Capítulo once.

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Ethan y Aiden se mantienen junto a mi mientras caminamos por el pasillo detrás de Lydia. Ninguno de los tres entiende qué es lo que sucede verdaderamente, pero hemos decidido hacerle caso e ir a clase de Historia. 


- ¿Por qué es buena conmigo? - le pregunto en un susurro a Aiden. 

- Eso es lo que quiero saber también. - responde. - Solo no te separes de nosotros en ningún momento. 

- No pensaba hacerlo. - digo justo antes de que Lydia se detenga intempestivamente y gire sobre sus talones para vernos. 

- Bien, ¿quieres saber por qué te hablo repentinamente? - pregunta viéndome a los ojos. - Porque, a pesar de que Allison es mi mejor amiga, no estoy de acuerdo con lo que Isaac y ella hicieron cuando no estabas aquí. 

- ¿Eso que significa? - interviene Ethan por mí. 

- Ambos cometieron un error, un error en el que no quiero involucrarme. - responde. - Y tu eres una buena chica, lo se por la forma en la que todos hablan de ti y como se sentían cuando te fuiste. - añade y se vuelve hacia los gemelos por unos instantes. - No he hecho mucho, de hecho, no he sido de gran ayuda últimamente y no quiero que eso pase más. Si vas a hacer algo, quiero ayudarte. 

- A penas estoy aprendiendo a controlar mi fuerza y mis nuevas habilidades. - digo. - No puedo protegerte, Lydia, y si eso es lo que estás buscando, tal vez deberías buscar a...

- No quiero que me protejan, quiero ayudarte a salvar a Stiles. - ella se acerca hasta mi oído y con voz muy muy baja, añade: - Sé que lo quieres más de lo que dejas que todos sepan y que necesitas encontrarlo tanto como yo deseo que el nogitsune lo deje en paz. 

- ¿Nogitsune? - los gemelos se tensan al instante, parece que no planeaban que supiera eso. 

- Es lo que tiene controlado a Stiles, es lo que evita que la persona que conoces esté aquí. 

- ¿Y como lo detienes? 

- Eso... - balbucea Lydia y, de nuevo, se vuelve hacia los gemelos, como buscando apoyo en ellos. - Eso no lo sabemos. - finaliza y suelta un suspiro que me estruja el corazón. 


Demonios. Nadie parece saber cómo ayudar a Stiles, nadie parece tener una solución o una hipótesis de cómo salvarlo y eso no hace más que preocuparme. 

A la hora del almuerzo, los gemelos me envían un mensaje para encontrarnos en la cafetería, así que salgo de mi clase y comienzo mi camino hacia allá. Mientras camino, me encuentro con algunas personas del equipo de lacrosse, quienes me saludan con una sonrisa un tanto coqueta, y con el entrenador, quien me felicita por haber vuelto y me dice que sigue contando con mi apoyo para lo que resta del año escolar. 

Luego de despedirme, continuo caminando por el pasillo hasta que una voz familiar llega a mis oídos. Mi corazón comienza a latir a mil por hora, mis ojos comienzan a buscarlo desesperados y mis manos comienzan a temblar. Pero no lo encuentro. Stiles no está aquí.


- Lonie. - vuelvo a escuchar que me llaman y trago saliva. Él no está aquí, tengo que comenzar a aceptarlo. - Lonie, por favor, huye antes de que sea demasiado tarde. 

- No. - musito y me abrazo a mi misma. - No te voy a dejar. 

- Lonie, te vamos a hacer daño. - responde, esta vez con una voz más oscura. - Te vamos a hacer tanto daño que desearás estar muerta. 


Ese no es Stiles. Ese no es Stiles, Avalon. 


- Basta, él no me heriría. - digo, intentando convencerme de ello. 

- El amor es el arma más poderosa. - replica la voz y al instante, siento una ráfaga de aire cruzar. - Vamos a destruirte. 

- No, no es cierto. - le contradigo y comienzo a girar en mi sitio para buscarlo. Pero no está. - Stiles, por favor, vuelve. 

- Lonie. - me llaman varias voces. - ¡Lonie! - gritan y me llevo la manos a los oídos para dejar de escucharlo. - ¡Lonie! - es inútil, todavía llega a mi la voz. - ¡Lonie, abre los ojos! 


Alguien me sacude para que vuelva a la realidad y eso me hace abrir los ojos al instante. Parpadeo un par de veces y logro ver el rostro de Aiden frente a mí, quien me abraza cuando mis ojos encuentran los suyos. 


- ¿Estás bien? - pregunta. - Te encontré sentada en el suelo, repitiendo varias veces que te dejaran. 

- No... no lo recuerdo. - admito al ver a mi alrededor y notar que ya no estoy en el pasillo, sino en el campo de lacrosse. - Estaba en el pasillo y creí escuchar a Stiles. 

- Lonie, él no está aquí. 

- Lo escuche, Aiden, lo escuché y pude conversar con él. - le cuento, arriesgandome a que crea que estoy loca. 

- Solo fue tu mente jugandote una mala pasada. 

- Fue real para mí. - respondo, sintiendo como mi labio inferior tiembla. - Pude sentir su miedo, su ansiedad, pude sentir la desolación en su interior. Pero luego todo fue borrado por la completa oscuridad, la maldad y la venganza. - continúo explicando, viendo directo a los ojos del gemelo. - Me pidió que me fuera de Beacon Hills antes de que saliera herida, Aiden, él me quiere fuera de todo esto. 

- Tal vez deberías hacerle caso. 

- No. - digo tajante. - ¿Sabes por qué volví? - AIden niega con la cabeza. - En parte fue porque Isaac fue a buscarme, pero lo que me convenció de que debía estar en Beacon Hills fueron unos mensajes que Stiles me envió. En ellos, él me pedía ayuda, me contaba lo mal que se sentía, las alucinaciones que había estado teniendo, el insomnio y esa sensación de que estaba perdiendo la cordura. Stiles me necesitaba, Aiden, y yo no estuve allí para él. 

- No fue tu culpa, estabas pasando por un mal momento también. 

- Pude haber hecho algo, pude haber venido antes. 

- Avalon, estás aquí ahora y estás intentando hacer algo por él. Eso vale mucho. - dice y, sin dejar que responda, me atrae a su pecho y me rodea con sus brazos.


Dejo que mi cabeza descanse en su hombro y me permito por unos segundos, disfrutar de la tranquilidad que su abrazo me da. Pero todo eso se borra en cuanto distingo una silueta a lo lejos. 







Anchor | Teen Wolf | 2º Parte de Gold EyesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora