VII

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Al siguiente día, fui a visitar a mi madre al hospital. Era día de fiesta, el baile de navidad que se llevaba a cabo en el hospital con los trabajadores, los pacientes y toda la familia de los anteriores. Cuando llegué con mi mochila para después cambiarme y mi cabello completamente deshecho, mi madre me notó algo rara.

- ¿Qué te ha pasado, Camila? - preguntó mientras acomodaba un par de papeles en la bandeja de registro.

- ¿Por qué lo dices?

- ¿Estás feliz o solo quieres irte de aquí? Te recuerdo que es el baile.

- Oh, vamos. Me siento de un ánimo estupendo - exclamé. - ¿No puedo sentirme así aunque se a una vez? -refunfuñé.

- Ajá, lo que digas.

Rodeé mis ojos, no quería discutir. Era un día perfecto, me sentía totalmente renovada, como una persona nueva. Estaba algo adolorida por la noche anterior, pero eso no quitaba lo entusiasta que estaba esa tarde. Empecé a tararear una cancioncilla que no sé de dónde vino , mientras le ayudaba a una de las enfermeras a acomodar unos papeles. Mi celular comenzó a vibrar y rápidamente atendí.

- ¿Diga?

- ¡Camila! - gritó la voz chillona de Dinah.

- ¡Joder! - musité. - Me haz roto el tímpano, estúpida.

- Oh, discúlpame - susurró entre risas. - A que no adivinas la noticia que te tengo que dar.

- No tengo la más mínima idea de lo que me dirás.

- ¡George es mi novio! - gritó más que feliz.

Me hacía feliz el saber que Dinah se había conseguido a alguien después de lo que le hizo Joe, pero no me gustaba saber que solo llevaban dos días de conocerse y ya eran novios.

- Ah - suspiré. - ¿No se te hace muy pronto para eso?

- ¿De qué hablas ?

- Digo, la noche pasada te acostaste con él y ya hoy son novios.

- ¿Estás celosa porque yo sí puedo acostarme con quien quiera?

- Eh, no me mal entiendas - bufé. - Solo estaba diciendo que...

- Bah... Estás celosísima - canturreó.

- ¡No estoy celosa! Carajo Dinah - grité. - Mira, haz lo que quieras, no quiero que te lastime, ¿de acuerdo?

- No lo hará... si alguien saliera lastimado, sería él.

- Pero tampoco lo lastimes.

- No lo haré.

Después de un rato platicando de la noche de Dinah, tuve la necesidad de contarle de Lauren.

- Dinah... - dudé. - Ya tuve mi primera vez - dije entre dientes.

- ¿Qué? - exclamó sorprendida. - ¿Te han desvirgado y tuviste el descaro de no decirme?

- Lo siento - reí.

- Cuéntamelo todo - me pidió. Supe que estaba dando de brinquitos cuando se escuchó un golpe enorme por la bocina. - Estúpida pared - gruñó molesta.

- Ahora no puedo contártelo - reí.

- ¿Entonces cuando me lo contarás?

- ¿Puedes venir al hospital en la noche? Es el baile de navidad, me gustaría mucho contarte.

- Por supuesto, guapa. Nos vemos entonces. Ahora iré al supermercado a comprar un poco de elote para Frank. Ese estúpido cree que soy su criada.

sex instructor; camren g!p.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora