Capítulo 2

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Después de una búsqueda exhaustiva por la casa y al no encontrar nada o a nadie deje ese tema a un lado dejando una nota mental de cambiar la contraseña de la alarma para luego así poder continuar con lo que estaba haciendo anteriormente.

Justo ahora estaba sentado en la cama con solo el pantalón del pijama. Antes de darme cuenta y poder hacer algo me había acostumbrado a dormir sin camisa, bueno, no era algo que me importara mucho.

Con un gran trago de agua me tome el Zolpidem —medicamento para el insomnio— que se encontraba en mi mesa de noche. Di un largo suspiro antes de acostarme en la enorme cama y esperar que la pastilla hiciera su efecto en mi cuerpo.



Semanas después.

Escuche el crujido de la madera cuando me senté en la silla moribunda, presentía que en cualquier momento caería al suelo. El señor con traje negro, responsable de la "seguridad" de este ring, desapareció por donde yo había pasado anteriormente mientras que le comunicaba a sus compañeros que estaba listo.

Esta pelea la tenía que ganar a como dé lugar. El dinero que ganare es equivalente a diez contiendas y además de que un patrocinador de la WWE le dará una oportunidad al peleador ganador para dejar las calles y convertirse en profesional. No podía pasar esta oportunidad por nada del mundo.

Mire mis nudillos, estaban blancos por la fuerza que ejercía en cerrar las palmas. Cerré los ojos, inhale y exhale intentando relajar mis músculos.

—E.N.D, entra al ring —manifestó el guardia de seguridad, a continuación cerró la puerta dejándome solo por segunda vez.

Me levante de la silla mientras verificaba el vendaje en mis manos, uno de ellos se había aflojado y con fuerza jale del extremo del vendaje, dejándolo como estaba anteriormente.

Sentí un pequeño jalón en la parte de atrás de mi franela de Linkin Park. Al girarme me encontré con una persona de cuerpo pequeño, unos pantalones grises, unas converses y un suéter grueso de color negro con capucha adornaban su figura.

—¿Qué quieres? —pregunte con rudeza. Odio que me detenga cuando estoy por pelear. La mujer u hombre, no estoy seguro y ni me importa, estiro un poco más mi camisa. Parece que lo había asustado.

—E.N.D, al ring —ordeno un guardia desde la entrada al cuadrilátero.

Me solté del agarre y sin decir otra cosa, o esperar algunas palabras de aquella persona, me adentre al pequeño estadio.



Había terminado el segundo enfrentamiento y Macao me estaba dando instrucciones sobre cómo vencer a Sting Eucliffe, el chico con el que estaba luchando, y admito que estaba en grandes problemas. Sonó la campana, dando inicio al tercer combate pero los dos nos detuvimos de golpe al escuchar unas sirenas que a cada rato se iban haciendo más fuerte avanzaba el tiempo.

—¡La policía! —Aquel grito confirmo las sospechas de todos los presentes.

Salte las cuerdas de viejo ring mientras que todo el mundo salió corriendo hacia las puertas traseras, las cuales estaban abarrotadas de gente, fruncí el ceño al ver que era imposible pasar por allí. Di una vuelta de ciento ochenta grados buscando una salida de este lugar.

—Macao, vámonos por...

Al voltearme mi entrenador y amigo no estaba. ¿En serio? De todos los momentos que tenías que desaparecer tuviste que escoger este.

Chasqueé la lengua enojado y salí corriendo a la puerta por la cual había entrado al ring. Sin parar mí carrera baje las escaleras en dos y choque estrepitosamente con la puerta doble y esta no se abrió. La sacudí con fuerza y así pude notar que esta estaba encadenada por fuera.

"Sucio"Where stories live. Discover now