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En el paso del mes siguiente, JungKook aprendió que TaeHyung dejó de beber mocha cada día, y ahora prefiere el té por sobre el café. Aprendió que las sonrisas de TaeHyung se habían convertido en raras ocurrencias, y que debía sentirse bendito al ser honrado con incluso el más breve rasgo en sus labios.

Aprendió que TaeHyung adora la poesía, que podría pasar horas recitando estrofas de su poema favorito a cualquier persona, incluso a JungKook, a pesar de los tajos en su historia.

"Ambos hemos conocido la pérdida, como el borde afilado de un cuchillo," murmuró TaeHyung, y JungKook aprendió a como enamorarse de él, una y otra vez. "Ambos hemos vivido con los labios con más cicatrices que piel."

"Es un hermoso poema," JungKook levantó su mirada, luego de un rato. La mayoría de los clientes en la cafetería se habían marchado, en el reloj en la pared detrás de TaeHyung se lee "22:48," y TaeHyung no parece estar para nada cansado. "¿Cómo se llama?"

TaeHyung murmuró pensativo, una mano alrededor de su jarra de earl grey, una leve sonrisa en sus labios, no contestó la pregunta. Preguntó otra, pero para ese momento, JungKook ya sabía que eso haría. "¿Te gustaría escuchar otra parte?"

JungKook dijo, "seguro," porque es un completo desastre por TaeHyung. TaeHyung es quemaduras de cera y anclas, y JungKook es un candelabro y un naufragio, combinados.

"Así es como nos curaremos." TaeHyung posicionó sus dos codos encima de la mesa, y se encontró con la vista de JungKook, sin mirar a otro lado, y JungKook juraría que vio fuego quemando en los ojos de TaeHyung. "Voy a besarte como si fueras perdón. Tu me abrazarás como si fuera esperanza."

No había notado lo cercanos que estaban sus rostros hasta que TaeHyung se alejó, bajando su mirada, nervioso, y JungKook aclaró su garganta, sus mejillas calurosas por lo cerca que había estado de perder el control. De nuevo. "Continúa," su voz estaba ronca, gruesa por la vergüenza.

"Eso es todo," murmuró TaeHyung, levantando el jarrón hacia sus labios, y JungKook se volteó para terminar el resto de su Americano.

JungKook llevó en auto a TaeHyung hacia su casa, y compartieron silenciosas despedidas. Siempre había una mirada que se mantenía demasiado tiempo entre ellos, hasta que alguno mirara hacia otro lado. Y como cada vez que había ido a dejar a TaeHyung por el último mes, JungKook volvía a entrar a su auto, y manejaba lejos de ahí, sin haber besado a TaeHyung.

(Y cada vez que el auto de JungKook salía del edificio, TaeHyung apretaba sus dedos en fuertes puños, sus uñas dejando blancas marcas sobre sus palmas.)




Jimin pasó sus brazos alrededor del cuello de JungKook desde atrás en cuanto entró al laboratorio, y JungKook casi golpea su rostro en la pantalla de la computadora, un ahogado grito escapando sus labios (no porque se hubiese asustado, sino que porque temió por sus trabajos y porque las computadoras son caras, bendito sean los avances tecnológicos.)

"Mierda, Jesús," suspiró JungKook, sus manos levantándose de inmediato desde el teclado, y posicionándose incómodos en el aire mientras sus músculos se tensaban. "Jimin. Por Dios, Jimin."

"Lo siento," dijo Jimin simplemente, y lanzó una pila de papeles impresos al rostro de JungKook. JungKook alcanzó a ver un conjunto borroso de gráficos y puntos, algunos círculos rojos aquí y allá, y levantó su mirada hacia Jimin con una ceja levantada. "¡Pero adivina quién encontró datos útiles!"

Sí, bueno, así que solo va a restregarlo en toda la cara de JungKook y regodearse de sus nuevos descubrimientos mientras JungKook aun no tiene maldita pista sobre cómo cambiar la dilatación del tiempo y el Tiempo Propio en relación a un continuo espacio-tiempo.

mi iglesia no ofrece ningún perdón ↝ taekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora