Capítulo 3

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Cerré la puerta, puse el cerrojo y active la alarma para terminar deslizándome por la pared hasta estar sentado en el piso. Happy llego corriendo hacia mí y me lamio la mano, retire mi palma al sentir arder las heridas de la pelea.

-Ven aquí amiguito -Levante al extraño gato color azul y lo coloque entre mis piernas, acaricie su pelaje suave y el me ronroneo en repuesta. Suspire cansado haciendo mi mayor esfuerzo para evitar que mis parpados se cerraran.

Apreté mi puño con fuerza además de empezar a morder mi labio inferior y retuve el grito de impotencia que queria salir de mi garganta, todos estos sentimientos al mismo tiempo me daban ganas de golpear una y otra, y otra, y otra, y otra vez algo duro, y con la fuerza suficiente para romper mis nudillos.

¡¿Por qué nada sale como quiero?! ¡Carajo! Primer la noticia del hospital, segundo el aumento del monto que tengo que pagar y, para completar, esta gran oportunidad perdida por los malditos policías de mierda.

-¿Que debería hacer, Happy? -pregunte en un susurro, haciendo mi mayor esfuerzo para no gritar, mire al minino quien a cambio me miro y ladeo la cabeza confundido, sonreí al verlo-. Todo estará bien -Me dije a mi mismo mirando el techo-, todo estará bien, Natsu.



Abrí lentamente los ojos, las luces de la casa estaban apagadas después de todo nunca las había prendido al llegar. Fruncí el ceño al escuchar unas voces en la sala y al notar el resplandor proveniente de allí supuse que estaba encendida la televisión. Intente tocar a mi compañero felino y me di cuenta de que el ya no estaba conmigo. Al reincorporarme me empezó a doler el cuello -debido a la posición en la que había estado dormido- pero se me hizo muy extraño ver la manta que se encontraba a mis pies la cual anteriormente había estado cubriendo mi cuerpo.

Qué raro, no recuerdo haber ido a buscar una manta o haber prendido la TV. No, de hecho, yo nunca me levante del piso. Me levante de un salto con los ojos abiertos al confirmar que yo no había sido.

Avance cuidadosamente por la pared derecha. Mire primero la cocina desde lo lejos y al no ver a nadie di unos cuantos pasos más para poder asomarme, con mucho cuido, en la esquina de la pared; lo único que vi fue a Happy dormido en la alfombra y la televisión encendida.

-"¿Y qué hacemos con el boxeador?".

Fui a que el felino dormido para confirmar que estaba bien. Suspire al notar que estaba en perfecto estado pero al fijarme en la alfombra al lado de él me preocupe.

-"Él podría darse cuenta de nuestros planes".

Pase la mano por la alfombra y vi en mis dedos rastros de un polvo color tierra, restregué mis dedos sintiendo la textura del materia desconocido. Fruncí el ceño sin entender que era. Lo acerque a mi nariz y con inseguridad olí aquellas partículas, abrí los ojos como platos al darme cuenta de que era Valeriana -una planta que puede utilizarse para sedar gatos-.

-"No te preocupes por él".

Estaba por levantar a Happy para llevarlo al veterinario pero al escuchar aquellas palabras con la voz de Macao me quede paralizado en el suelo. Levante la vista para poder prestarle por primera vez atención al video que estaba corriendo en el televisor.

La imagen de Macao mirando enfrente mientras que mostraba un paquete de billetes se mostraba en el enorme televisor plasma. Por lo que notaba es que la cámara estaba oculta en la ropa del hombre con el que estaba hablando.

-"Mantendré a raya a E.N.D" -No reaccione a esas palabras pero si lo hice a las siguientes a esas-, "él ni siquiera se dará cuenta de la estafa".

Me puse de pie dejando a Happy en el piso por los momentos. Pude escuchar algo cocinándose a mis espaldas pero no le preste ni siquiera la más mínima atención.

-"Sera fácil; El peleara con uno de los mejores peleadores de la NBA pensando que es un peleador cualquiera" -La imagen del chico rubio llego a mi cabeza. Pude escuchar la nevera abriéndose-, "Pensando que si gana un patrocinador lo llevará al estrellato" -rio al decir esas palabras y el hombre que lo acompañaba lo acompaño en sus carcajadas.

»"E.N.D ganará" -dijo haciendo comillas mientras pronunciaba aquella última palabra--, "luego tú, el supuesto patrocinador, lo convencerás de que te de su registro bancario y su cuenta con algunas de tus buenas mentiras" -Escuche que alguien colocaba unos platos en el mesón de cerámica--, "y luego le robaremos los miles de dólares que ha estado reuniendo desde toda su carrera de peleador" --La cocina atrás de mi fue apagada para luego escuchar unos cuantos pasos.

-"¿Cuál es el hacker que contrataste?" -Macao sonrió.

-"Contac..." -El televisor se puso en negro antes de que terminara el nombre.

Contacto especial. Era obvio que era ella, por esa razón tanto ímpetu de Macao en permitir que ella nos ayudara a conseguir peleas. Pero si trabaja con ellos, ¿por qué me ayudo a escapar, o también es parte de su plan?

Vi mi reflejo en el televisor apagado y detrás de mí pude divisar una silueta en el comedor. Seguro que era la persona quien me trajo este video pero ahorita eso no me importaba en nada.

Mis manos temblaron al recibir la orden de golpear algo pero detuve este impulse, di varias respiraciones hondas y cerré los ojos, en ese instante la imagen de la preciosa niña pequeña acostada en la cama de hospital conectada a unos cuantos aparatos llego a mi mente haciéndome perder el control. Con mi puño golpeo con fuerza la mesa de madera al lado mío. Escuche un pequeño grito de asombro. Seguí golpeando la mesa abriendo más las heridas anteriores y al no ver que no era suficiente tome la mesa de un costado y la volteé creando un gran estruendo.

En mi mente tenia perfectamente la imagen de como yo tiraba el televisor plasma al piso pero unas manos sostuvieron mi puño evitando mi avance al televisor. Me voltee hacia aquella persona y sostuve su cuello con mis dos manos mientras que las suyas fueron por instinto a mis brazos pero luego estas bajaron despreocupadamente.

-¡¿Quién eres?! -exclame con voz ronca y con odio puro en mis ojos.

Sus manos temblorosas se dirigieron a la capucha de su chaqueta. Al bajarla una cabellera rubia despeinada y enredada se presentó ante mí.

La solté al instante al ver que era una chica, podría golpear hasta casi matar a hombres pero nunca había y nunca golpeare a una mujer. Ella tosió un poco y sujeto su cuello pero nunca se alejó de mi persona, fui yo quien se alejó de ella. Abrió sus ojos y me miro directamente a los míos por unos segundos antes de apartar la vista y jugar con sus dedos.

Sus ojos eran marrones y estos tenían ojeras bastante pronunciadas. Traía una vestimenta negra, y sin saber porque, recordé a la persona que me detuvo antes de entrar al ring y me di cuenta que traía la misma ropa, era la misma.

-¿Quién eres? -Volví a preguntar esta vez calmado.

Ella se tensó al escuchar mi pregunta. Fruncí el ceño al ver que ella bajaba más la mirada y como aumentaba la velocidad de sus movimientos nerviosos con sus dedos, la vi encogerse y por un momento pensé que se agacharía.

-Em...Yo... -tartamudeo pero fue suficiente para comparar las voces. La voz del Contacto Especial llego mi mente mientras ella seguía tartamudeando.

-¿Contacto Especial? -pregunte anonado. Ella asintió lentamente con su cabeza.

"Sucio"Where stories live. Discover now