Problemas

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Miro nerviosamente a su alrededor cuando finalmente cayó en cuenta del curiosos número de personas que se encontraban esperando su regreso, reunidas en torno a su persona. A pesar de tener ya veinticinco años, no pudo evitar sentirse ligeramente intimidado por la sonrisa —supuestamente amable— que su padre se encontraba mostrándole en aquel momento, claro, era su padre, incluso si tuviera cuarenta años esa sonrisa seguiría teniendo el mismo impacto en su persona como si aún tuviera ocho años.

Como si fuese un niño a punto de ser regañado —interrogado y castigado en el proceso— esconde tímidamente y avergonzadamente detrás de su espalda los aún ligeramente humedecidos saco y chaleco que aún continuaba sin poder utilizar, el aroma de sal le delataba casi por completo, y no tenía ninguna excusa que pudiese especificar el porqué su ropa se encontraba de tal forma. Mostró una tímida sonrisa a los presentes —mientras empujaba con un pie a Carbink que parecía estar llorando en su pierna— la cual obviamente fue respondida de distintas formas por las personas que se encontraban presentes.

La sonrisa de su padre no desapareció en ningún momento, aun así, movió la cabeza de izquierda a derecha, negando pensamientos que llegaban a su mente y que no deseaba tener, o también podría estar pensando en todo el papeleo acumulado en su escritorio —mitad de la liga y mitad de la empresa— que debería de estar siendo entregado justamente ahora.

Wallace, su querido amigo de toda la vida, su casi hermano pero no de sangre, la persona que la mayor parte de su vida había sido cómplice de travesuras y secretos que jamas —de los jamases— su padre tenía porque enterarse, estaba sonriendo de forma sarcástica, su cabeza inclinada y siendo sostenida por su mano derecha —apoyada en el brazo del sillón— a la vez que parecía ligeramente molesto. Tal vez le había marcado para alguna urgencia por teléfono y —como casi siempre— él no había contestado.

Y finalmente sus ojos recayeron en Ruby quien —por alguna razón que no comprendía— se encontraba mirando el suelo donde se encontraba de pie, con Coco a sus pies y maullando ligeramente, por la forma en que el "salvador de hoenn" se encontraba se veía ligeramente encorvado, aunque no sabía si eran imaginaciones suyas o era por la forma en que se encontraba de pie.

Como si recordara algo importante —y por tanto le hizo saltar ligeramente en el lugar donde se encontraba de pie— su mirada se movió rápidamente hacia su confiable secretaria —la cual parecía estar teniendo serios problemas para aguantar la risa— quien, cuando finalmente fue capaz de notar que la estaba mirando, no hizo otra cosa más que seguir sonriendo y alzar el pulgar de su mano derecha positivamente.

Suspiro de forma casi imperceptible, sin duda alguna, debería de haberse ido a Mossdeep City cuando había tenido la oportunidad.

¿Porque justamente había tenido que olvidar a sus pokémon en la oficina?

0.o.0

Wallace observó curioso a su mejor amigo. Mientras pasaba a tomar asiento en uno de los sillones que se encontraban dentro del despacho que solía utilizar Steven en el edificio de la compañía. El señor Stone había pasado a retirarse después de regañar a su querido hijo —entre susurros para no hacerlo quedar tan mal— recordandole que el papel en su mesa debía estar listo, a más tardar, para mañana en la tarde. Ruby y Sapphire habían decidido quedarse afuera del despacho, alegando —Sapphire principalmente— que querían platicar entre ellos algo importante, y que esperarían a Steven para acompañarlo a su departamento y se cambiase de ropa.

La ropa.

—¿A dónde fuiste?

Preguntó casualmente y totalmente interesado —aunque su tono no demostrara lo segundo— en la respuesta, según Razor, Steven había tenido un asunto que atender de emergencia. Pero él dudaba enormemente que tal "asunto" tuviese que ver con meterse a nadar en el mar con un traje que se lava en seco.

Karma Where stories live. Discover now