencé a notificarle a mi familia.

—Mi hermano Jasper acá presente... —Señalé al aludido—... les explicará todo lo que deben saber sobre lo que se avecina para pasado mañana acá en Forks. —Jasper comenzó con su discurso militar sobre el peligro de pelear con un grupo de neófitos, mientras yo me enfocaba en los pensamientos de mi padre y del padre de Jacob para ver de qué conversaban los tres tan amenamente.

—No se preocupe por nada, señor Black... jamás dejaríamos que le sucediera algo malo a Jacob. —Observé el ruborizado rostro de mi cachorro, bajando la cara mientras Billy le palmeaba el hombro para reconfortarle.

Eclipse al AmanecerWhere stories live. Discover now